El lugar donde Maradona sali¨® de la miseria
La primera casa del jugador, que le regal¨® Argentinos Juniors con 18 a?os, recuperada como museo
Han pasado 37 a?os desde que Diego Armando Maradona sali¨® de esta casa para no volver, pero al entrar parece que se hubiera marchado ayer. ¡°Los napolitanos se vuelven locos cuando entran ac¨¢. Ya han venido varios. Y los argentinos. El otro d¨ªa vino un se?or con sus dos hijas. Se llaman Mara y Dona. Hay mucho fanatismo¡±, se r¨ªe Alberto P¨¦rez, exdirigente de Argentinos Juniors, el club con el que Diego debut¨® en primera divisi¨®n. Fue ¨¦l quien firm¨® el primer contrato de Maradona, y ahora ha comprado y recuperado la primera casa de la que fue propietario, que durante a?os funcion¨® como una f¨¢brica de bolsos, para convertirla en un museo. ¡°Llevaba 20 a?os detr¨¢s de esta casa, estoy orgulloso de haberla recuperado, me cost¨® mucho¡±, sentencia.
Las fotos de ¨¦poca del jugador con 18 a?os y su familia en todas las habitaciones, reconstruidas con muebles id¨¦nticos, llevan r¨¢pidamente a ese momento: 1978. Diego ya es una estrella en Argentina, pero no tiene ni casa propia. Incluso despu¨¦s de debutar en primera, en 1976, en plena dictadura, segu¨ªa viviendo en la chabola en la que naci¨®, en Villa Fiorito, con sus padres y sus siete hermanos. Poco despu¨¦s alquil¨® un peque?o apartamento, hasta que el club, al cumplir 18 a?os, le regal¨® la primera casa de su vida.
Es esta, en Lascano 2257. Nada espectacular, una t¨ªpica vivienda de clase media del popular barrio de Paternal, a tres manzanas del estadio de Argentinos, que ahora se llama Diego Armando Maradona. All¨ª vivieron todos: los padres, los hermanos, incluso algunos cu?ados. Diego ten¨ªa una peque?a habitaci¨®n para ¨¦l solo con una cama individual, sin lujos. Saltaba por la ventana para ir al ¨²nico ba?o, en la terraza. All¨ª est¨¢ todo, intacto. Hasta la parrilla que usaban para los asados.
¡°Viniendo de Villa Fiorito para ellos esto era un palacio. Eran una tribu. ?Sab¨¦s la familia que manten¨ªa Diego? En alg¨²n momento hubo 15 o 20 personas durmiendo ac¨¢. Todo era muy artesanal entonces. En la directiva nos plante¨¢bamos que como pod¨ªamos tener una promesa que nadie dudaba que era buen¨ªsimo en una villa miseria. Lo trajimos a un departamento alquilado, a siete cuadras de ac¨¢, ah¨ª conoci¨® a Claudia [la primera mujer y madre de sus hijas, con la que se separ¨® y reconcili¨® varias veces y ahora de nuevo se distanci¨®]. Pero no pagaba el alquiler a veces, los quer¨ªan desahuciar, era todo muy precario. Y decidimos comprarle esta casa. Algunas hermanas se quedaron en el barrio, viven ac¨¢ a dos cuadras¡±.
Visto con perspectiva parece incre¨ªble el tiempo que tard¨® Maradona en vivir como un millonario. Jug¨® cuatro a?os en Argentinos Juniors, un club peque?o, con un estadio discreto (17.000 personas), con un sueldo casi normal. Vivi¨® en esta casa hasta 1980, cuando la vendi¨® para ir a su primera mansi¨®n en Devoto. Ya empezaba a ser una estrella mundial. El Barcelona ya lo quer¨ªa, pero la dictadura argentina se movi¨® para impedirlo. Primero fue a Boca Juniors. All¨ª jug¨® un a?o, pero empez¨® una disputa entre los dos clubes. Como siempre, el trasfondo del caos argentino, en plena dictadura, les hac¨ªa discutir por los d¨®lares, que cambiaban bruscamente de valor. Boca no quer¨ªa pagar lo prometido. Al final lleg¨® el Barcelona y se lo llev¨®, le dio dos millones a Boca Juniors y casi seis a Argentinos, seg¨²n recuerda P¨¦rez.
Ah¨ª s¨ª empez¨® su carrera de multimillonario, que hoy sigue en Dubai, donde vive oficialmente. Los vecinos m¨¢s veteranos de Paternal a¨²n se acuerdan del Diego jugando a la pelota en la puerta de esta casa con sus hermanos. Ahora le est¨¢n terminando una estatua de 3,5 metros para colocar en la puerta del Estadio de Argentinos Juniors. Pero muchos a¨²n no le perdonan que se fuera a Boca y dejara este club de barrio. ¡°Algunos se olvidan, pero ac¨¢ hizo hizo 116 goles, en N¨¢poles 115¡±, se molesta P¨¦rez, que lleva a?os recolectando todo el merchandising imaginable de Maradona en los 80 para ambientar el museo. Todo lo que ve, lo compra. Y otras cosas las ha conservado, como el carn¨¦ para ir a la piscina del club que usaba Diego. Todo est¨¢ igual que en las fotos, hasta la mesa y los muebles de la cocina. No hay mejor manera para imaginar el salto que supuso para los Maradona salir de la miseria a la fama mundial que entrar en el lugar donde empez¨® a ser propietario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.