A Florentino ya no le preocupa el Barcelona
Hoy se vende la figura de Zidane como un Guardiola humilde, una manera de marcar distancias con el club azulgrana y de reforzar la forma de ser del Madrid
Hay detalles reveladores sobre la naturaleza de los clubes y especialmente respecto al poder de sus mandatarios, sobre todo en la dial¨¦ctica Madrid-Bar?a. Florentino fich¨® a Mourinho para combatir a Guardiola en plena hegemon¨ªa azulgrana mientras Bartomeu ha elegido a Valverde para sustituir a Luis Enrique en el momento de m¨¢ximo esplendor del equipo de Zidane.
El Madrid no par¨® de manchar los ¨¦xitos del Bar?a y, desde algunas trincheras de Madrid, se murmur¨® sobre la dieta de Messi, se sospech¨® de los ¨¢rbitros europeos que pitaron en Stamford Bridge y el Bernab¨¦u, se asegur¨® que Guardiola meaba colonia y se celebr¨® que Mou metiera su ¨ªndice en el ojo de Tito. Incluso se consider¨® como un acto de justicia que el t¨¦cnico del Madrid le hiciera la vida imposible al del Bar?a. Aunque puede aceptar la derrota, el madridismo nunca consinti¨® lecciones de f¨²tbol y menos de vida, como las que se le supon¨ªan a Guardiola cuando hablaba de los valores del Bar?a. El contencioso se relativiz¨® con las partidas de Guardiola y de Mourinho.
Al madridismo le preocupaba mucho Guardiola y menos Luis Enrique. Alrededor de Lucho ha habido mucha menos ideolog¨ªa y boato y, adem¨¢s, el equipo ha perdido identidad despu¨¦s de las salidas de Puyol y Xavi y la discontinuidad de Iniesta. Incluso se podr¨ªa decir que el ¨¦xito de Luis Enrique lleg¨® a sorprender a la propia empresa, circunstancia que avala la faena tit¨¢nica del asturiano y al tiempo compromete a la directiva de Bartomeu, que gan¨® las elecciones con el triplete y el tridente de Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar.
El Madrid dej¨® de preocuparse por el Barcelona y, una vez reafirmada su autoridad en la Champions con Ancelotti, pas¨® a ocuparse de la Liga en enero del a?o pasado cuando de manera insospechada gan¨® en el Camp Nou. El reinado de Zizou se edific¨® a partir de su victoria en el estadio del Bar?a. Hoy se vende la figura del t¨¦cnico franc¨¦s como un Guardiola humilde, una manera de marcar distancias con el Bar?a y de reforzar la forma de ser del Madrid, un club presidencialista que no necesita de secretario t¨¦cnico, ni de modelo, para expender su marca ganadora como se vio en Cardiff.
El madridismo nunca consinti¨® lecciones de f¨²tbol y menos de vida, como las que se le supon¨ªan a Guardiola cuando hablaba de los valores del Bar?a
Florentino es presentado como el Bernab¨¦u moderno desde que ha conseguido un doblete que no se daba desde 1958. Hoy el Madrid tiene la plantilla m¨¢s joven y variada de Europa; a ratos juega bien o muy bien, a la contra o llevando la iniciativa; ya no gana por una jugada afortunada sino por goleada; cuenta con el mejor de los artilleros ¡ªCristiano Ronaldo¡ª y un capit¨¢n muy a su gusto: Sergio Ramos; presume de figuras que se supon¨ªan m¨¢s pr¨®ximas al ADN azulgrana que al madridista: Modric, Kroos, Isco o Asensio. Y se anuncian elecciones para refrendar el liderazgo de Florentino. Las cosas vuelven a estar donde sol¨ªan en el Bernab¨¦u.
Recuperar el sentido de equipo
A los adversarios, entregados a la tarea de reforzarse en una dura competencia, no les ser¨¢ f¨¢cil revertir la situaci¨®n y disputar los t¨ªtulos al Madrid. Al Bar?a ya no le alcanza con Messi, el mejor jugador del mundo, sino que deber¨¢ fichar titulares y no suplentes, recomponer el plantel y profundizar en su estilo, cosa en la que ya se ha extendido Valverde. Necesita recuperar el sentido de equipo y la autoestima como club despu¨¦s de un tiempo de extrav¨ªo y de victimismo, mal dirigido como ha estado, sometido por Florentino.
Habr¨¢ culers que discutan sobre los fuera de juego de Cristiano y las sanciones de la FIFA despu¨¦s de que cualquier castigo parezca poca cosa ante la contundencia empleada contra el Bar?a. Tambi¨¦n se polemizar¨¢ sobre el porcentaje de espa?oles que est¨¢n a favor o en contra del Madrid. Y puede que se compare de nuevo la doctrina de Guardiola con la evangelizaci¨®n que propone Florentino.
La propuesta futbol¨ªstica de Zidane ha sido tan intachable como cuestionable fue en su d¨ªa el proceder de Mourinho
El presidente del Madrid, sin embargo, est¨¢ ahora en su derecho de reivindicarse porque su equipo se ha afirmado en la Liga y en la Champions. La propuesta futbol¨ªstica de Zidane ha sido tan intachable como cuestionable fue en su d¨ªa el proceder de Mourinho. No ser¨ªa razonable emborronar, por tanto, el ¨¦xito del Madrid desde el punto de vista azulgrana, sino que deber ser un est¨ªmulo para el equipo, ganador precisamente en el Bernab¨¦u.
El f¨²tbol exige tambi¨¦n juego limpio, una virtud que, por otra parte, nada tiene que ver con la ingenuidad competitiva que practica la directiva del Bar?a. Una cosa es el poder reverencial que inspira Florentino y otra la sumisi¨®n de Bartomeu. Apostar por Valverde significa aceptar las reglas del campo, cosa elogiable en un momento delicado, pero exige tambi¨¦n un cambio de pol¨ªtica en los despachos para restituir el papel del Bar?a. Ha habido decisiones reprobables en el Madrid y no se debe vivir de rentas en el Bar?a. Los directivos azulgrana no pueden envejecer con los jugadores, sin grandeza, tampoco alma ni mayor destino que el de convertirse en el Bar?a Legends. A Florentino ya no le preocupa el Bar?a y con Zidane nadie se acuerda de Mou. Valverde y Messi no solo precisan de un buen equipo, sino tambi¨¦n de un club fuerte para desafiar al Madrid.
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