Una final para marcar ¨¦poca
El Madrid se juega ante la Juventus su 12? Copa de Europa y un doblete que no consigue desde la ¨¦poca de Di St¨¦fano
En este f¨²tbol en el que ma?ana es anteayer conviene rebobinar a 1998 para encuadrar la segunda final entre el Madrid y la Juve (20.45, Antena 3 y Bein Sports). Por mucho que aquella fecha remita al pleistoceno, sin ese triunfo madridista en Amsterdam no se entender¨ªa a este Real que hoy puede marcar ¨¦poca en Cardiff. El S¨¦ptimo chupinazo no solo liber¨® al club de un barbecho de 32 a?os, sino que produjo un vuelco de gobierno. De la pujanza de ingleses, alemanes, italianos y holandeses a la expansi¨®n del f¨²tbol espa?ol, ganador de ocho t¨ªtulos desde aquel gol de Mijatovic a la Juve, cuatro para el Madrid y otros cuatro para el Bar?a. E igual n¨²mero de subcampeonatos entre Atl¨¦tico y Valencia.
Si en 1998 el Real regres¨® a la pasarela y despej¨® los fantasmas para las siguientes plantillas de Chamart¨ªn, hoy el equipo de Zinedine Zidane puede marcar una ¨¦poca y ser la versi¨®n m¨¢s cercana al Madrid de Di St¨¦fano. Desde los tiempos de La Saeta no firma un doblete Copa de Europa-Liga (1958). Y tampoco ha abrochado dos orejonas sucesivas.
La Copa de Europa, el torneo de clubes m¨¢s prestigioso del mundo, nunca fue un pase¨ªllo para nadie, ni siquiera para el arrollador Madrid de los inicios del torneo. Como prueba, desde que en 1961 el Benfica de Eusebio le descolgara del trono tras los cinco primeros podios encadenados, solo un racimo de clubes ha sellado un ciclo glorioso, si se toma como tal el haber certificado al menos dos t¨ªtulos seguidos. Al margen del Madrid de La Saeta, desde la embrionaria edici¨®n de 1956 solo lo pueden acreditar siete entidades: Benfica (61-62), Inter (64-65), Ajax (71-72-73), Bayern (74-75-76), Liverpool (77-78), Nottingham (79-80) y Milan (89-90). De la ¨²ltima gesta, la de los milanistas, han pasado ya 27 a?os. En Cardiff, el Madrid lo tiene a un partido. De tirar confetis en Gales con dos Copas correlativas, tres en las cuatro ¨²ltimas ediciones y con una semifinal de por medio, este Madrid quedar¨ªa inmortalizado. Y la eternidad es una reserva para elegidos: Di St¨¦fano, CR...
Para amplificar sus glorias, el Madrid tendr¨¢ que superar el escollo de la Juve, que no es un pe?asco cualquiera. Nunca lo fue, por m¨¢s que se le quedara cara de perdedor hasta en seis ocasiones. Y por m¨¢s que solo haya vencido con penaltis por delante. El ejecutado por Platini al Liverpool en la odiosa final de Heysel en 1985 (1-0) y los de Ferrara, Pessotto, Padovano y Jugovic en la tanda triunfadora ante el Ajax de Van Gaal en 1996. Con todo, la Juventus siempre tuvo hueso. Por tener tiene hasta tiene su propia BBC, aunque en direcci¨®n opuesta a la madridista.
Resulta sintom¨¢tico el peritaje de la escuadra de Massimiliano Allegri. De los alineados por el Madrid en Lisboa 2014 resisten todos salvo Casillas, Khedira y Di Mar¨ªa. De la Juve que un a?o despu¨¦s perdi¨® con el Bar?a en Berl¨ªn ya se han esfumado nueve: Evra, Pirlo, Pogba, Vidal, T¨¦vez, Morata, Pereyra, Coman y Llorente. Sobreviven cuatro italianos (Buffon, Barzagli, Bonucci y Marchisio) y el suizo Lichtsteiner. Con el eterno Buffon (a sus 39 a?os, las estad¨ªsticas le dan 1.009 partidos oficiales), el gran espinazo lo forman tres centrales. Tres centinelas como Barzagli, Bonucci y Chiellini ¡ªbaja en Berl¨ªn 2015¡ª. Solo han concedido tres goles en esta Champions. Buffon y su BBC son el genoma de la Juve, no su ¨²nico argumento.
Desde el azote en Berl¨ªn ante el Bar?a, la Juve ha ganado soltura. Alves, muy adelantado, y Alex Sandro le dan mayor vuelo por fuera, Khedira se descuelga con asiduidad, Pjanic toca las teclas a bal¨®n parado, Dybala ilumina e Higua¨ªn y Mandzukic tienen mazo. El argentino no es un blanco fijo para los rivales y el croata, desde la banda izquierda, ataca muy bien los servicios diagonales al segundo palo, por lo general delineados por este irreductible Alves. Parece que Allegri se aferre a estigmas hist¨®ricos: no hubo zagueros m¨¢s reputados que los italianos, ni laterales tan aclamados como los brasile?os. En Argentina el diez (el prometedor Dybala) tiene un cuajo de f¨¢bula.
Frente al buen bloque juventino, un Madrid con todo y para todo. Un Real que ha demostrado ser mucho m¨¢s de lo much¨ªsimo que ya es Cristiano. Tiene solistas y coro con recursos infinitos. Como muestra de su cat¨¢logo, de los 24 convocados, Zidane tendr¨¢ que descartar a seis. Entre los candidatos, Pepe, James, Lucas¡ Ninguno es un telonero futbol¨ªstico. Por supuesto, tampoco Bale, que de vuelta a casa quiz¨¢ le espere el banquillo. El gal¨¦s ha expresado esta semana que no est¨¢ a tope, un alivio para Zizou, diplom¨¢tico al deslizar que el brit¨¢nico puede alinearse con Isco. Al andaluz no solo le abre camino la lesi¨®n de Bale; le acreditan sus actuaciones de este curso. Zidane ya pag¨® en el ¨²ltimo cl¨¢sico del Bernab¨¦u la apresurada reaparici¨®n del de Cardiff. Menos arriesgada parece la titularidad de Carvajal, inactivo desde el 4 de mayo. Al contrario que Bale, el madrile?o ha expresado su total plenitud.
Al Madrid no solo le distinguen sus atributos futbol¨ªsticos. El contagio del llamado 93 de Sergio Ramos le procur¨® en Lisboa 2014 un chute de autoconfianza extra. Desde entonces emparenta de nuevo con el Madrid de casi toda la vida. Un equipo que se tiene tanta fe que en 14 finales solo ha ca¨ªdo en tres (1962, 1964 y 1981, ante Benfica, Inter y Liverpool). Solera no le falta con su fetichista Copa de Europa, hilo conductor del relato ¨¦pico de la entidad. Pero aquel 20 de mayo de 1998 quedaron laminados los espectros de 32 a?os. Empez¨® el nuevo despegue que hoy le puede entronizar cerca del mejor Real Madrid que se recuerda. Y no hay club con el list¨®n m¨¢s alto.
El Madrid de Cardiff est¨¢ ante otro Real de leyenda. Casi nada.
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