Orgullo del ¡®infraf¨²tbol¡¯: mi pescadero es el director t¨¦cnico de mi equipo
Las categor¨ªas inferiores son de una competividad extrema y ruinosas en lo econ¨®mico, pero rebosan amor al bal¨®n
"Yo no tengo sueldo, mi sueldo es llegar aqu¨ª, ver a 300 chavales jugando al f¨²tbol, y saber que esto lo he montado yo con unos amigos", cuenta en su despacho Enrique Vedia, presidente del Rayo de Majadahonda, de Segunda B. Ha hecho historia al clasificar a este equipo madrile?o para los partidos de ascenso. Se lo juega este fin se semana contra el Racing de Santander -1-3 en la ida-, un partido que refleja lo que es el f¨²tbol en las catacumbas. Equipos que ni so?aban con estar ah¨ª que se cruzan con otros desperados porque creen que no deber¨ªan estar all¨ª. Se mezclan polideportivos y estadios de Primera. Clubes con 200.000 euros de presupuesto en plantilla y otros que pagan eso a un solo jugador, y otros muchos que llevan meses sin cobrar. Chavales que quieren triunfar, otros que regresan de arriba porque no lo han conseguido y algunos al final de su carrera que necesitan dinero
"Menos mal que jugamos la ida en casa, con la recaudaci¨®n pagamos el viaje a Santander, si no tendr¨ªamos que pedir un cr¨¦dito", suspira Vedia. Est¨¢ casi preocupado de qu¨¦ pasar¨ªa si gana. La semana pasada la Liga de F¨²tbol Profesional (LFP) convoc¨® a los 16 equipos de la fase final de Segunda B para explicarles de qu¨¦ va esto, entreabrirles la puerta de la ¨¦lite. Para muchos fue emocionante y se hicieron fotos. "Si subimos nos tenemos que hacer sociedad an¨®nima, una movida, dejas de ser el equipo de toda la vida".
El ascenso de Segunda B a Segunda es el m¨¢s duro del f¨²tbol. Equipos con calidad similar, donde el primero puede ganar al ¨²ltimo, en una tabla muy apretada en puntos, y 80 equipos para cuatro plazas. Ni ganar en tu grupo te garantiza nada, y lograrlo hace saltar al hiperespacio: los derechos de televisi¨®n, hasta 8 millones, y la profesionalizaci¨®n, se exige un sueldo m¨ªnimo de 78.000 euros para los jugadores. Al rev¨¦s, caer de Segunda significa hundirse en un pozo. "Da p¨¢nico", confiesa V¨ªctor Mart¨ªn, consejero delegado del Numancia, que ha pasado 19 a?os entre Primera y Segunda. "Aqu¨ª pagamos cien n¨®minas, aguantar¨ªamos un a?o, no m¨¢s". Un presidente de Tercera asegura: "Estas categor¨ªas son ruinosas, es un negocio absolutamente insostenible, no genera lo que gasta". Solo entra dinero de taquilla, del bar, de alg¨²n patrocinador y con suerte, del ayuntamiento local. Un directivo de Segunda B confiesa que una vez rez¨® para que los suyos no metieran un penalti, porque cobraban si ganaban: "Eran 5.000 pesetas entre todos, pero es que no las ten¨ªa".
Sobre la moral necesaria en la jungla del f¨²tbol modesto el paradigma es el Alcoyano, fundado en 1927, en Segunda B y que disputa el ascenso con el Cartagena -empate a cero en la ida-. "Esto es muy duro. Hay equipos que han jugado el play off seis veces y nunca han subido", dice su gerente, Fernando Ovidio. "Nosotros gastamos 130.000 euros solo en Seguridad Social, los gastos son casi imposibles de asumir", explica. ¡°Este es El Collao¡±, dice un cartel que han puesto en el t¨²nel de vestuarios, parafraseando la c¨¦lebre placa del Liverpool en Anfield.¡°Nosotros tenemos una tradici¨®n y una masa social, pero a muchos clubes les cuesta dinero, tienen un m¨¦rito enorme, nadie est¨¢ en esto para hacerse rico, te tiene que gustar mucho el f¨²tbol¡±.
En estas divisiones se mezclan filiales de grandes clubes y equipos humildes, de capitales de provincia y pueblos peque?os. Pero sobre todo est¨¢ mezclado con la vida real, casi todo el mundo trabaja en otra cosa. Por ejemplo, tu pescadero puede ser el director t¨¦cnico del Moscard¨®, hist¨®rico club de Madrid fundado en 1945. Es Paco Gonz¨¢lez, que despacha en el mercado de Pac¨ªfico: "Los clubes viven de las escuelas de f¨²tbol. Cobran 400, 500 euros por ni?o, tienen 20 equipos, y 700 chavales, y eso subvenciona el primer equipo", explica. El Moscard¨®, habitual en Tercera, que lleg¨® a Segunda en 1970, ahora est¨¢ en Preferente. "Esto es pr¨¢cticamente altruista. Tienes que tener el f¨²tbol en las venas. M¨¢s de un jugador no tiene trabajo, alguno te pide adelantos porque no tiene ni para comer". Sobre los ama?os, opina: "El nivel econ¨®mico es tan bajo que la tentaci¨®n la tienes. Si cobran 300 euros, ?qu¨¦ no har¨ªan por 1.000? A lo mejor un jam¨®n les vale". El p¨²blico da para pagar los ¨¢rbitros y punto. En Regional Preferente cuestan 240 euros por partido, pero en Tercera, con jueces de l¨ªnea, m¨¢s de 400 euros. ¡°Seg¨²n se acaba el partido, pum, se paga en mano. Si no la Federaci¨®n te llama al d¨ªa siguiente¡±.
En realidad, bien mirado, este es el f¨²tbol de verdad. Entre Segunda B y Tercera -con 18 grupos- suman 440 equipos. Solo en Madrid hay 98.000 licencias de jugadores y t¨¦cnicos en f¨²tbol base, con 2.500 partidos cada semana. En Primera y Segunda hay 42 equipos, no llegan a mil futbolistas y muchos son extranjeros."En Tercera el jugador tiene tu coche y tu ropa, hay m¨¢s complicidad con ellos, si acaso te cebas con el palco", cuenta el periodista Enrique Ballester, autor del delicioso Infraf¨²tbol (Libros del KO). Es un t¨¦rmino que define estas categor¨ªas, donde se mezclan lo rom¨¢ntico y lo sucio. Ballester lleva como puede su drama personal de aficionado del Castell¨®n. Con impagos a Hacienda y meses sin cobrar, lucha por el ascenso a Segunda B contra el Poblense, empate a cero en la ida. "El play off es como la Eurovisi¨®n de los pobres y hay dos maneras de vivirlo. Si subir es una ilusi¨®n, es sano. Lo malo es lo nuestro, que es una obligaci¨®n, una angustia, porque estamos endeudados y tenemos una historia que nos pesa", confiesa. Ballester estuvo en el Paterna-Castell¨®n de 2015, sospechoso de ama?o, y no not¨® nada: "Tambi¨¦n es que a veces son muy malos, los fallos son muy frecuentes".
En el submundo del f¨²tbol hay movimientos curiosos en los ¨²ltimos a?os: el Lorca y el Jumilla son chinos, y la Cultural, de Catar. Tambi¨¦n est¨¢n llegando muchos jugadores asi¨¢ticos que pagan por entrenarse con el equipo. "Te dan 500 euros, o mil, para que los tengas 15 d¨ªas y pueden volver diciendo que han jugado en Espa?a", relata un directivo de Tercera. Pero tambi¨¦n hay cada vez m¨¢s espa?oles fuera, jugadores y t¨¦cnicos, porque la calidad media es alta, comparada con otras ligas. Chavales de Tercera juegan en primera en Islandia o B¨¦lgica, y no digamos en Asia. Con todo, en este torbellino de pasiones y problemas, casi todo el mundo coincide en una reflexi¨®n: "Lo peor es gestionar a algunos padres". Los obsesionados con que su hijo es el nuevo Ronaldo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.