Dumoulin gana el Giro en la contrarreloj final
El ciclista de Maastricht, primer holand¨¦s que se impone en la historia de la corsa rosa. Nairo acaba segundo por solo 31s
Nairo Quintana se qued¨® a poco m¨¢s de 200m de empedrado junto al Duomo de Mil¨¢n para ganar su segundo Giro de Italia en su segundo intento. En la contrarreloj final (30 kil¨®metros llan¨ªsimos entre Monza y Mil¨¢n) el holand¨¦s Tom Dumoulin le aventaj¨® en 1m 24s, 31s m¨¢s de los que necesitaba para convertirse, a los 26 a?os, en el primer holand¨¦s que gana la corsa rosa,justo el a?o que cumpl¨ªa su cent¨¦sima edici¨®n. Nairo qued¨® segundo. Tercero, a 40s de Dumoulin, termin¨® el ¨ªdolo local, el siciliano Vincenzo Nibali.
La victoria en la etapa final de uno de los Giros m¨¢s igualados de la historia fue para otro holand¨¦s, el rodador del Lotto Jos van Emden, que, rodando a m¨¢s de 53 por hora, aventaj¨® en 15s a su compatriota Dumoulin. Solo otros dos holandeses en la historia han sido capaces de ganar una gran ronda por etapas. Jan Janssen gan¨® la Vuelta del 67 y el Tour del 68 (en una incre¨ªble contrarreloj final) y Joop Zoetemelk gan¨® la Vuelta del 79 y el Tour del 80.
Llegado a las calles de Mil¨¢n, alborotadas y atestadas de aficionados, y trazadas dos curvas malas por tanto coraz¨®n como le sal¨ªa por la boca, Nairo Quintana pudo emitir un suspiro de alivio. Hab¨ªa perdido el Giro, y no por tanto como tem¨ªa, pero hab¨ªa salvado la segunda plaza del podio, un objetivo del que dudaba a¨²n mientras calentaba todo de rosa vestido en el rodillo instalado en los boxes del circuito de Monza. Ten¨ªa por delante 30 kil¨®metros contrarreloj muy llanos y 53s de ventaja ante Tom Dumoulin, el mejor corredor del Giro. Un holand¨¦s gigantesco, una f¨¢brica de vatios en sus pulmones, que le hab¨ªa apabullado tanto en la anterior contrarreloj, donde perdi¨® casi tres minutos, como le hab¨ªa sorprendido en las monta?as de toda Italia, en las que unos d¨ªas hab¨ªa resistido y otros atacado, en Oropa, y vencido.
Si Nairo, pese a todo, y pese a la falta de fortaleza demostrada, a¨²n marchaba primero en la carrera era porque Dumoulin, tan talentoso, tan tranquilo, hab¨ªa cometido unos cuantos errores que hab¨ªan dado vida y esperanza a sus rivales. Ni Nairo Quintana afront¨® el Giro tan fuerte como ¨¦l y su equipo pensaban ni los rivales fueron tan d¨¦biles como quisieron creer. Dumoulin un d¨ªa se hab¨ªa empachado y los intestinos se le rebelaron en el peor momento, entre dos ascensiones al padre Stelvio; otro d¨ªa se hab¨ªa distra¨ªdo, y su equipo, tan ca¨®tico, le hab¨ªa dejado atr¨¢s en el fragor de la batalla. Nairo casi no se lo pod¨ªa creer. Estaba l¨ªder el ¨²ltimo domingo. No solo hab¨ªa podido con el extraviado Dumoulin, sino que ni siquiera le hab¨ªan adelantado escaladores como Nibali o el franc¨¦s Thibaut Pinot o el t¨¢rtaro Ilnur Zakarin, que hab¨ªan mostrado estar al menos tan fuertes como ¨¦l en la monta?a. Estaban todos en menos de 80s, pero estaban detr¨¢s.
El Nairo del Giro no era el de la Tirreno-Adri¨¢tico y su Terminillo o el de la Vuelta a Valencia o hasta el de la Vuelta a Asturias y el Acebo, carreras en las que hab¨ªa atacado y triunfado en todos sus finales en alto. No era el Nairo al que todos hab¨ªan elegido como favorito sin duda. El nairo de Monza antes de la ¨²ltima contrarreloj de un Giro muy duro solo pod¨ªa concluir que estaba all¨ª as¨ª gracias a su equipo, el Movistar, gracias al trabajo de sus compa?eros, gracias a la direcci¨®n en carrera de Jos¨¦ Luis Arrieta. El jefe hab¨ªa sido capaz de hacer correr a los ocho ¨¦quipiers de Nairo guiados por Andrey Amador, de tal manera que sus movimientos sirvieran lo mismo para lanzar a su capit¨¢n al ataque si este estaba en disposici¨®n ofensiva (lo que raramente ocurri¨®) como para protegerle a la defensiva.
Lucha de debilidades
¡°El ciclismo de verdad, pese a lo que muchos crean, no tiene nada que ver con la play station¡±,dice Eusebio Unzue, el responsable m¨¢ximo del Movistar, quien sabe que la t¨¢ctica sirve sencillamente para que los corredores de uno escondan sus debilidades y, a la vez, exploten las debilidades del rival.
Los fuertes, los muy fuertes, ganan sin necesidad de m¨¢s t¨¢ctica que la de la supervivencia si llegan mal dadas, y sin equipo. Los fuertes, como Dumoulin, pueden a veces jugar al ciclismo como lo hacen a la play station. El holand¨¦s inici¨® su carrera como especialista contrarreloj, pero cuando empez¨® a perder peso, y comprobando que no perd¨ªa potencia, le cogi¨® gusto a las monta?as, que escalaba con clase y buena pedalada. Termin¨® quinto una Vuelta que habr¨ªa ganado si no se despista el pen¨²ltimo d¨ªa; purg¨® el error en 2016, un a?o duro, y volvi¨® nuevo en el 17, m¨¢s delgado, m¨¢s fuerte.
En los boxes de Monza, Dumoulin solo ten¨ªa que hacer cuentas. Calcular cu¨¢ntas pedaladas tendr¨ªa que dar a su Giant de 7,8 kilos armada con un plato enorme, de 58 dientes; dividir cada impulso para confrontarlo con los m¨¢s de 400 vatios que a¨²n, cansado como estaba, casi en las ¨²ltimas, pod¨ªa generar. Las cuentas le salieron. A Nairo tambi¨¦n. El equipo le ped¨ªa 360 vatios para salvar su segunda plaza, su tercer podio consecutivo en una grande, el sexto en las nueve grandes que ha disputado (y ya ha ganado un Giro y una Vuelta). Donde no llegaban sus piernas lleg¨® su coraz¨®n.
Por 9s pudo con Nibali, su rival m¨¢s cercano, en el que m¨¢s pensaba antes de empezar un Giro que le descubri¨®, a ¨¦l y al mundo, a Dumoulin, su rival del futuro. Uno de su generaci¨®n. Uno nacido en 1990, como ¨¦l.
Confortado as¨ª en la derrota, y su optimismo habitual da?ado, tendr¨¢ ya tiempo en M¨®naco, mientras prepara el Tour, su sue?o, para enfrentarse a la gran duda: ?de verdad este Giro me ayudar¨¢ a ganar el Tour? ?Con lo que demostrado, podr¨¦ ganarlo?
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