¡®Hijos del f¨²tbol¡¯: ?Se hereda la pasi¨®n?

Hay varios retos a los que se enfrentan todas las personas hinchas de un equipo de f¨²tbol que tienen descendencia. El primero, desde luego, es la paternidad o maternidad, que se extienden durante toda la vida. Exactamente igual que lo har¨¢ la relaci¨®n con el equipo de f¨²tbol al que tradicionalmente haya apoyado la familia. Son convenciones que el reci¨¦n llegado encuentra ya establecidas y a las que, en alg¨²n momento, se enfrentar¨¢.

Primero tendr¨¢ que decidir si le gusta el f¨²tbol o no. Hay hinchas que rezan cada d¨ªa al dios del balompi¨¦ para que as¨ª sea, y otros que ponen velas para que elijan el baloncesto. Y, una vez escogido el deporte, llega el punto clave del camino: ?de qu¨¦ equipo ser¨¢? Con tanto ¨ªdolo en la tele y tanta rebeld¨ªa incipiente, el riesgo de encaminarse hacia otros colores es relativamente alto. Y esa es una pesadilla recurrente: que tu hija sea aficionada del eterno rival.

En Hijos del f¨²tbol (Lince), Galder Reguera presenta un tierno manifiesto personal que es, a la vez, el de tantos otros que tienen una pasi¨®n futbol¨ªstica incorporada a su ADN. Devuelve al lector a la infancia a trav¨¦s de los ojos de su hijo mayor y ofrece tambi¨¦n la esperanza de una vida redonda, en la que Osvaldo Ardiles acabe un d¨ªa viendo un partido de f¨²tbol en el sal¨®n de la casa de tus padres.