Barcelona - Alav¨¦s: La Copa y el ¡®Cop¨®n¡¯
El Bar?a espera el t¨ªtulo casi como una obligaci¨®n, mientras que para el Alav¨¦s ser¨ªa un broche de oro a una temporada de mucho m¨¦rito
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La final copera simboliza como pocas veces un cruce de caminos tan opuesto: para el Bar?a el t¨ªtulo es una obligaci¨®n; para el Alav¨¦s ser¨ªa el ed¨¦n. Lo que para unos es la Copa, para otros ser¨ªa el Cop¨®n. Si el t¨®pico dice que esta final de hoy (21.30, Tele 5) es la gran fiesta del f¨²tbol espa?ol, para Vitoria es mucho m¨¢s y para Barcelona bastante menos. Y como plaza, el Vicente Calder¨®n a punto del derrumbe. Alicientes no faltan. Por mucho que el cartel destile un supuesto trecho entre unos y otros, bien saben los contendientes que en el f¨²tbol los modestos pueden improvisar la gloria.
Para los azulgrana es el ¨²nico consuelo para cerrar un mal curso y ventilar un poco la judicializaci¨®n que directa o indirectamente atormenta a la instituci¨®n. Desde que Johan Cruyff acabara hace 25 a?os con el victimismo cr¨®nico del Bar?a, el club ya no puede redimirse con una simple Copa. Eso ser¨ªa rebobinar al precruyffismo, cuando una Copa ante, pongamos Las Palmas, o una Recopa, pongamos que ante el Fortuna de D¨¹sseldorf, alcanzaban ecos mitol¨®gicos entre los cul¨¦s. Para su suerte, los tiempos han cambiado, la escala de las expectativas es mucho mayor.
Enfrente, todo lo contrario. El glorioso equipo vitoriano ya ha hecho cumbre en su regreso a la ¨¦lite y est¨¢ a un paso de la inmortalidad. No solo ha regateado al descenso con gran solvencia, sino que ha tenido aliento para auparse hasta la segunda gran final de su historia tras la ¨¦pica cita con el Liverpool en la final de la UEFA de hace 16 a?os. Como ahora, el equipo alav¨¦s se midi¨® a un rival que le sacaba m¨¢s de tres cabezas. Entonces, los muchachos de Man¨¦ no se rindieron ni a palos hasta que una fat¨ªdica peinada de Geli en la pr¨®rroga les hizo sucumbir 5-4 por lo que en aquellos tiempos se reglamentaba como gol de oro.
De Dortmund, sede de aquella inolvidable cita, al Manzanares, el Alav¨¦s ha tenido una agon¨ªstica traves¨ªa. Pero ha renacido a lo grande con gestor tan bic¨¦falo como exitoso. Con Josean Querejeta en los despachos ya no solo tiene eco el Baskonia. Vitoria tambi¨¦n exuda f¨²tbol. Y, por lo que transpira este Alav¨¦s, todo indica que algo grande puede estar a la vista. El espejo baskonista es la referencia.
Los m¨¦ritos del conjunto de Pellegrino han sido extraordinarios. El t¨¦cnico argentino, devoto y exdisc¨ªpulo de Rafa Ben¨ªtez, ha maniobrado con precisi¨®n de cirujano con una plantilla renovada casi en su totalidad para navegar con ¨¦xito en dos competiciones.
Justo al rev¨¦s de lo sucedido con su adversario, que no ha encontrado remedios en el banquillo para desahogar a su primera guardia pretoriana. En su despedida, Luis Enrique no podr¨¢ contar con Sergi Roberto y Aleix Vidal. Laterales derechos ambos e igual de postizos tras la mala gesti¨®n con la salida de Alves, pero los ¨²nicos recambios. El t¨¦cnico asturiano tendr¨¢ que improvisar. Tambi¨¦n dar con el relevo de Luis Su¨¢rez, sancionado, lo que sobrecarga la mochila de Messi y Neymar. El presumible relevo del uruguayo, Paco Alc¨¢cer, tampoco ha tirado muchos confetis en este curso. Como Cillessen, al que se espera como portero despu¨¦s de 109 d¨ªas a la sombra.
El Alav¨¦s llega entero y con un orfe¨®n de 25.000 hinchas. Con el exazulgrana Pellegrino ya hizo un bingo atronador en Liga en el Camp Nou y desde aquella campana de septiembre ha dado un tremendo estir¨®n. En especial chicos en cesi¨®n como Theo, ya fichado por el Real Madrid, y Marcos Llorente, el en¨¦simo apunte geneal¨®gico de los Gento, al que se espera de vuelta a Chamart¨ªn para la pr¨®xima temporada. Junto a ellos, tambi¨¦n han cuajado futbolistas variopintos. Algunos de casa, como Manu Garc¨ªa y otros renacidos, como Kiko Femen¨ªa. Y los hay que ya tienen recorrido, como Ibai G¨®mez y Toquero, que sabe lo que es marcar al Bar?a en una final de Copa, con el Athletic en 2009. Con todos ellos se ha apa?ado m¨¢s que bien Pellegrino. Hasta llegar a este may¨²sculo reto, en el que pase lo que pase nada se reprochar¨¢ el Alav¨¦s. Pero como no pase lo que supuestamente tendr¨ªa que pasar, en el Bar?a el azote ser¨¢ sonado.
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