Oblak salva al Atl¨¦tico ante el Legan¨¦s

Dos paradas de Oblak evitaron la debacle del Atl¨¦tico de Madrid en Legan¨¦s. Una vez m¨¢s sale el equipo de Simeone de Butarque trasquilado. Una vez m¨¢s no supo desmadejar la telara?a que le plante¨® Garitano. Una vez m¨¢s, cuando tiene que llevar la iniciativa para desmontar desde la pelota entramados defensivos, emergi¨® ese equipo tosco y plano. Sin apenas capacidad de sorpresa, con poca profundidad y amplitud, sum¨® un punto que le premia la batalla y el esfuerzo, pero que le condena el juego. El Sevilla, con 16 puntos, adelanta a los rojiblancos (15) en la tabla.

Simeone cambi¨® el sistema. Ac¨¦rrimo de la defensa de cuatro, por primera vez jug¨® con tres centrales de inicio, Gim¨¦nez, Savic y God¨ªn. De la ausencia de Filipe por lesi¨®n y la intuici¨®n de que el Legan¨¦s plantear¨ªa una dura batalla t¨¢ctica y f¨ªsica, como as¨ª fue, emergi¨® la variante. Ya en la pretemporada, Simeone dej¨® ver que ese dibujo podr¨ªa formar parte del muestrario de esta campa?a. Con esa f¨®rmula, logr¨® equilibrar el ¨²ltimo tercio del partido contra el Chelsea cuando dio entrada a Gim¨¦nez.

De ese novedoso golpe en la pizarra de Simeone tambi¨¦n sorprendi¨® que prescindiera de laterales naturales. No estaba Filipe, y Lucas, su sustituto natural, tambi¨¦n estaba tocado. Simeone no cont¨® ni con Juanfran ni Vrsaljko para la banda izquierda. Y lo que fue peor para los dos. Ni uno ni otro ocuparon la banda derecha. El sistema arrojaba un equipo sin laterales puros. A la izquierda jug¨® Sa¨²l de carrilero, que sum¨® otra posici¨®n m¨¢s a su cartel de todocampista. A la derecha, Correa, socorrido por detr¨¢s con esa mezcla de Gim¨¦nez entre tercer central y falso lateral. Gabi, Koke y Thomas ocuparon el centro y Griezmann y Vietto fueron la elecci¨®n en punta.

El resultado de ese cambio de esquema fue un equipo plano salvo los primeros cinco minutos. Con el paso de tiempo, ese Atl¨¦tico de Madrid mutado fue un bodrio. De ritmo cansino y tantos pases previsibles como horizontales cuando quer¨ªa jugar desde atr¨¢s como impreciso o perdedor de las segundas jugadas cuando jugaba en largo. Thomas estuvo tan seguro como poco da?ino en meros toques de tr¨¢mite. Gabi fue un escolta contemplativo en la salida de bal¨®n y Koke se hinch¨® a correr por zonas interiores para intentar prolongar esos circuitos de bal¨®n que no iban a ninguna parte. Garitano le cerr¨® todas las l¨ªneas de pase y le cedi¨® la pelota. De nuevo esa asignatura para los rojiblancos. Ejercer de dominador y crear peligro. De nuevo, suspenso. El problema no fue el dibujo.

No es la mejor virtud de este equipo jugar con el voltaje menos acelerado que exige dominar desde la pelota. Solo Sa¨²l, tras un escarceo de Correa, pudo poner a prueba a Cu¨¦llar. Fue con un zurdazo imponente y raso a la media hora de juego que fue bien repelido por el meta del Legan¨¦s.

Cambio de paso

El equipo de Garitano, manejando e[/TEX]l partido a su manera, igual¨® esa ocasi¨®n de Sa¨²l con una jugada nacida de un preciso pase de Rub¨¦n P¨¦rez a Szymanowski. Este, en una de las pocas veces que se exhibi¨®, pudo poner un centro al que Beauvue lleg¨® muy forzado. El primero en intentar acabar con ese p¨¢ramo futbol¨ªstico al que asisti¨® el personal en Butarque fue el t¨¦cnico del Legan¨¦s. Sent¨® a Brasanac en el descanso y dio entrada a El Zhar. Velocidad por trabajo que empez¨® a dar r¨¦ditos muy pronto. Una combinaci¨®n que pas¨® por Gabriel, Eraso, El Zhar, Zaldua y de nuevo El Zhar, que la culmin¨® con un dispar¨® duro, comenz¨® a perpetrar otra exhibici¨®n de Oblak. Al poco, Szymanowski se activ¨® de nuevo, centr¨® atr¨¢s, dejo pasar con inteligencia Beauvue y El Zhar exigi¨® a Oblak otro parad¨®n decisivo. Con esas dos intervenciones y una tercera a centro de Amrabat, sali¨® el meta esloveno de Butarque como el mejor de su equipo.

Ni siquiera el intento por naturalizar m¨¢s al equipo dando entrada a Vrsaljko por Griezmann para poder formar una defensa de cuatro con el croata a la izquierda tuvo mucha repercusi¨®n. Tampoco Carrasco super¨® en prestaciones a Correa ni Torres a Vietto. De nuevo, un dominio insulso del que solo brot¨® una buena peinada de God¨ªn a la que respondi¨® bien Cu¨¦llar. Demasiado poco. Con Torres hubo m¨¢s presencia en el ¨¢rea, m¨¢s empuje, pero lo que se generaba por detr¨¢s no daba para mucho.

La derrota con el Chelsea y el marat¨®n de partidos de las ¨²ltimas semanas pareci¨® pesarle mucho al Atl¨¦tico. Jug¨® poco y cre¨® casi nada.