El rugby total de los All Blacks rinde a los Lions
Nueva Zelanda brilla tambi¨¦n con la delantera y suma el primer punto de las series ante un meritorio rival (30-15)
Si a algo tienen que agarrarse los rivales de los All Blacks es que entre tanta exuberancia y velocidad, la mel¨¦ ser¨¢ su kriptonita. La realidad desminti¨® a los British & Irish Lions cuando ve¨ªan factible la haza?a de ser el primer visitante que gana en Eden Park desde 1994. Los All Blacks suelen tratar a la mel¨¦ como un tr¨¢mite; en cuanto se pueda, bal¨®n fuera y a correr. Pero en el momento m¨¢s tenso, Aaron Smith mand¨® embestir a sus delanteros. Lejos de evitar la trinchera, decidieron abrazarla. Y con el bal¨®n suelto, un gigant¨®n como Kieran Read traz¨® una jugada de malabarista. El capit¨¢n se zambull¨® para levantar el oval y su equipo anot¨® el ensayo que venc¨ªa sin remedio a su oponente.
El primer verso hab¨ªa sido de los Lions, que rozaron la marca cuando el minutero a¨²n marcaba cero en una internada brillante de Davies y Murray. Le falt¨® una marcha al irland¨¦s y los All Blacks se dieron por enterados. Su defensa oblig¨® a retroceder a los turistas, esperanzados en que el cielo premiara las patadas de su 9. Ante un rival empe?ado en cerrar el campo, los neozelandeses exhibieron contundencia en el juego corto.
Con las gacelas enjauladas, la exhibici¨®n fue de Brodie Retallick. Los All Blacks impusieron un tempo muy exigente a unos Lions que solo retrasaban lo inevitable. Las camisetas negras no se venc¨ªan sin peaje. Tambor a tambor, el campo se inclin¨® sin remedio. Y Retallick se adue?¨® del partido, asegurando cada bal¨®n y convirti¨¦ndose en un mercanc¨ªas. Ensuci¨® como nadie la circulaci¨®n del rival ¨CKruis fue un juguete en sus manos¨C y demostr¨® una habilidad para continuar la jugada que no se espera en un segunda l¨ªnea. El marcador no tard¨® en reflejar su dominio y el ensayo de Codie Taylor -un delantero desmarcado junto a la banda anotando tras un saque r¨¢pido- estableci¨® un colch¨®n de 10 puntos.
Los Lions tuvieron el m¨¦rito de frenar la sangr¨ªa hasta que Liam Williams les devolvi¨® a la contienda. El zaguero par¨® el tiempo donde m¨¢s altas son las pulsaciones. Recogi¨® un bal¨®n en su propia 22, hizo un quiebro magistral a Read y cabalg¨® dejando rivales por el suelo. La adelantada guarnici¨®n neozelandesa hab¨ªa recibido su propia medicina. Daly y Davies apoyaron la secuencia y el esforzado O¡¯Brien culmin¨® un ensayo memorable que dejaba el choque abierto al descanso (13-8).
Los turistas trataban de t¨² a t¨² al gendarme mundial haciendo bien esas peque?as cosas que siempre fallan ante los All Blacks. Los placajes contundentes de Te¡¯o o los balones que O¡¯Mahony aseguraba en la banda. Eran los neozelandeses quienes ve¨ªan la presa escapar y los visitantes rozaron otro ensayo al contragolpe. Los Lions mandaron a la banda el oval y rechazaron los tres puntos del golpe de castigo. Sin premio. Otro comod¨ªn malgastado.
De repente, la hip¨®tesis de que los All Blacks eran falibles se volvi¨® un sue?o. Esa mel¨¦ que tanto esperaban los Lions les jug¨® una mala pasada y los locales sonrieron con el ensayo de Rieko Ioane. Se not¨® el baj¨®n an¨ªmico en los europeos y un fallo de Williams al embolsar una patada alta le dio otra autopista a Ioane. La estrella incipiente prob¨® su val¨ªa: a los 20 a?os, en su primera titularidad, se fue a la ducha con dos ensayos. Le sali¨® bien la apuesta a Steve Hansen.
Los turistas, que maquillaron con la marca de Rhys Webb, tienen dos partidos por delante para comprobar si los recursos del rival son finitos. Que los All Blacks tiraran de tanta baza ocasional es ya un m¨¦rito pero, como reconoci¨® su capit¨¢n, el irland¨¦s Peter O¡¯Mahony, no basta con jugar solo 60 minutos y lamentar las deudas del marcador. El rugby total no perdona.
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