El PSG se diluye por falta de competencia en la Ligue 1
El Toulouse pone en dificultades a un l¨ªder desordenado en ataque que solo rompi¨® la igualdad (0-1) pasada la hora de partido con un contragolpe culminado por Neymar
Neymar J¨²nior no encar¨® a nadie hasta que transcurri¨® una hora de partido. Declin¨® el sol sobre Toulouse, sobrevino la noche, el marcador se?al¨® el minuto 68 y el brasile?o recibi¨® un bal¨®n con ventaja. Se lo puso Di Mar¨ªa, que cambi¨® la orientaci¨®n de un contragolpe con precisi¨®n para que su compa?ero pisara el ¨¢rea, recortara al lateral Yago, ganara medio metro y soltara la pierna. El tiro rebot¨® en un central y fue gol. Un chispazo en la tiniebla. Suficiente para que el Paris Saint-Germain, la plantilla m¨¢s cara del planeta, sacara tres puntos del campo del 15? clasificado de la quinta liga de Europa. Insuficiente para despejar las dudas que se agitan en el cuerpo t¨¦cnico que encabeza Unai Emery. La visita del pr¨®ximo mi¨¦rcoles al Bernab¨¦u, en la ida de los octavos de final de la Champions, equivaldr¨¢ a cambiar de planeta.
El PSG sufre el s¨ªndrome de la falta de competici¨®n adecuada. El diagn¨®stico proviene del propio vestuario parisino. Son evidentes los s¨ªntomas de apagamiento propios de los equipos acomodados en torneos sin el nivel de exigencia m¨ªnimo. El f¨²tbol no consiente la evoluci¨®n sin contraste. La Ligue 1 y la Copa de Francia son un banco de pruebas contraproducente porque permite ganar la inmensa mayor¨ªa de los partidos sin hacer aquello que es imprescindible para mejorar y reincidiendo en comportamientos que suponen una barrera en situaciones de m¨¢xima exigencia. Demasiados jugadores en Par¨ªs han alcanzado la convicci¨®n de que es posible ganar la Ligue 1 con dos fiestas semanales.
La inteligencia y la clase de Neymar, Mbapp¨¦, Rabiot, Lass, Verratti, Alves, Lo Celso, Marquinhos o Di Mar¨ªa es tan manifiesta contra la mayor¨ªa de sus adversarios que la frivolidad resulta una tentaci¨®n invencible. Una costumbre degradante que en Francia casi nunca recibe castigo pero en la Champions resulta catastr¨®fica.
Sin orden, sin sinton¨ªa, libr¨¢ndolo todo a aventuras joviales, el PSG derrot¨® al Toulouse exhibiendo una superioridad que no plasm¨®. Casi nunca lo necesita ante adversarios plagados de jugadores fuertes y t¨¦cnicos que apenas poseen cultura t¨¢ctica. Los jugadores del Toulouse se agruparon alrededor de su portero y cerraron los huecos con abnegaci¨®n. Les bast¨® para frustrar los continuos ataques del PSG en la primera mitad, frecuentemente comandados por un Neymar m¨¢s preocupado por dosificarse, retener el bal¨®n y pasarlo atr¨¢s, que en intentar el desborde.
Emery dej¨® en el banquillo al capit¨¢n, Thiago Silva, y aline¨® a Kimpembe como central zurdo; asegur¨® el mediocentro con Lass para proteger a los centrales, y complet¨® el mediocampo con un ramillete de extremos y mediapuntas. Di Mar¨ªa en un costado, Neymar en otro, Rabiot en el carril del ocho y Lo Celso en el carril del diez. Mbapp¨¦ ¡ªel m¨¢s ¨¢gil y din¨¢mico¡ª se embosc¨® arriba. El d¨ªa que se pongan de acuerdo derribar¨¢n muros de plomo. En Toulouse, las m¨¢s de las veces se embotellaron en las mismas cuadr¨ªculas arrastrando marcadores hacia el embudo.
El bal¨®n gir¨® sin ritmo ni constancia y las maniobras perdieron impulso. La posesi¨®n fue abrumadoramente visitante. El ejercicio de la posesi¨®n, sin embargo, result¨® inocuo mientras la defensa de Lafont se mantuvo ordenada atr¨¢s. El PSG solo supo romper la igualdad atacando a la contra.
Fatigado y aturdido por 0-1, el Toulouse se deform¨® y concedi¨® alguna ocasi¨®n. Neymar mand¨® dos tiros a los palos sin necesidad de superar la ¨²ltima l¨ªnea de contenci¨®n. Antes de que el PSG acabara la velada achicando agua en su propio campo, bajo la mirada resignada de Emery, aliviado por un d¨ªa pero condenado a vivir las pr¨®ximas horas sumido en un dilema profundo. ?C¨®mo transformar las holgadas costumbres competitivas de los ¨²ltimos seis meses en tensi¨®n extrema el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, de repente, a las 20:45 en Chamart¨ªn?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.