Triunfo de Caleb Ewan en el sprint de Alberobello
El Giro se acerca perezoso por el sur de Italia a la ciaboga del domingo, con la monta?a del Blockhaus
Durante 200 kil¨®metros el Giro es una boa que goza perezosa de su digesti¨®n avanzando lenta del Tirreno al Adri¨¢tico. El pelot¨®n es un sistema cuyas reglas, melanc¨®licas, solo atienden a su preservaci¨®n. No tiene m¨¢s objetivo que su subsistencia, su paso sin dejar huella, apenas sin sobra en una tarde gris¨¢cea junto al J¨®nico, el tercer mar italiano, por paisajes hist¨®ricos y templos griegos con columnas d¨®ricas. Es un organismo del pasado, como los trullos que poco a poco, seg¨²n se entra en la Apulia y se deja el mar, van salpicando el territorio entre almendros y algunos olivos, manch¨¢ndolos con su arquitectura blanca, sus c¨²pulas c¨®nicas grotescas y exquisitas, como las cont¨® Pasolini.
El pelot¨®n del Giro que invade la Apulia es como esta arquitectura maniaca y rigurosa, y deja de ser entonces una boa y es una acuario de peces de colores, ex¨®ticos, como lo quiere el dise?ador Paul Smith, un apasionado. Huele a sprint. Los movimientos dentro del gran organismo ya no buscan su mero mantenimiento enorme sino su desintegraci¨®n. Los equipos se mueven r¨¢pidos, imparables, siguiendo l¨ªneas que parecen imaginarias desde el aire, arriba y abajo. Los grandes en la cabeza, y los de los corredores veloces. La boa es una culebra en los ¨²ltimos kil¨®metros, de giros y m¨¢s giros en Alberobello blanco. O una anguila, como Fernando Gaviria, el sprinter de ciclamen, que se mueve decidido pero tarde hacia la victoria. Lanza la bicicleta despu¨¦s de remontar en un eslalon fren¨¦tico y felino. Se queda corto por un tubular. Se le ha adelantado Caleb Ewan, un sprinter de bolsillo, un pececillo brillante, diminuto. Su potencia no es la m¨¢xima, no tiene cuerpo para ello, pero s¨ª la velocidad de sus piernas, su aerodinamismo. Disputa el sprint tan bajo que es como si no hubiera nadie sobre la bicicleta. Solo se ve su cabeza, colgando sobre la rueda delantera, sobre la que caen las babas de su ¨²ltimo esfuerzo. Y el sudor.
En su segundo Giro ha encontrado su primera victoria Ewan, australiano de 22 a?os que ya se estren¨® en la Vuelta hace dos a?os. La suya ser¨¢ quiz¨¢s la ¨²ltima victoria de un sprinter en unos d¨ªas. El s¨¢bado llega un repecho en Peschici ideal para los corredores que no est¨¢n, Sagan o as¨ª. El domingo, la esperada ciaboga del Giro, la monta?a continental del Blockhaus. Desaparecer¨¢n las caretas. La carrera entrar¨¢ en una nueva dimensi¨®n, sin pereza. Se medir¨¢n los favoritos y se medir¨¢ tambi¨¦n la capacidad del luxemburgu¨¦s Bob Jungels, a¨²n de rosa l¨ªder, para mantenerse arriba.
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