La Real Sociedad madruga para ganar al Alav¨¦s

Real Sociedad y Alav¨¦s juntaron en Anoeta circunstancias, contingencias, errores y aciertos, tiempos de parsimonia y tiempos de desconcierto. Algo ten¨ªa que ver que en 11 minutos la Real hubiera subido dos goles al marcador: uno incre¨ªble de H¨¦ctor Moreno a la salida de un c¨®rner y otro de Illarramendi tras un error de Ibai G¨®mez. Dos cuchilladas que ven¨ªan a ratificar que al Alav¨¦s no le van los duelos vascos, todos perdidos hasta la fecha, un contrasentido vista su solvencia de los ¨²ltimos meses, su peso espec¨ªfico que le ha sacado del descenso a velocidad de v¨¦rtigo. Los goles tuvieron un efecto doble y contradictorio. De momento le dieron a la Real Sociedad el control del partido, con Canales a los mandos, aunque m¨¢s entretenida la Real con gobernar el partido y rebajar la gaseosa del juego. El Alav¨¦s tard¨® en despejar la mirada , pero comenz¨® a apretar el paso. La velocidad de Pedraza, de Mart¨ªn y la movilidad de Sobrino resucitaron al Alav¨¦s mientras a la Real le costaba levantarse del sill¨®n. El joven Mart¨ªn profundiz¨® por su banda derecha y su centro lo remat¨® en la izquierda Pedraza a bocajarro. Y el partido volv¨ªa a nacer.

A veces a la Real le dan esos mareos que quieren ser actos de control y en realidad alimentan la recuperaci¨®n del rival. Resist¨ªa Canales y aparec¨ªa a fogonazos Oyarzabal, de menos a m¨¢s a lo largo del partido. Y crec¨ªa y crec¨ªa el Alav¨¦s, m¨¢s en la voluntad, el inter¨¦s y la brega que en la brillantez. Y pudo alcanzar el empate en un remate al larguero de Rub¨¦n Sobrino cuando la Real daba muestras de anorexia futbol¨ªstica. La oportunidad de Sobrino reactiv¨® a la Real y aceler¨® al Alav¨¦s, incendiando un poco un partido que amenazaba con un cierto adormecimiento. A partir de ese momento, la lucha elev¨® el encuentro. Pero a los dos equipos les faltaba un nueve: Guidetti es un delantero visceral, pero su capacidad de asociaci¨®n con sus compa?eros es escasa. En la Real, la presencia de Bautista tambi¨¦n result¨® testimonial. Ka ausencia del sancionado Munir se hizo gigantesca. Para la Real la buena noticia fue la reaparici¨®n de Willian Jos¨¦ el alimento goleador de la Real.

Y el partido se fue yendo, no sin antes dejar algunas delicatessen de Oyarzabal que no supieron aprovechar Zurutuza y Willian Jos¨¦. Y todo acab¨® como empez¨®, con las oportunidades para la Real. Que supo vivir de sus dos tempraneros goles. Pero por el medio, pudo pasar de todo.