El Real Madrid gana al Sporting con Isco por bandera
Con un gran partido del volante, los blancos remontan un partido en el que los locales se adelantaron dos veces
A hombros de Isco, el Madrid sali¨® de Gij¨®n lanzado hacia el cl¨¢sico del pr¨®ximo domingo. No fue un pase¨ªllo, ni mucho menos, con un Sporting que a¨²n reniega con orgullo del que parece ser su destino a Segunda si no lo remedia a toda mecha. En El Molin¨®n mantuvo en vilo a todo un Madrid hasta que Isco, el jugador bandera del l¨ªder, cant¨® bingo en el ¨²ltimo suspiro. Esta vez, el f¨²tbol correspondi¨® al futbolista de la tarde. Al autor de un golazo, otro para el descorche final y, entre medias, una sinfon¨ªa de pases y regates. Bajo sospecha en ocasiones por su supuesta tendencia afligirse m¨¢s de la cuenta, en Gij¨®n carg¨® a su equipo en la mochila, con tanto juego como car¨¢cter.
Lo dijo Quini, divinidad esportinguista, antes del duelo: ¡°Con el once titular del Madrid en El Molin¨®n el Sporting jugar¨ªa la UEFA¡±. No hay que ser ¡°brujo¡±, como siempre lo fue Quini, para sostener su proclama. Y bien certificado que lo tiene Zidane, convencido de que dispone de dos equipos a los que airear en la subasta de la Champions y en ciertas pujas de la Liga. En Gij¨®n orden¨® nueve cambios respecto a M¨²nich. Y pudieron ser once por once si Pepe y Varane no estuvieran en la enfermer¨ªa, lo que deja a Sergio Ramos y Nacho como ¨²nicos reclutas como centrales. Zidane hasta se atrevi¨® con Coentrao, que no disputaba noventa minutos desde el 2 de febrero de 2016, con el M¨®naco. Tampoco lo hizo en Asturias, relevado antes de la hora por Marcelo. El brasile?o es el ¨²nico de la plantilla que no tiene un aguador del todo fiable.
El Sporting compiti¨® como un Primera. Atornillado con cinco zagueros y otro dique por delante, el equipo de Rubi se conjur¨® delante de Cu¨¦llar para aventurarse hacia Kiko Casilla siempre con las luces largas, con un juego directo. Todo lo contrario que el conjunto de Zidane, que cuando tira de medias puntas como James, Isco o Asensio cose el f¨²tbol con m¨¢s puntadas, sin los acelerones que propone la BBC. Dos rutas diferentes, una m¨¢s estilista, quiz¨¢; la otra m¨¢s ca?onera.
Cada cual con su partitura, las dos escuadras sellaron un duelo m¨¢s equilibrado de lo previsto. Con Kovacic en el papel de ordenanza de Casemiro, el Madrid se entreg¨® a pies de sus finos volantes. El juego visitante flu¨ªa por el interior para derivar a las orillas, donde el Madrid abus¨® m¨¢s de la cuenta con bombeos al ¨¢rea. Y muchos imprecisos, como los de Coentrao. Mejor atinado Danilo, como suele, m¨¢s suelto fuera de Chamart¨ªn.
Mientras se perfilaba del todo el cuadro de Zidane, Vesga, reci¨¦n graduado en la ¨¦lite, puso al Madrid cuesta abajo. Todo con un pase a pocos metros del balc¨®n del ¨¢rea. Un golpe de cuchara con el empeine izquierdo que hizo palanca en la pelota para saltarse dos barricas blancas. Cop caz¨® al vuelo el delicioso golpeo de su camarada y bati¨® a Casilla. Un golazo como preludio de otro golazo.
Sublime Isco
Desde el primer parpadeo se intuy¨® que el Madrid contaba con el observatorio de Isco, al que hace tiempo que le va la marcha en cualquier partido, tenga o no la pista que ¨¦l desear¨ªa. Percatado de que a su equipo le faltaba concisi¨®n con los centros laterales, el malague?o explor¨® el embudo. Recibi¨® el bal¨®n dentro del ¨¢rea, en una situaci¨®n amaz¨®nica, selv¨¢tica, acogotado por un batall¨®n de zagueros locales. Isco sabr¨¢ c¨®mo demonios se abri¨® paso en una baldosa para clavar, como si nada, la pelota en la escuadra derecha de Cu¨¦llar. Sublime.
Isco, cada jornada m¨¢s vitalista y cuajado, no se limit¨® a la diana imposible. Sobre ¨¦l gravit¨® todo el Madrid, se?al de que cuando se alista la segunda columna, el andaluz se siente con la corneta. No solo tiene gol ¨Clleva nueve en Liga, su mejor curso como merengue-, sino capacidad para articular a todo un equipo, ya sea al marcar las pautas del juego como al saltarse l¨ªneas con su desborde. Por la Liga, salvo Iniesta, no hay centrocampista con su capacidad de regate, suerte, por desgracia, de la que en el f¨²tbol de hoy solo hay un goteo.
Al comp¨¢s de Isco, al Madrid le falt¨® remate, mayor picante. Sin Isco por el medio no tuvo otra amenaza que el bal¨®n al vuelo. As¨ª envid¨® Nacho reci¨¦n comenzado el segundo periodo. Su cabezazo lo desvi¨® Cu¨¦llar con Morata a un flequillo. De inmediato respondi¨® el Sporting. Carmona, con una acci¨®n a bal¨®n parado frontal, cogi¨® mal posicionada a la retaguardia blanca. Babin dio carrete al bal¨®n y Vesga culmin¨® la jugada con un cabezazo en par¨¢bola. El primer gol en Primera del mejor futbolista rojiblanco en esta jornada.
El empate subray¨® una trama inopinada. El Sporting se vio abocado a una resistencia heroica, bien blindado cerca de su portero, con todo el empe?o del mundo. Zidane se vio obligado a mover el cesto. Pero no se alter¨® el guion, con el Madrid dale que dale con los centros al aire. Uno de Danilo lo emboc¨® Morata para igualar. Insuficiente para los visitantes, mucho m¨¢s que una pedrea para los chicos del Sporting, a los que no cabe negar su encomiable fe. Todos confraternizaron para frenar al Madrid. Pero Isco qued¨® fuera de su alcance. En el f¨²tbol no siempre se impone la l¨®gica. Esta vez s¨ª. Un buen partido por parte de casi todos fue resuelto por quien jug¨® en una escala superior. Isco, por supuesto, anot¨® el gol definitivo en el tiempo de prolongaci¨®n y mantuvo al Madrid como quer¨ªa a una semana del cl¨¢sico dom¨¦stico.
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