Nadie pide cuentas a Robinho en Brasil por la violaci¨®n
Compa?eros y aficionados defienden al jugador tras su condena por una agresi¨®n sexual m¨²ltiple
Su club, el Atl¨¦tico Mineiro, dice que no actuar¨¢ porque es un ¡°asunto personal¡±. El jugador brasile?o guarda silencio mientras sus compa?eros le defienden. Y muchos aficionados se han echado a las redes sociales para jalearle. La condena a Robinho a nueve a?os de prisi¨®n por la justicia italiana, que consider¨® probado que el exdelantero del Real Madrid particip¨®, junto a otros cinco individuos, en la violaci¨®n colectiva de una mujer albanesa en 2013, cuando jugaba en el Milan, ha vuelto a revelar la indiferencia del f¨²tbol brasile?o ante las frecuentes conductas machistas y violentas de algunos jugadores. Adem¨¢s de Robinho, en los ¨²ltimos a?os otros futbolistas han estado implicados en casos de violaci¨®n y hasta de asesinato de mujeres, sin que eso da?ase su prestigio ni les cerrase las puertas de los clubes.
Robinho entren¨® ayer con normalidad en la ciudad deportiva del Atl¨¦tico, en Belo Horizonte. Y se limit¨® a divulgar una nota en las redes sociales en la que niega su implicaci¨®n en los hechos. El jugador a¨²n puede recurrir en dos instancias judiciales y, por ahora, no corre riesgo de ser detenido, ni siquiera en caso de condena definitiva, ya que la Constituci¨®n brasile?a impide la extradici¨®n de sus ciudadanos. Despu¨¦s del entrenamiento, Robinho se hizo fotos con ni?os que visitaban la ciudad deportiva y abandon¨® el campo en silencio. Al comentar la noticia en las redes sociales, muchos aficionados salieron en su defensa. Otros incluso hicieron chistes hom¨®fobos para referirse a Robinho como violador de ¡°Mar¨ªas¡±, el insulto con que los seguidores del Atl¨¦tico se refieren a la afici¨®n de su eterno rival, el Cruzeiro.
Tambi¨¦n compa?eros de Robinho defendieron su inocencia. ¡°No se le puede acusar de algo como eso cuando ¨¦l no ha hecho nada¡±, dijo el defensa Gabriel. No es la primera vez que el delantero es denunciado por agresi¨®n sexual. En 2009, cuando jugaba en el Manchester City, ya fue acusado de violaci¨®n por una mujer que lo conoci¨® en una discoteca. Robinho lleg¨® a viajar a Brasil sin autorizaci¨®n del club por miedo a ser detenido. Al retornar a Reino Unido, tuvo que presentarse en comisar¨ªa, donde pag¨® una fianza y sali¨® libre. El proceso fue archivado tres meses despu¨¦s.
Robinho se une a la lista de jugadores brasile?os protagonistas de esc¨¢ndalos de agresiones contra mujeres. El caso m¨¢s emblem¨¢tico es el del exportero del Flamengo Bruno, condenado a 22 a?os de prisi¨®n por ordenar el asesinato de la modelo Eliza Samudio, con quien tuvo un hijo. Meses antes de su prisi¨®n, en 2010, hizo una pol¨¦mica declaraci¨®n para defender a su amigo y compa?ero del Flamengo Adriano Imperador, implicado a su vez en una pelea conyugal: ¡°?Qui¨¦n no se pele¨® o hasta se le fue la mano alguna vez con una mujer?¡±. Antes incluso de cumplir la mitad de su pena, Bruno lleg¨® a firmar contrato con dos clubes de Minas Gerais. Primero con el Montes Claros, en 2014, aunque no consigui¨® la libertad provisional para poder enrolarse en el club. Hace unos meses, fue fichado por el Boa Esporte, que disputa la segunda divisi¨®n nacional, esta vez despu¨¦s de conseguir la libertad condicional. Lleg¨® a jugar cinco partidos oficiales hasta que el Tribunal Supremo orden¨® su regreso a prisi¨®n.
¡°A pesar del grave crimen cometido por Bruno, los clubes no se avergonzaron de contratarlo como una gran jugada de marketing, mientras Richarlyson [exjugador del S?o Paulo, se?alado como gay, aunque ¨¦l nunca se haya declarado], por ejemplo, no logra equipo¡±, dice Gustavo Andrada Bandeira, autor de estudios sobre masculinidad y futbol. ¡°Si la violencia contra la mujer est¨¢ normalizada por el hombre com¨²n¡±, afirma Bandeira, ¡°imagine por el rico, famoso e idolatrado, como muchos jugadores de f¨²tbol. Acaban pensando que la mujer no tiene derecho a negarle nada. Y se siente protegido por la devoci¨®n incondicional de los hinchas, que tienden a culpar a la v¨ªctima¡±.
De hecho, la sociedad brasile?a ¡ªy no solamente el f¨²tbol¡ª convive con un machismo enraizado que sigue normalizando la violencia cometida por hombres. Seg¨²n datos del Gobierno, Brasil registra un caso de violaci¨®n colectiva, practicada por dos o m¨¢s agresores, cada dos horas y media. Solamente en 2016 hubo m¨¢s de 3.000 denuncias.
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