Osasuna-Real Madrid: Zidane rectifica a tiempo
El equipo blanco supera a un rival jabato gracias al cambio de sistema del segundo acto en un duelo marcado por la escalofriante lesi¨®n de Tano
Afeitado desde la pizarra de Zidane, el Madrid tard¨® un periodo en gobernar al ¨²ltimo de la Liga, que se bati¨® sin dejarse nada en el dep¨®sito. No le alcanz¨® al mancomunado Osasuna, al que retorci¨® el Madrid en el segundo tiempo, cuando Zidane tir¨® de un sistema m¨¢s reconocible, del ocaso del 5-3-2 al apogeo del 4-4-2. Mudado el esquema, su timbre de autoridad fue otro, el que se preve¨ªa por la distancia que separa a uno y otro. Eso s¨ª, del Sadar, m¨¢s all¨¢ de los puntos, ganador y perdedor se fueron compungidos por la espantosa lesi¨®n de Tano. Tras infortunado trompazo con Isco, al chico, de 26 a?os, se le fractur¨® la pierna derecha. Escalofriante.
Fue un pulso propio del genuino Sadar. Nunca hubo f¨²tbol para endomingados en esta plaza, toda la vida en combusti¨®n, con abundancia local de boinas verdes, m¨¢xime cuando los retos se amplifican. As¨ª fue esta vez, sin importar la clasificaci¨®n de los navarros. Puso la cara el colista, y vaya si la dio. Desde el cami¨®n escoba de la Liga, Osasuna compiti¨® con lo que tiene: colmillo, fe y Sergio Le¨®n. El delantero cordob¨¦s, jugador de escaparate para otros mercados, cataliz¨® a los suyos tanto como Benzema a los blancos.
Uno y otro pusieron el lazo a un partido para jabatos, en los que cada disputa exig¨ªa tirar de f¨®rceps para conquistar la pelota. En poco ayud¨® el nuevo c¨¦sped del recinto pamplonica, que imped¨ªa todo bote al bal¨®n, en el que daba la sensaci¨®n de que la pelota circulaba con calambres. Sin el tapiz adecuado, entre la armadura de Osasuna y la confusa puesta en escena del Madrid el choque result¨® m¨¢s gladiador que fluido hasta que mutaron los de Zidane.
Los dos t¨¦cnicos mudaron el sistema. Vasiljevic renunci¨® a la zaga de cinco, justo la pizarra que rescat¨® Zidane. Se apa?¨® un Osasuna fajador, pero no tanto el Madrid, al que el traje t¨¢ctico no le sent¨® bien. Con tres centrales se supone que los zagueros de banda deben ventilar el juego con mayor soltura. No hubo migas de Danilo y, m¨¢s adelantado, limitada su capacidad de llegada como un rel¨¢mpago, Marcelo tuvo menos impacto del habitual. Zidane tampoco sac¨® partida de la inopinada alternancia de Casemiro y Modric. Por alguna extra?a raz¨®n, el t¨¦cnico decidi¨® que el brasile?o se expandiera por delante del croata.
Al enredo se sum¨® Isco, que tard¨® en concretar su papel. En el transcurso del partido, Zidane aprovech¨® ciertas circunstancias para rectificar sobre la marcha. Tras el empate naturaliz¨® la escala de Casemiro y Modric. Con la lesi¨®n de Danilo, la defensa alist¨® solo a cuatro y Marcelo y Modric tiraron confetis. De repente todo se orden¨® mejor, con un medio campo alineado, con James a la izquierda e Isco a la derecha. Lo agradeci¨® el Real, con mayor gobierno en el segundo tramo.
Benzema, la mejor percha visitante
Hasta que Zidane dio marcha atr¨¢s el encuentro estuvo abrochado por ambos equipos. Mientras prevaleci¨® la intendencia, cada cual exprimi¨® sus mejores r¨¢fagas, casi siempre capitalizadas por Benzema y Sergio Le¨®n. El franc¨¦s es un arcano. Nunca se sabe cuando aparecer¨¢ su versi¨®n m¨¢s zen. El Sadar, donde nunca fue f¨¢cil fardar para cualquier futbolista con frac, era un escenario propicio para una de esas noches de pecho fr¨ªo del galo. No esta vez. ?l fue la mejor percha visitante, decisivo en el primer tanto, con su perisc¨®pica asistencia a Cristiano, y tambi¨¦n actor principal en la diana de Isco tras una incursi¨®n en el ¨¢rea osasunista. Entre gol y gol, Benzema resucit¨® a Casillas. O eso pareci¨® Sirigu, que le sac¨® un remate a bocajarro con una estirada que ya patent¨® en su d¨ªa Iker en el Pizju¨¢n.
El franc¨¦s fue decisivo en el primer tanto y tambi¨¦n actor principal en la diana de Isco
Sin todas las agarraderas necesarias que exig¨ªa el envite, ni siquiera el gol de CR permiti¨® al Madrid peritar mejor el encuentro. No se destemplaron los de Vasiljevic, bien anclados por Fausto y Causic como bucaneros. En realidad, con todos con el coraz¨®n en los huesos. Pese a tanto desenga?o, este colista no est¨¢ rendido. No lo hizo ante el campe¨®n de Europa y esper¨® su momento. Tiene nombre propio: Sergio Le¨®n, un futbolista de altura, h¨¢bil en el juego corto, con piernas para el largo y mucho picante para el gol. Hasta en un equipo con tantas tinieblas es capaz de buscarse las habichuelas para producir, f¨²tbol y, sobre todo, goles.
Lo hizo tras un desajuste de todo el Madrid, que se comi¨® un pase de Fuentes desde su propio campo. Le¨®n, que o bien ha madurado tarde o no ha dado con un esp¨ªa con ojo cl¨ªnico, se col¨® entre Varane y Ramos y bati¨® a Keylor con un toque picadito. No hay mejor veta para este Osasuna. Lo advirti¨® Keylor, al que el punta osasunista oblig¨® a dos grandes intervenciones, antes y despu¨¦s del tanto terminal de Isco. Un gol derivado del cambio de formato que permiti¨® al Madrid colonizar el segundo tiempo y fundir al abnegado Osasuna, cuyo papel de resistente no pudo finalmente ignorar la l¨®gica, certificada por el cierre anotador de Lucas V¨¢zquez.
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