Garbi?e Muguruza se agranda: apabulla a Rybarikova y se enfrentar¨¢ a Venus Williams en la final de Wimbledon
La hispano-venezolana se exhibe ante una rival destemplada (doble 6-1, en 1h 05m) y se medir¨¢ el s¨¢bado (15.00) a la estadounidense (6-4 y 6-2 a Konta), solo dos a?os despu¨¦s de caer contra su hermana Serena
La escasa resistencia de Magdalena Rybarikova ayud¨®, porque a la eslovaca la situaci¨®n le vino grande, muy grande, enorme, pero eso no desluce un ¨¢pice el golpe de efecto de Garbi?e Muguruza, que venci¨® con una rotundidad que probablemente no era la esperada: doble 6-1, en solo 1h 05m. Por tanto, la hispano-venezolana disputar¨¢ su segunda final en Wimbledon, la tercera de un Grand Slam, y pese a la ciclotimia sigue dando que hablar, un a?o tras otro. El s¨¢bado (15.00), habi¨¦ndose asegurado ya el regreso al top-8 del circuito, luchar¨¢ por el t¨ªtulo del All England Tennis Club contra la veterana (37) Venus Williams: 6-4 y 6-2 a Johanna Konta.
Avanz¨® Muguruza de mordisco en mordisco, porque enfrente se encontr¨® con una adversaria blandita y tierna, tan tierna que apenas pudo ara?arle dos juegos y opuso una resistencia impropia de una semifinalista de un torneo como Wimbledon. Ahora bien, Muguruza, por su parte, hizo lo suyo, y lo hizo pr¨¢cticamente todo bien. Todo el m¨¦rito. Agradeci¨® la benevolencia de Rybarikova y rubric¨® una victoria que le permitir¨¢ disputar su segunda final en Londres y, qui¨¦n sabe, tal vez sacarse la espina de 2015, cuando cay¨® frente a Serena Williams.
Entonces irrumpi¨® a lo grande en el escaparate del tenis mundial. Era, todav¨ªa, un hermoso proyecto de campeona, 21 a?os y todo por hacer. Londres marc¨® la inflexi¨®n y a partir de ah¨ª, de ese primer fogonazo, ha ido creciendo exponencialmente. Conquist¨® su primer grande en Par¨ªs, el curso pasado, y se filtr¨® dos veces consecutivas en la Copa de Maestras de Singapur. Es decir, en un espacio corto de tiempo, un bienio cargado de emociones y vaivenes. Est¨¢ de nuevo a las puertas de elevar otro Grand Slam y el fen¨®meno Garbi?e, discutido a pesar de todo, vuelve a estar en la primera p¨¢gina deportiva.
As¨ª es Muguruza, una deportista de contrastes, a la que se le achaca falta de regularidad, pero que de una temporada a otra va dejando logros importantes. En Wimbledon le queda un solo paso, aunque el reconocimiento de alcanzar otra final ya queda ah¨ª. Antes, un triunfo redondo contra Rybarikova, a la que le pes¨® demasiado el escenario, La Catedral, la solemne central del major brit¨¢nico. Todo lo contrario que a Garbi?e, que no disfrutaba de la sensaci¨®n desde hace m¨¢s de un a?o, ya que hasta ahora hab¨ªa actuado en las pistas 1, 2 y 3. Este jueves oto?al regres¨® al templo y triunf¨®.
El marcador m¨¢s abultado en un grande
Domin¨® de la primera a la ¨²ltima bola, entre otras cosas porque el inicio de Rybarikova (28 a?os, 87 del mundo) fue catastr¨®fico. Todo le vino grande: el marco, la grada, la pista y sobre todo la bola profunda de Garbi?e. No encontraba soluci¨®n la eslovaca, desquiciada todo el rato, pateando la zona terrosa de los fondos porque no le sal¨ªa una o protestando a la juez de silla, pidiendo la revisi¨®n como una se?al evidente de impotencia. Su trazado hacia la semifinal invitaba a pensar en algo m¨¢s, o desde luego en no tan poco, porque no propuso y Muguruza se la llev¨® por delante como un cami¨®n de mercanc¨ªas.
Le rompi¨® el servicio cinco veces, dos en el primer parcial (para 2-0 y 4-0) y tres en el segundo (1-0, 3-0 y 6-1), y la arras¨® desde todos los frentes. La esquilm¨® en los restos y dej¨® su porcentaje de servicios en cifras rid¨ªculas: 26% de puntos con primeros y 31% con segundos. Le pegaba tan blandito a la pelota que para Garbi?e cada bola era una pera en dulce, mansa y a media altura, centrada, perfecta para percutir con la derecha o el rev¨¦s, daba igual. Todo eran rebajas. A la segunda opci¨®n de cerrar el partido, Muguruza acert¨® y certific¨® su presencia en la final, e igual¨® su marcador m¨¢s abultado en un grande (6-2 y 6-0 a Myrtille Georges en RG 2016).
Aterrizar¨¢ en el ¨²ltimo encuentro despu¨¦s de haber cedido solo 39 juegos, menos que nadie, en versi¨®n tornado; con una solidez y una entereza que ni siquiera exhibi¨® el a?o pasado cuando conquist¨® Roland Garros. Ahora, en Londres, aspira a reeditar el ¨¦xito de su tutora en este torneo, Conchita Mart¨ªnez, campeona en 1994. ¡°Es que Garbi?e es muy, muy buena. Es el sue?o para cualquier entrenador¡±, dec¨ªa ayer a este peri¨®dico la preparadora en un balc¨®n del All England Tennis Club. Y no le falta raz¨®n.
MUGURUZA: ¡°En una final no es bueno pensar que vas a hacerlo todo perfecto¡±
A partir del pr¨®ximo lunes, Garbi?e Muguruza figurar¨¢ ya como m¨ªnimo entre las ocho mejores tenistas del mundo. De hecho, si levanta la bandeja de campeona ascender¨¢ hasta el n¨²mero cuatro, despu¨¦s de haber arrancadro el torneo londinense como la 15.
La del s¨¢bado supondr¨¢ la primera final que disputa desde la que jug¨® la temporada pasada en Roland Garros y la octava en la que interviene una tenista espa?ola. Previamente lo hicieron Lili ?lvarez (1926, 1927, 1928), Conchita Mart¨ªnez (1994), Arantxa S¨¢nchez Vicario (1995 y 1996) y ella misma, que en 2015 perdi¨® contra Serena Williams por un doble 6-4, en 1h 24m.
¡°Una no puede ir a la final pensando que va a jugar de un modo perfecto, porque es el d¨ªa que tienes que estar lo m¨¢s tranquilo posible, en el que menos tienes que pensar algo as¨ª, porque hay un mont¨®n de factores que influyen¡±, recetaba Garbi?e, que si se cerrase el curso con la clasificaci¨®n actual participar¨ªa por tercera vez consecutiva en la Copa de Maestras.
¡°En una final siempre es un 50-50. Sobre el papel hay una favorita, pero al final a veces esto no importa porque las que hablan son las raquetas¡±, afirm¨® Muguruza.
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