El Madrid saca lo mejor del Madrid
Los blancos remontan en el Bernab¨¦u por primera vez en el curso y arrollan a un Deportivo en los huesos con dobletes goleadores de Nacho, Bale y CR, y una sobresaliente actuaci¨®n coral
Tras mucho tiempo, todo fueron confetis en el Bernab¨¦u. Hubo motivos, y muchos. Por fin, un Real Madrid completo y con muchos argumentos para las serpentinas. Ante un Deportivo en los huesos, remont¨® por primera vez en el curso como local. Y lo hizo a lo grande, con la gente entregada por igual a Nacho que a Bale y Cristiano, todos goleadores por partida doble. Goles hubo de todos los colores. Algunos sorprendentes, como los de Nacho, otros estupendos como los del gal¨¦s y el de Modric. Y hasta uno sangriento: el segundo de CR, que se fue vi¨¦ndose la ceja partida en la c¨¢mara del m¨®vil del m¨¦dico. Por el medio, un Marcelo que hizo de lanzadera, un imponente Casemiro, con la escoba y como mensajero. Nadie chirri¨®. Hasta el punto de que por una vez el Real Madrid del segundo tiempo tuvo tanto cuajo como el del primero. De paso, hasta Zidane tuvo a su a?orada BBC durante la ¨²ltima media hora.
Con tantos parabienes, todo un respiro para el Real Madrid. Falta le hac¨ªa para despejar los fantasmas en estos tiempos inopinados en los que el campe¨®n de Europa se ve obligado a defender con dientes un cuarto puesto. Las victorias de Villarreal y Sevilla supon¨ªan una inquietud ya indisimulada para el conjunto blanco.
Como pre¨¢mbulo a la vuelta de la BBC, sin pisada desde hac¨ªa 273 d¨ªas, Zidane prepar¨® el terreno a sus tres centuriones. No parti¨® Benzema, pero s¨ª Borja Mayoral para dar vuelo al 4-3-3 a la espera de la inminente reaparici¨®n del franc¨¦s. El sacrificado, Isco, al que parece que se le exige m¨¢s que a otros. Al malague?o se le pide un sobresaliente perpetuo. Mayoral concluy¨® su papel de gregario a la hora. Lleg¨® el turno de Benzema, no del todo bien recibido por la hinchada. As¨ª, 43 partidos despu¨¦s la BBC hizo pandilla de nuevo.
Para entonces, el Madrid ya hab¨ªa levantado un partido al que lleg¨® cuando Adri¨¢n le puso en el alambre. En alerta ante el tanto visitante, derivado de un saque de banda y tras una posible falta de Andone a Carvajal, el Madrid entr¨® en combusti¨®n. De entrada, al frente de la caballer¨ªa, Marcelo. Nada que ver con el Marcelo de las ¨²ltimas semanas, de nuevo ese extremo punzante que en su tiempo libre simula ser un lateral. Ante el cuadro gallego traz¨® la hoja de ruta hacia la victoria local. Fue el primero en percibir que el Madrid abusaba de los centros a¨¦reos. Cuesti¨®n propiciada por la falta de un enganche (Isco, Asensio), lo que supedita al equipo a circular por los pasillos exteriores. Lo adivin¨® Marcelo y tras un c¨®rner sacado en corto por Kroos, el brasile?o combin¨® con Nacho, que estaba en la periferia del ¨¢rea. El central le filtr¨® un pase a su capit¨¢n y este le devolvi¨® el gui?o. Nacho es tan aplicado en todo que hasta golea de vez en cuando.
El emboque del central no amortigu¨® la crecida del Madrid. El andamio era cosa de Casemiro, que se bast¨® para aplacar a un Deportivo que lleg¨® a Madrid en el pozo de los puestos de descenso. Para colmo, en el Bernab¨¦u, donde solo hab¨ªa rascado la victoria una vez en sus 32 ¨²ltimas, tuvo que reclutar a One, un central in¨¦dito llegado desde las catacumbas de Segunda B, y a Edu Exp¨®sito, que contabilizaba tres ratitos con el primer equipo de Riazor. Demasiados contratiempos para un equipo que lleva tiempo al borde del precipicio. Tanto zozobra que por no encontrar no encuentra ni portero. Cuatro no le han sido suficientes. Y cuando Rub¨¦n est¨¢ bien, como en el Santiago Bernab¨¦u, el equipo encaja siete.
Ni la diana de Adri¨¢n anestesi¨® a los de Crist¨®bal. El¨¦ctrico y con chispa, el Madrid enchiron¨® a su adversario. Una catarata de ocasiones: Marcelo dispar¨® a un poste, Rub¨¦n desbarat¨® un cabezazo con cicuta de CR, a Casemiro se le fue otro por un dedo... Empat¨® Nacho y el mismo Nacho anticip¨® el primer golazo tras abortar una salida del Deportivo. La pelota le cay¨® a Bale, un chacal, un pegador nato, con la zurda o con la cabeza. Esta vez arm¨® la pierna que le distingue y clav¨® el bal¨®n en una escuadra con tiro combado. Una delicia de gol para redimir a quien no festejaba un tanto en Chamart¨ªn desde el 18 de febrero del pasado a?o.
Con solo un 2-1, al Madrid le restaba el segundo acto, y no han sido pocos los que se le han atragantado esta temporada. Pero no hubo bajonazos. Para nada. De vuelta del descanso el mismo Madrid que concluy¨® el primer tramo. Un Real en¨¦rgico y a la carga, por tierra y por aire. Al vuelo caz¨® Bale el tercero con un gran cabezazo y a ras de suelo la clav¨® Modric para el cuarto, con un tiro de cirujano tras asistirle Cristiano de tac¨®n. Goles y lujos.
Al Madrid solo le faltaba una sonrisa de Cristiano. Nada m¨¢s fallar un gol a bocajarro, el luso caz¨® un pase muy bien peritado por Casemiro. CR no lo festej¨® a lo CR, consciente de que para alguien con su ambici¨®n cinco remates triunfales al inicio de la segunda vuelta es pura calderilla. Y tampoco pudo celebrar el segundo de su cuenta. El tipo, que no deja pasar una, se lanz¨® en plancha para cabecear un servicio de Lucas V¨¢zquez. El suizo Sch?r meti¨® la bota e involuntariamente serr¨® la ceja izquierda del portugu¨¦s, que dej¨® el c¨¦sped con la cara ensangrentada.
La primera fiesta mayor del curso en La Castellana termin¨® como empez¨®, con Nacho como actor principal. El canterano, al que nadie en la plantilla supera en a?os consecutivos como madridista de cuna, primero reba?¨® un gol m¨¢s que probable de Andone. Luego, se gir¨® como un ariete con clase en el ¨¢rea ajena para certificar el s¨¦ptimo gol madridista. Por fin un Madrid con Nachos y Cristianos. Por fin un Madrid emparentado con el Madrid en la c¨²spide de la pasada temporada.
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