El Tour extiende su imperio a la Volta a Catalunya

En el siglo XXI, el ciclismo es un universo inevitablemente global que gira como en el siglo XX alrededor de Par¨ªs, donde brilla el Tour cada vez m¨¢s intenso y poderoso.

Al mismo ritmo en el que ciclistas de Australia, Inglaterra, Colombia o Eslovaquia han desplazado de los podios a los corredores del viejo ciclismo, de la vieja Europa, ya minoritarios, ASO, la empresa creada por el Tour para sus negocios ciclistas aumenta el n¨²mero de pruebas que gestiona, controla u organiza directamente. La ¨²ltima que ha llegado a su club es la Volta a Catalunya, la prueba m¨¢s antigua del calendario espa?ol (la primera edici¨®n se disput¨® en 1911), que desde su edici¨®n 2017, la 97?, que empieza el pr¨®ximo lunes en Calella, contar¨¢ ya con el marchamo Tour.

Seg¨²n fuentes conocedoras de la negociaci¨®n, el Tour ha llegado a un acuerdo para gestionar los aspectos comerciales y televisivos de la Volta, una carrera nacida de la Uni¨® Esportiva Sants que subsiste en los ¨²ltimos a?os gracias al apoyo directo de la Generalitat catalana. Las mismas fuentes a?aden que el Tour ya ha comenzado a distribuir derechos televisivos.

¡°Conmigo nadie ha firmado nada¡±, advierte Rub¨¦n Peris, presidente de la Associaci¨® Volta a Catalunya, la sociedad propietaria de la carrera, quien prefiere no abundar sobre el asunto. El 23 de enero pasado, Peris, acompa?ado del secretario de Esport de la Generalitat, Gerard Figueras, se hab¨ªa reunido en Par¨ªs con los responsables de ASO. Varios de los dirigentes del Tour asistieron el pasado jueves a la presentaci¨®n de la Volta. La prueba catalana hace tres d¨ªas anunci¨® que Carrefour, una empresa ligada publicitariamente al Tour, patrocinar¨ªa tambi¨¦n la Volta a partir de esta edici¨®n.

100 d¨ªas de competici¨®n

La Volta es la segunda prueba espa?ola con la huella del Tour. La primera es la Vuelta a Espa?a, propiedad desde hace a?os de ASO. Con la carrera catalana ya son 13 las pruebas ciclistas que posee u organiza a lo largo del a?o, de febrero a octubre, de Noruega a Om¨¢n pasando por el Reino Unido, B¨¦lgica, Espa?a y Francia, la sociedad francesa propietaria tambi¨¦n del diario L¡¯?quipe. Suponen casi 100 d¨ªas de competici¨®n. Cuenta con dos de los cinco monumentos del calendario hist¨®rico y con dos de las tres grandes vueltas por etapas. Nueve de sus carreras ¡ªTour, Vuelta, Par¨ªs-Niza, Volta, Dauphin¨¦, Par¨ªs-Roubaix, Flecha, Lieja y Par¨ªs-Tours¡ª constituyen la cuarta parte del calendario del WorldTour, la primera divisi¨®n del intento de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) para regular las competiciones ciclistas. Esta concentraci¨®n de poder en una sola oficina alarma a los equipos y limita a la UCI, las otras dos patas del ciclismo mundial, con quienes el pulso es permanente. La UCI quiere no solo el control absoluto de la reglamentaci¨®n del ciclismo sino tambi¨¦n aumentar el n¨²mero de carreras que, como el Mundial, organiza cada a?o. Los equipos, por su parte, ven cada vez m¨¢s lejana su aspiraci¨®n de recibir compensaciones, y un porcentaje de los derechos televisivos, por parte de los organizadores.

Frente a tanto poder, y buscando nuevos formatos y nuevas fuentes de ingresos, un grupo de equipos punteros ha creado sus propias competiciones, las llamadas Hammer Series, en las que los equipos se enfrentar¨¢n colectivamente en una prueba en l¨ªnea llana, una de monta?a y una contrarreloj.