Stein, tan brillante como aciago

Que L¨¦onid Stein (1934-1973) sea apenas conocido por los aficionados a pesar de que estuvo entre los diez mejores del mundo desde 1962 hasta su prematura muerte, en 1973, tiene una explicaci¨®n principal: en la Uni¨®n Sovi¨¦tica siempre hab¨ªa tres o cuatro jugadores m¨¢s fuertes que ¨¦l. Eso le cort¨® varias veces el paso hacia el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo, incluso despu¨¦s de lograr resultados que a cualquier ajedrecista de otro pa¨ªs le hubieran clasificado directamente para el Torneo de Candidatos. Stein fue uno de los poqu¨ªsimos que logr¨® balances equilibrados con Smyslov, Petrosi¨¢n y Botv¨ªnik, y favorables frente a Tal, Spassky y Keres, adem¨¢s de batir a la mayor¨ªa de las dem¨¢s estrellas de su ¨¦poca.

Si nos fijamos en su virtuosismo para el ataque, algunas de sus partidas nos recuerdan a Tal, pero Stein arriesgaba mucho menos que El Mago de Riga. La joya que ilustra este v¨ªdeo, frente a Lajos Portisch en el Interzonal de Estocolmo de 1962, marca el inicio de su periodo de mayor gloria, truncada s¨²bitamente en 1973 por un ataque al coraz¨®n. En ese momento se perfilaba como un serio candidato al t¨ªtulo mundial, conquistado por Anatoli K¨¢rpov dos a?os despu¨¦s, por incomparecencia de Bobby Fischer.