La Juventus, tres tragedias y un esc¨¢ndalo
La historia del club turin¨¦s, gran ganador en Italia y gran perdedor en Europa, es una historia de renacimientos
Tan italiana fue siempre la Juve que su indiscutible reinado dom¨¦stico contrasta con su tr¨¢nsito mucho m¨¢s peatonal por Europa. Nadie ha gobernado el calcio como el club turin¨¦s (33 Ligas) y nadie ha perdido tantas finales de la Copa de Europa (seis). La aristocr¨¢tica Juve de la imperial familia Agnelli ha levantado dos ¡°orejonas¡±, tantas como el Nottingham Forest. Campante por Italia, en Europa sufre mal de altura. Y no ser¨¢ por falta de potencial financiero u olimpo de jugadores: S¨ªvori, John Charles, Boniperti, Altafini, Capello, Zoff, Scirea, Rossi, Bettega, Boniek, Platini, Baggio, Del Piero, Nedved, Zidane, Buffon¡
S¨ªmbolo de la gran nomenclatura financiera italiana, el club antepuso siempre la cultura del esfuerzo y la humildad. Quiz¨¢ por ello no cuajaron todas sus estrellas ni hay rastro de una Juve de ¨¦poca europeoa al estilo del Inter de Helenio Herrera o el Milan de Sacchi y Capello. S¨ª de un equipo competitivo, abnegado y siempre temido.
Fundado el 1 de noviembre de 1897 por estudiantes locales que se uniformaban con camisa rosa y corbata o pa?uelo negros, su incubaci¨®n tuvo miga. El empresario textil suizo Alfred Dick asumi¨® la presidencia en 1905, pero un a?o despu¨¦s, por desavenencias internas, cruz¨® de calle y alumbr¨® al Torino, el otro gran club de la ciudad.
La Juve qued¨® tocada hasta que en los a?os 20 tomaron el mando los Agnelli, ya entonces propietarios del majestuoso emporio Fiat y una especie de ¡°real¡± familia italiana. Edoardo Agnelli, hijo del fundador, Giovanni, fue el primero de la saga en presidir la Juve. Hoy, 94 a?os despu¨¦s, el cargo lo ocupa su nieto Andrea. Lo mismo hicieron su t¨ªo Gianni (1947-1954) y su padre Umberto (1955-1962). En 2010, a Andrea le aup¨® al cargo su primo y predecesor, John Elkann. En la Juve todo queda en casa de la Fiat.
La muerte de Edoardo, el pionero al mando, en un accidente a¨¦reo en G¨¦nova el 14 de julio de 1935, anticip¨® el primero de los cuatro sucesos que han marcado la historia del club: las tragedias de Superga en 1949 y Heysel en 1985 y las fechor¨ªas internas que en 2006 le costaron su ¨²nico descenso de la Serie A.
Con los Agneilli, hasta el fallecimiento de su primer dirigente, la Juve hab¨ªa logrado seis t¨ªtulos de liga. Tras la defunci¨®n tardar¨ªa doce temporadas en recuperar el trono. Y su regreso al ¨¦xito tuvo que ver con una cat¨¢strofe. A las 17.05 del 4 de mayo de 1949 un avi¨®n se estrell¨® contra un muro de la parte posterior de la Bas¨ªlica de Superga, en una colina de Tur¨ªn. Era la expedici¨®n del Gran Torino, el conjunto dominante de la ¨¦poca. El equipo regresaba de un amistoso en Lisboa frente al Benfica. Murieron 18 jugadores, entre ellos Valentino Mazzola, su principal icono, y otras 13 personas m¨¢s, entre periodistas, t¨¦cnicos, dirigentes y empleados de la entidad. Desde 1942 hasta el curso del siniestro total, el Torino hab¨ªa ganado las cinco ligas disputadas, ya que la 43-44 y 44-45 se suspendieron por la Segunda Guerra Mundial. No fue casual que la Juve de nuevo hiciera bingo tras una larga traves¨ªa en el desierto justo la temporada siguiente al duelo que conmocion¨® al mundo entero.
Con otro Agnelli al gobierno, Umberto, lleg¨® el segundo gran momento de la instituci¨®n. El club alist¨® a dos de sus jugadores m¨¢s legendarios: el argentino Omar S¨ªvori, apodado el ¡°Cabez¨®n¡±, y el gal¨¦s John Charles, etiquetado como ¡°El Gigante Bueno¡±. Junto a Giampiero Boniperti, la Juve form¨® el ¡°Tr¨ªo M¨¢gico¡±, con el que arras¨® en el calcio. Como prueba, un 9-1 al Inter en 1961 con seis goles del fabuloso S¨ªvori, Bal¨®n de Oro esa temporada.
La conexi¨®n galesa
Con Charles, con sus casi 190 cent¨ªmetros un goleador diferente al fabuloso S¨ªvori, lleg¨® la primera conexi¨®n galesa de los juventinos. Aunque sea entre los m¨¢s veteranos de la afici¨®n de Gales, no solo Bale tiene tir¨®n en Cardiff. Si el madridista llev¨® a Gales a su primera Eurocopa, Charles le condujo a su primer y ¨²nico Mundial (1958). Al contrario que Bale, no naci¨® en la ciudad sede de la final, sino en Swansea, pero jug¨® en el Cardiff City de 1963 a 1966. Fue el primer gran futbolista gal¨¦s, un tipo con enorme gancho entre sus paisanos y los juventinos, para los que se alist¨® entre 1957 y 1962. Nada que ver con el tr¨¢nsito por la entidad piamontesa del segundo ilustre gal¨¦s. Ian Rush, mito del Liverpool, apenas dej¨® pisadas en el Piamonte y solo dur¨® un a?o. En algunas encuestas populares entre la hinchada ¡°bianconera¡±, Charles fue elegido como el segundo mejor de la historia del club tras Michel Platini. Precisamente con Platini como testigo principal llegar¨ªa otro cataclismo: Heysel.
Antes del funesto 29 de mayo de 1985, la Juve vivi¨® otro periodo de esplendor. Con Boniperti en el sill¨®n presidencial desde 1971 el club fich¨® a lo mejor de Italia (Zoff, Capello, Bettega, Causio, Rossi, Galderisi) y en 1973 alcanz¨® su primera final de Copa de Europa, en la que sucumbi¨® ante el Ajax de Johan Cruyff. Desde el a?o siguiente y hasta 1984 cosech¨® seis t¨ªtulos de la serie A, aunque por el camino perder¨ªa su segunda final europea, ante el Hamburgo (1983). Ya con Platini lleg¨® a la tercera cita con la Orejona. Le esperaba el Liverpool en el estadio de Heysel, en Bruselas. Y tambi¨¦n una masacre.
Un monstruoso ataque de los ¡°hooligans¡± ingleses acab¨® con la vida de 39 personas, 32 seguidores de la Juve, cuatro belgas, dos franceses y un brit¨¢nico. Las autoridades decidieron que el partido se jugara, a¨²n con cad¨¢veres presentes, y el cuadro italiano gan¨® su primera Copa con un gol de penalti de Platini. Una Copa en la que nada hubo que festejar. Eso s¨ª, la Juve, que ya ten¨ªa la UEFA de 1977 y la Recopa de 1984, se convirti¨® en el primer club en conquistar los tres t¨ªtulos europeos.
Los nauseabundos sucesos de Heysel marcaron de nuevo el devenir de los piamonteses. Si bien ganaron la Intercontinental en diciembre de 1985 y otra liga en junio de 1986, tardar¨ªan nueve a?os en atrapar otro ¡°scudetto¡± y once volver a una final de Copa de Europa ¨Cganada al Ajax por penaltis en 1996-. Menos suerte tuvo en las dos ediciones siguientes, una perdida con el Borussia Dortmund y otra con el Real Madrid, que se resarci¨® despu¨¦s de 32 a?os de sequ¨ªa para disgusto de Zidane.
Tres a?os despu¨¦s de su quinta derrota en la final (esta vez con el Milan), en 2006 lleg¨® el cuarto punto de inflexi¨®n juventino. No por una muerte propia (Edoardo Agnelli), una tragedia (Superga) o una matanza (Heysel). Esta vez por las turbias maniobras de Luciano Moggi, un director general con querencia a manejar a los ¨¢rbitros a su antojo. Le pillaron tras unas escuchas telef¨®nicas. La Juve fue desterrada a la Serie B y se le despoj¨® de sus ligas de 2005 y 2006. Un esc¨¢ndalo may¨²sculo.
De las cenizas de su primer y ¨²nico descenso, el club regres¨® al curso siguiente a la m¨¢xima categor¨ªa y, en esta ocasi¨®n, no tard¨® tanto en resucitar. En 2011 reconquist¨® el calcio y lo ha gobernado con pu?o de hierro hasta la fecha, con seis tronos consecutivos. Como es costumbre, en Europa otra Copa esfumada (en 2015 frente al Bar?a). Pero la Juve, pase lo que pase, sea largo o medio el par¨®n, siempre vuelve. Para deleite del 35% de los seguidores del calcio que, seg¨²n una encuesta del Instituto Demos de 2015, se declaran hinchas de una instituci¨®n m¨¢s enraizada en Italia que en la propia Tur¨ªn. Lo mismo da que se le tenga como el gran perdedor en Europa. Resurrecci¨®n a resurrecci¨®n, la Juve no marchita.
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