La irresistible huella de Seve en Augusta

Hay muchos p¨²blicos en Augusta y Severiano Ballesteros aguantaba a pocos. Ni a los patanes que llenan el Hooters por las noches y siguen los partidos con grandes vasos de cerveza y grandes voces, ni a los remilgados que estos d¨ªas aplauden a Sergio Garc¨ªa porque el chico ha cambiado, ha madurado, no se queja. Tampoco a ellos les gustaba el Seve que como un hurac¨¢n irreverente lleg¨® a finales de los setenta desde un lugar remoto para cambiarlo todo, iconoclasta emotivo y obstinado, un genio. Hab¨ªa periodistas que le llamaban Steve, y ¨¦l cre¨ªa que lo hac¨ªan para hacerle rabiar, porque tambi¨¦n se re¨ªan de su ingl¨¦s de piel roja y de su estilo directo de hacer las cosas.

Las mujeres, no; las chicas en Augusta est¨¢bamos todas enamoradas de ¨¦l, como nuestras madres lo estaban de Arnie, ah, Seve¡±, no puede dejar de suspirar una mujer que, cercanos los 60, se ha prestado voluntaria para llevar en bugui a los periodistas de la sala de prensa al campo y cuando se entera de que lleva a un grupo de espa?oles solo sabe decir Seve. ¡°Ah, su melena, su pasi¨®n, sus ojos, su sonrisa eterna, un sex symbol¡­ Seve era todo lo contrario a todos los golfistas de por aqu¨ª¡±.

A Arnold Palmer 25 a?os antes s¨ª le hab¨ªan aguantado y le hab¨ªan aplaudido pese a que apareci¨® con el mismo ¨ªmpetu, con el mismo af¨¢n rompedor. Arnie era de los suyos. Seve era espa?ol y un dios entre los brit¨¢nicos, que le aclamaban y lo amaban, y que hab¨ªa ganado su Open, y llegaba a Estados Unidos como un conquistador, con la espada por delante. Tampoco le ayudaba el ardor guerrero con que guiaba a Europa en los encuentros de Ryder Cup, a los norteamericanos abusones, ni agua, solo golpes. Gan¨® el Masters de 1980 por goleada. El s¨¢bado, despu¨¦s de 54 hoyos, sacaba siete golpes al segundo; llegado al d¨¦cimo hoyo el domingo, aventajaba en nueve al segundo, Fue el primer europeo que lo consegu¨ªa, el segundo no norteamericano despu¨¦s de Gary Player. Era el jugador m¨¢s joven de la historia con dos grandes en su bolsillo. Severiano Ballesteros ten¨ªa 23 a?os. Hoy habr¨ªa cumplido 60 si no hubiera muerto hace seis, el 7 de mayo de 2011.

Seve gan¨® dos Open m¨¢s y tambi¨¦n el Masters de 1983.

Podr¨ªa estar jugando este fin de semana como lo hacen Fred Couples, rival tremendo en los partidos de Copa del Mundo, o como lo hace Larry Mize, quien hace 30 justamente, en 1987, gan¨® su Masters derrotando a Seve y a Greg Norman en un playoff con un chip que nadie olvida. Los viejos son bienvenidos en Augusta, que empez¨® a adorar a Seve solo los a?os de su decadencia, cuando empez¨® a envejecer como golfista. Entonces, cuando se sab¨ªa que solo podr¨ªa jugar dos rondas pues no pasar¨ªa el corte, los espectadores se amontonaban detr¨¢s de las cuerdas para seguir sus partidos.

Era como ir a un concierto en el que Mozart en persona improvisara en directo con su piano. El lema ir¨®nico de Seve era que yendo solo por la calle el golf era muy aburrido, que era mejor las fugas y los extrav¨ªos desde el tee que permit¨ªan sus golpes m¨¢gicos, los golpes con los que llegaba al green desde lugares insospechados a trav¨¦s de lugares que solo ¨¦l ve¨ªa gracias a golpes que solo ¨¦l pod¨ªa imaginar y tambi¨¦n ejecutar. Lo de compararlo a Mozart es idea del norteamericano Tom Lehman, el ganador del US Open de 1996 y uno de sus m¨¢s duros rivales en la Ryder. ¡°Era como la escena de Amadeus en la que Mozart, enfermo, le dicta a Salieri las notas de su R¨¦quiem, y este pone cara de no entender, de no saber por d¨®nde quer¨ªa ir Mozart¡±, le dec¨ªa Lehman al periodista ingl¨¦s John Hopkins. ¡°Todos los dem¨¢s somos Salieri: ninguno ¨¦ramos capaces de imaginar lo que pasa por la cabeza de Seve, el genio, y mucho menos hacerlo¡±.

Sin el valor de Seve, sin sus victorias que demostraron que los americanos, otro mundo, no eran imbatibles, no habr¨ªa llegado Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal, 10 a?os despu¨¦s, a ganar dos chaquetas verdes, y tampoco Sergio Garc¨ªa y Jon Rahm habr¨ªan entrado al fin de semana de 2017 entre los seis primeros del Masters, con posibilidades de victoria. Garc¨ªa empez¨® el s¨¢bado como l¨ªder con -4 y Rahm estaba en -1.

De todos los hijos golf¨ªsticos de Seve (Olazabal podr¨ªa ser su hermano peque?o) es Rahm el que m¨¢s abiertamente reconoce su herencia, quien quiz¨¢s, plantado ante la bola con un hierro en la mano se pregunte siempre, ?qu¨¦ habr¨ªa hecho Seve aqu¨ª? Con alegr¨ªa el jueves, Rahm envi¨® su drive desde el tee del uno a los bosques, de donde sali¨® con un golpe extraordinario hasta el green. ¡°Fue mi homenaje a Seve¡±, dijo Rahm. ¡°Y espero que el domingo, desde ah¨ª arriba, nos ayude como hizo con la Europa de la Ryder en Medinah en 2012...¡±.