David L¨®pez: ¡°Hay d¨ªas que parece que Diego sigue jugando¡±
El futbolista del Espanyol, relata su paso por el club y la ciudad de N¨¢poles, que siempre se asociar¨¢ a Maradona, y que este martes recibe al Madrid
¡°N¨¢poles te puede gustar m¨¢s o menos, pero nunca te dejar¨¢ indiferente¡±. David L¨®pez lleg¨® casi por casualidad a la ciudad m¨¢s importante del sur de Italia. El mercado de fichajes en el verano de 2014 estaba a punto de expirar cuando el equipo, en el que entonces mandaba el espa?ol Rafa Ben¨ªtez, le llam¨® despu¨¦s de recibir el no de Mascherano. Tras buscarse la vida en el Terrassa, el Legan¨¦s y el Huesca, el Espanyol le repesc¨® y una sola temporada en la Liga le vali¨® para sellar su pasaporte rumbo al calcio. Y pas¨® del dulce anonimato del que gozan los muchachos blanquiazules en Barcelona a la exagerada exposici¨®n medi¨¢tica que tienen los futbolistas del N¨¢poles, de la organizaci¨®n catalana al caos napolitano. ¡°No s¨¦ si est¨¢ a la altura de un jugador del Bar?a o del Madrid, pero seguro que es muy parecido¡±, cuenta David L¨®pez.
¡°De entrada, N¨¢poles te impacta. Es una ciudad muy ca¨®tica, todo el mundo va con prisa. El tr¨¢fico fue lo primero que me sorprendi¨®. La gente tiene una conducci¨®n muy agresiva, no hay muchas normas y te debes adaptar. Cuando regresaba a Barcelona, iba en el coche con mi mujer, que me dec¨ªa: ¡®David, c¨¢lmate, que no estamos en Italia¡±, recuerda el volante del Espanyol. Para David L¨®pez es imposible explicar la ciudad sin el cuadro azzurro. ¡°Todo el mundo est¨¢ pendiente del equipo. Un d¨ªa fui a una farmacia a las 10 de la noche y me para una se?ora mayor: ¡®Oye, David, que en el ¨²ltimo partido deber¨ªas haber hecho esto. En aquello estuviste mal¡¯. As¨ª es esa ciudad. Todo el mundo vive por el N¨¢poles. Todo es pasional. En los partidos contra la Juve o la Roma el estadio es un espect¨¢culo. Las dos curvas empujan: el campo vibra¡±, cuenta.
El poder de la Juve
La hostilidad entre el norte y el sur no tiene fecha de vencimiento. Potenciada, sobre todo, cuando el N¨¢poles se anima a desafiar el poder econ¨®mico de los equipos del norte. ¡°Es una rivalidad que tiene muchos aspectos, pol¨ªtico, de car¨¢cter, de forma de vida y futbol¨ªstico¡ Es tremendo. Hay un odio que no se puede curar. Y parece que el N¨¢poles est¨¢ cada a?o m¨¢s cerca de la Juve, pero al final ellos est¨¢n en otro escal¨®n¡±, explica. Sin embargo, el equipo de los Agnelli no solo tiene a su favor la supremac¨ªa econ¨®mica. ¡°El otro d¨ªa estaba viendo las semifinales de Copa entre el N¨¢poles y la Juventus y en 10 minutos la Juve le dio vuelta al partido. Un par de penaltis y se te gira el encuentro. Yo no puedo ser objetivo al 100%, pero la Juventus tuvo un poco de ayuda del ¨¢rbitro¡±.
A veces m¨¢s cerca del cielo, otras, en cambio, cerca del abismo, al N¨¢poles le cuesta emular su etapa m¨¢s gloriosa, en la d¨¦cada de los ochenta. En pocos lugares del mundo el bal¨®n cobra un sentido m¨¢s religioso; all¨ª escribi¨® algunas de sus m¨¢s emblem¨¢ticas par¨¢bolas el Dios del f¨²tbol m¨¢s humano, Diego Armando Maradona. ¡°Hay d¨ªas que paseas por la ciudad y parece que Diego sigue jugando, como si nunca se hubiese ido. Estampitas por todas partes, la gente te habla de ¨¦l. Est¨¢ presente. Hace poco fue a dar una charla en un teatro. Las entradas, que eran car¨ªsimas, se agotaron en menos de dos horas¡±, relata David L¨®pez. Despu¨¦s de conquistar Italia ¡ªdos scudetti (1986-1987 y 1989-1990) y Europa (UEFA, 1988-1989), el N¨¢poles se hundi¨® y resurgi¨®. Y ahora quiere tutear al Real Madrid en la Champions.
¡°En la ida [gan¨® el Madrid, 3-1], se not¨® la falta de experiencia, sobre todo en la Champions y en un campo como el Bernab¨¦u¡±, dice L¨®pez. ¡°Pero¡±, advierte; ¡°en cuanto al juego no hubo tanta diferencia. El N¨¢poles hizo un gran partido. Jug¨® perfecto, rompi¨® la presi¨®n, sali¨® jugando sin problemas. No estuvo tan lejos¡±.
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