Liverpool y Manchester United pierden su esencia

Liverpool y Manchester United son dos equipos ingleses, que por redundante que suene, tienen fama de ingleses. O lo ten¨ªan. O la tienen pero a veces la pierden. El caso es que ¨²ltimamente, al menos ocurre en Anfield, feudo de los reds, tienden a protagonizar partidos cuando menos poco ingleses, tan t¨¢cticos que resultan irreconocibles. Aunque en casi cualquier empate hay peque?as victorias, que no sirven para puntuar, pero algo dejan a la vista. En el de esta tarde, lo ¨²nico que el aficionado ingl¨¦s se habr¨¢ llevado a casa ser¨¢n dos grandes intervenciones de De Gea, especialmente un despeje con el pie izquierdo m¨¢s propio de otros deportes, y una buena clase de traslado del bal¨®n por parte de Matic. Un gigante que tiene convencido a Mourinho, por el que pag¨® casi 45 millones de euros al Chelsea, donde lo entren¨®.

Por segunda temporada consecutiva Liverpool y United empataron a cero en Anfield, y por segunda temporada consecutiva ninguno pareci¨® demasiado disgustado. Con esquemas de juego aparentemente ofensivos (4-3-3 para los de Klopp y un 4-2-3-1 en el lado de Mourinho) el partido se celebr¨® como una partida de ajedrez con el tiempo justo. Movimientos r¨¢pidos, peque?as avanzadillas que topaban una y otra vez contra alguna ficha rival. Coutinho y Wijnaldum se dirig¨ªan constantemente hacia De Gea, mientras que Matic y Ander Herrera se les opon¨ªan constantemente. Sin el bal¨®n en las bandas, al menos de una forma deliberada, el juego se enmara?¨® por una l¨ªnea que bien parec¨ªa una autopista en hora punta. P¨¦rdidas fruto del intento de pases casi siempre apresurados, y recuperaciones constantes fruto del poco espacio para transitar las zonas.

Lukaku ocup¨® la posici¨®n de delantero centro, como aquel que marcha solo y se adentra en la selva esperando refuerzos. No le llegaron al belga, que sin capacidad de abrir espacios y explotar esa potencia f¨ªsica sin igual en Inglaterra se queda en un armario con buenos pies pero sin demasiada imaginaci¨®n. Y sin el nueve a punto, el United no tiene una segunda l¨ªnea ofensivamente dispuesta a generar peligro. Es, en cierta manera, exactamente lo contrario que le sucede al Liverpool. Con Firmino como nueve, generan m¨¢s peligro Coutinho y Salah unos metros por detr¨¢s aunque no ofrezcan un alto porcentaje de eficacia goleadora. En ocasiones llegaron a estorbarse por el ansia de terminar las jugadas, de lo que se benefici¨® De Gea, hasta que tuvo que socorrer a su equipo con dos buenas intervenciones.

Tanto Klopp como Mourinho recurrieron a sus mejores recursos ofensivo en el banquillo, pero ni Rashford, Lindelof, Sturridge o Chamberlain mejoraron sobremanera lo que sus compa?eros hab¨ªan plasmado en el campo.

Termin¨® el partido y ambos entrenadores se dieron la mano. Ninguno puso gesto de disgusto. Puede que el f¨²tbol ingl¨¦s sea ahora una mezcla de muchos otros. Pero ver un marcador sin goles sigue siendo un rara avis.?