Atl¨¦tico feroz
La eliminaci¨®n de la Copa con un partidazo contra el Barcelona allana el camino a la Champions del equipo de Simeone
La imagen del Bar?a encerrado en su ¨¢rea y reclamando la hora con entra?able e inequ¨ªvoca histeria no alcanza a remediar el contratiempo de la eliminaci¨®n del Atleti, pero expone la antigua ferocidad del equipo de Simeone y sobrentiende un mensaje de optimismo en el camino hacia la Champions League.
Siete encuentros quedan para ganarla. Un objetivo hiperb¨®lico, desproporcionado, si no fuera porque el duelo a doble partido con el Barcelona se antoja precursor -que no premonitorio- del objetivo que puede sublimar una temporada convulsa.
La escaramuza del Camp Nou de anoche la ilustra en sus gracias y en sus desgracias. Porque el Atleti le quit¨® el bal¨®n, el ox¨ªgeno y las neuronas a los anfitriones. Pero tambi¨¦n porque la lesi¨®n de God¨ªn y el harakiri de Gameiro tanto expone la decadencia del coronel en la retaguardia como remarca el fichaje fallido del jugador franc¨¦s.
Ni siquiera tiene derecho Gameiro a encubrir su penosa actuaci¨®n con el viejo pretexto o placebo del malditismo. Le cansa a uno el fervor costumbrista con que los propios atl¨¦ticos estilizan la dial¨¦ctica de la maldici¨®n. Parecen confortarles estos vaivenes accidentales o patol¨®gicos que separan la sima de la cima. Y se reconocen en la par¨¢bola del n¨¢ufrago que se ahoga a unas brazadas de la orilla.
No existe el "casi" en la l¨®gica org¨¢nica del f¨²tbol, pero tampoco hubo anoche razones para recrearse en el masoquismo de la leyenda negra. Sobre todo porque el poderoso Barcelona fue acosado, zarandeado, neutralizado, incluso maltratado hasta la desesperaci¨®n. Nunca hab¨ªa sido el equipo de Luis Enrique tan vulnerable ni susceptible en las ¨²ltimas temporadas. Y nunca la miop¨ªa de un juez de l¨ªnea le hab¨ªa proporcionado tantos motivos para contorsionarse e hiperventilarse.
Simeone se equivoca al plantear en caliente las conjuras arbitrales, pero acierta al interpretar que el empate del Camp Nou aloja un valor estimulante y proporciona al Atl¨¦tico de Madrid toda su fortaleza ?competitiva.
No cabe mejor ejercicio de ?autoestima ?que malograr un rival de fama inasequible, sobreponerse a un estadio hostil y llevar al minuto 95 ?la tensi¨®n de una eliminatoria "imposible". Simeone ha devuelto a la hinchada rojiblanca el argumento concreto del f¨²tbol agresivo y ha redundado en el valor abstracto de la fe. Creemos otra vez en el Atl¨¦tico de Madrid. Transigimos con la decapitaci¨®n de las vacas sagradas (God¨ªn, Gabi... y hasta Carrasco). Entendemos que el Atleti puede eliminar a cualquiera. Porque el Bar?a parec¨ªa un equipo cualquiera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.