Muguruza gana perdiendo
Pese a caer en los cuartos de Wuhan frente a Ostapenko (1-6, 6-3 y 6-2), la n¨²mero uno se afianza en lo m¨¢s alto tras la derrota de Pliskova. El pr¨®ximo lunes encabezar¨¢ el 'ranking' por cuarta semana seguida
Hablar de tenis, en infinidad de ocasiones, supone hacerlo de una paradoja, de modo que no sorprende en absoluto que ayer, pese a ceder en los cuartos de final del torneo de Wuhan e irse hacia Pek¨ªn con el regusto amargo de una derrota, Garbi?e Muguruza afianzara su n¨²mero uno y por lo tanto el resbal¨®n doliera un poquito menos. La espa?ola perdi¨® (1-6, 6-3 y 6-2) frente a la letona Jelena Ostapenko, pero se march¨® de China con premio bajo el brazo, puesto que el tropiezo de Karolina Pliskova ante Ashleigh Barty (4-6, 7-6 y 7-6) le garantiz¨® de forma autom¨¢tica ocupar por cuarta semana consecutiva la cima del circuito de la WTA.
As¨ª de parad¨®jico es el tenis femenino, al que es complicado encontrarle la l¨®gica. Muguruza se encumbr¨® despu¨¦s de caer en el US Open y ahora, despu¨¦s de las dos primeras citas asi¨¢ticas, todav¨ªa es m¨¢s l¨ªder gracias a los dem¨¦ritos de sus m¨¢s directas adversarias. La m¨¢s inmediata, la rumana Simona Halep, cay¨® contra todo pron¨®stico en su estreno en Wuhan, hace tres d¨ªas, y se encuentra a 600 puntos de diferencia. Y ayer, la que tampoco se mostr¨® fiable fue la checa Pliskova, derrotada y por lo tanto privada de la posibilidad de regresar a la cima que alcanz¨® fugazmente en julio.
As¨ª es la ley en el salvaje oeste femenino, una constante subida y bajada de adrenalina. Algo que reflej¨® a la perfecci¨®n el ¨²ltimo pulso de Muguruza, loco y descontrolado, absolutamente impredecible porque cuando todo parec¨ªa ir en una direcci¨®n muy clara dio un giro rocambolesco, porque cuando la espa?ola hab¨ªa comenzado como un tiro y la letona acumulaba desprop¨®sitos (15 errores no forzados y cinco dobles faltas en el primer parcial) la primera solt¨® el tim¨®n de la noche y la segunda se hizo con el mando. As¨ª de extra?o todo.
Cierto es que siempre cuesta descifrar a Ostapenko, la ¨²ltima campeona de Roland Garros, jugadora (20 a?os) que vive en la pista a ritmo de v¨¦rtigo y que contempla cada golpe como si fuera el ¨²ltimo, luego act¨²a siempre convulsionada y sobreexcitada. Propone siempre un cara o cruz, un todo o nada, pero resulta una amenaza sea cual sea la circunstancia. Los dos precedentes previos contra la n¨²mero uno, a su favor, ya adelantaban una tarea complicada, y el pron¨®stico negativo se cumpli¨®.
Ostapenko meti¨® la p¨®lvora en el ca?¨®n, invirti¨® los porcentajes de servicios y produjo ganadores para deshilachar a la espa?ola, que de nuevo tuvo que volver a ser atendida debido a los problemas musculares en los cu¨¢driceps de la pierna izquierda. En este sentido, se la percibe un tanto agotada f¨ªsicamente y ese puede ser un factor determinante en la recta final de la temporada. Al final, Muguruza cedi¨® siete veces el saque, entreg¨® seis juegos consecutivos y perdi¨®. Ahora bien, paradojas de la vida, sali¨® reforzada de Wuhan con destino a Pek¨ªn, donde del 2 al 8 de octubre expondr¨¢ de nuevo su trono a las amenazas.
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