Pepe Mel, car¨¢cter y pasi¨®n para el Deportivo
El t¨¦cnico madrile?o intentar¨¢ levantar al club gallego con un estilo que ilusione. "Para jugar bien al f¨²tbol tienes que estar alegre", explica
Pepe Mel (Madrid, 1963) est¨¢ hoy de cumplea?os. Hace una semana su mujer le pregunt¨® que regalo le ilusionaba. ¡°?Otra corbata?¡±. Lo que pidi¨® fue una ilusi¨®n: ¡°No te preocupes. Quiero un buen equipo¡±. El nuevo t¨¦cnico del Deportivo siente que llega a un entorno con potencial para crecer y no le intimida que en dos a?os y medio el club haya destituido a cuatro entrenadores. ¡°M¨¢s v¨¦rtigo da estar en el INEM¡±, apunt¨® apenas tres horas antes de ponerse el ch¨¢ndal con el horizonte de un partido contra el Atl¨¦tico este jueves.
Mel llega, seg¨²n apunta su nuevo presidente Tino Fern¨¢ndez, con la esperanza de darle estabilidad a un banquillo caliente y con una receta clara. ¡°Vengo a ayudar, a transmitir ilusi¨®n e intentar que los futbolistas tengan la cabeza clara y limpia porque para jugar al f¨²tbol bien tienes que tener alegr¨ªa. Esto es un espect¨¢culo, es el futbolista el que tiene que conectar con la gente. No digo que haya que jugar alegre, s¨ª hacer las cosas divirti¨¦ndote. Si lo haces as¨ª conectas con los dem¨¢s y yo vi sufrir al D¨¦por en Legan¨¦s¡±.
Promueve un estilo balomp¨¦dico que apasione al espectador, pero Mel es una persona muy seria. Su educaci¨®n viene marcada por su paso por el Madrid, donde comenz¨® a jugar en categor¨ªa infantil hasta llegar al Castilla. En esos a?os forj¨® la personalidad de un jugador y luego un entrenador apasionado del f¨²tbol. Su fuerte car¨¢cter, el gusto que tiene por encerrarse en su despacho a leer y escuchar m¨²sica y lo poco que le gusta salir a la calle chocan de plano con la vitalidad de la ciudad donde ha vivido sus mejores a?os tanto como futbolista como entrenador. Se trata de Sevilla. En concreto, del Betis, el complejo universo donde logr¨® triunfar y acumul¨® muchas m¨¢s alegr¨ªas que fracasos tanto de jugador como entrenador. En el Betis fue Pichichi de la Segunda Divisi¨®n en 1990 y en el Betis vivi¨® d¨ªas felices como t¨¦cnico. A pesar de la amplia n¨®mina de equipos que ha dirigido, caso del M¨¦rida, Murcia, Tenerife, Getafe, Alav¨¦s, Polideportivo Ejido, Rayo Vallecano y West Bromwich Albion, el Betis le cal¨® tanto que siempre se consider¨® uno m¨¢s de sus aficionados. Afincado en el centro de Sevilla, Mel lleg¨® al Betis en el verano de 2010, con la entidad a punto de entrar en Ley Concursal y teniendo que ejercer de entrenador, director deportivo y hasta portavoz del club. Y llev¨® al Betis de la Segunda Divisi¨®n a un s¨¦ptimo puesto en 2013 que le sirvi¨® al conjunto andaluz para jugar la Liga Europa.
Destituido despu¨¦s de tres a?os y medio en el cargo, Mel prob¨® fortuna en la Premier, cumpliendo en su objetivo de salvar al West Bromwich Albion, aunque condenado por su limitado conocimiento del ingl¨¦s y la incapacidad para adaptarse a un medio que le result¨® complicado.
Regres¨® al Betis en enero de 2015 para volverlo a subir a Primera Divisi¨®n en una segunda vuelta fant¨¢stica. Siempre de la mano en el club b¨¦tico de sus dos mosqueteros, Rub¨¦n Castro y Jorge Molina.
En el paro desde enero de 2016, cuando fue destituido por segunda vez en el Betis, Mel hab¨ªa rechazado varias ofertas para entrenar. Nervioso por su car¨¢cter y poco acostumbrado a estar parado, el Deportivo se ha presentado como una buena oportunidad para el madrile?o. En el club gallego podr¨¢ mostrar su excelente perfil como motivador, su gusto por el 4-4-2 y alinear a dos extremos, as¨ª como su pasi¨®n por el f¨²tbol de toque y ataque. Mel hizo jugar muy bien al Betis. Considera que aficiones tan importantes como la andaluza o la del Deportivo ahora merecen que su equipo les divierta. ¡°A la gente que va al campo siempre hay que darle algo¡±, suele comentar.
Su concepci¨®n del f¨²tbol como espect¨¢culo le hace ser valiente y atrevido. En el Betis, por ejemplo, no dud¨® en sacar una gran cantidad de jugadores de la cantera, a los que dio galones para que fueran creciendo a medida que se ganaban las oportunidades. Mel, amante de la lectura y escritor de tres libros, tambi¨¦n tiene su lado oscuro. Fuerte en el vestuario, donde su ayudante Roberto R¨ªos ejerce de hombre bueno, suele chocar con elementos de la caseta o incluso con los dirigentes del club cuando las cosas vienen mal dadas. En el Betis, por ejemplo, colision¨® con los intereses de los directores deportivos con los que les toc¨® trabajar. Eso s¨ª, se convirti¨® en el ¨ªdolo de una afici¨®n que lo idolatr¨® desde su llegada hasta su marcha y que siempre lo consider¨® uno de los suyos. Ahora, en el Deportivo, tendr¨¢ la primera oportunidad de volver a sentirse entrenador lejos los efluvios verdiblancos. Comienza la segunda parte de su vida como t¨¦cnico.
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