Sin padres se juega mejor

La lucha contra la violencia en el deporte base ofrece episodios dignos de pel¨ªcula de Hollywood.

Uno de los ¨²ltimos lo ha protagonizado un equipo infantil del Pa¨ªs Vasco, el Gallarta B, que compite en el grupo 5 de la Liga B de f¨²tbol escolar de Bizkaia. Durante el partido que les enfrent¨® al Ikhoba Kirol Kluba el pasado 3 de marzo, el p¨²blico local fue amonestado por el ¨¢rbitro con una tarjeta negra (medida implantada en 2012 por la Diputaci¨®n Foral de Bizkaia para castigar el mal comportamiento) por insultarle continuamente.

La cosa no qued¨® ah¨ª, y el padre de uno de los jugadores del Gallarta B (de 13 y 14 a?os en esta categor¨ªa) trat¨® de agredir al colegiado al final de encuentro, por lo que el club vizca¨ªno vio la segunda cartulina negra. Ante este episodio, la Federaci¨®n Vizca¨ªna de F¨²tbol (FVF) decidi¨® castigar con tres partidos sin p¨²blico al Gallarta B, al que tambi¨¦n le fueron retirados tres puntos. Y desde entonces, el equipo, que en ese momento penaba en el fondo de la zona baja de la clasificaci¨®n, ha vivido de todo. En su primer partido sin padres logr¨® la mayor goleada de la temporada, 6-0 al Trapagar¨¢n. En el segundo empataron a cero ante el Zuazo y este s¨¢bado, en el ¨²ltimo encuentro castigados, cayeron frente al Ortuella (0-4).

¡°Las sanciones, depende de c¨®mo se afronten, pueden ser beneficiosas si todos hacemos una reflexi¨®n¡±, reconoce I?aki Ortega, presidente del CD Gallarta. ¡°Al principio nos pareci¨® exagerada, como les hice ver a los responsables de la FVF, sobre todo porque nosotros inmediatamente expulsamos a ese padre de las instalaciones y le ofrecimos todas las facilidades al ¨¢rbitro para que siguiera con partidos programados, que en estas categor¨ªas suele ser un chaval joven. Ellos estuvieron muy a gusto sin p¨²blico y en vista de c¨®mo les han ido los resultados, a lo mejor los ni?os pueden llegar a decirles a sus aitas que sin ellos disfrutan m¨¢s del f¨²tbol¡±, se?ala Ortega.

¡°El 90% de los episodios que manejamos no tienen que ver con el mal comportamiento de los jugadores, sino de entrenadores, aficionados o padres¡±. Lo dice Jaime Pocovi, secretario del Comit¨¦ de Competici¨®n de la Federaci¨®n de F¨²tbol de las Islas Baleares. Hace un a?o, una pelea entre los padres de la UE Alar¨® y la UD Collerense, de categor¨ªa infantil, acapar¨® los telediarios por la brutalidad de las agresiones. La Comisi¨®n decidi¨® en este caso imponer multas de 750 euros a ambos clubes y enviar el v¨ªdeo de los altercados a la Guardia Civil.

¡°El Alar¨® decidi¨® darse de baja y nosotros acordamos cerrarle el campo al Collerense toda la temporada¡±, rememora Pocovi. ¡°A la vista de lo ocurrido se decidi¨® llevar a cabo una serie de congresos para buscar la mejor manera de evitar que episodios como estos volvieran a repetirse, y se tom¨® la decisi¨®n de redactar un C¨®digo ?tico que se remiti¨® a todos los clubes. Despu¨¦s ellos pod¨ªan incluir alguna cl¨¢usula m¨¢s si lo entend¨ªan necesario¡±, a?ade.

Escenificaci¨®n

Nueve meses despu¨¦s de la pelea ambos clubes volvieron a encontrarse. Con el presidente de la FFIB, Miquel Bestard, presente, jugadores, t¨¦cnicos y padres de ambos equipos saltaron al campo juntos escenificando un acto de amistad y deportividad para cerrar el conflicto.

¡°Uno de los objetivos que nos planteamos a la hora de dise?ar este edificio fue separar r¨¢pido a los ni?os de los padres, que as¨ª, con todo el cari?o, no molestar¨¢n¡±. Fueron las palabras de Jos¨¦ Mart¨ªn, encargado del dise?o de L¡¯Alquer¨ªa, las nuevas instalaciones deportivas del Valencia Basket. ¡°Puedo ser el entrenador m¨¢s expresivo cuando juega mi equipo, pero cuando voy a ver jugar a mis hijos, no abucheo, no agito los brazos y no intento entrenarlos¡±, asegur¨®, en uno de los discursos que m¨¢s r¨¢pido se viraliz¨® en las redes sociales, Frank Martin, entrenador del equipo de baloncesto de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos.

El caso del Gallarta B ha puesto de manifiesto que la transformaci¨®n dr¨¢stica del entorno tiene una influencia directa en el desempe?o deportivo. Puede que pronto alguien decida utilizarles de ejemplo para llenar las salas de cine.