Realismo m¨¢gico en los Pirineos

Las mejores carreteras para salir en bici en Euskadi fueron hechas por esclavos. Se construyeron entre 1939 y 1945. Como el franquismo ten¨ªa miedo a las invasiones, dise?¨® carreteras que en su momento debieron tener alguna l¨®gica militar, pero que hoy son los t¨ªpicos caminos cargados de curvas y rodeos que todo el mundo evita. Todos menos los ciclistas, claro. En la era del homo ludens ¡ªel hombre que juega¡ª las carreteras de la dictadura sirven para el recreo de los aficionados y tambi¨¦n, y esto es mucho m¨¢s importante, para descubrir historias poco conocidas y, tambi¨¦n, el realismo m¨¢gico de los Pirineos.

Hacerlo a trav¨¦s de los ojos y pedaladas de Ander Izagirre en Pirenaica (geoPlaneta) es como salir con la bici y deslizarse por el asfalto con la sensaci¨®n de ir en una suave bajada, con el ritmo justo para poder disfrutar del paisaje, del paisanaje y del viento del norte. En sus 14 cr¨®nicas de la cordillera ¡ªcerteramente ilustradas por Carmen Bueno¡ª se llegan a percibir los aromas de la salida de casa en San Sebasti¨¢n, que se ir¨¢n transformando ruta tras ruta, hasta llegar al cabo de Creus. Y que tampoco ser¨¢n lo mismo a medida que vayan avanzando: conocer el testimonio de aquellos ¡°desafectos. Hijos de republicanos¡± que trazaron esos caminos le da otro aire al trayecto.

Izagirre construye un gran libro de viajes sobre dos ruedas. Y entrelaza la Historia con las historias, de tal manera que Carlomagno convive con Basajaun, el se?or de los bosques, con el ninguneo hist¨®rico a los personajes femeninos y con la cueva en la que, dicen, Dal¨ª iba a ver al demonio.

Y nos descubre una guerra entre franceses y espa?oles por una se?al de stop y otra que se solucion¨® con un pago anual y perpetuo de tres vacas, una aldea cubista y m¨²ltiples leyendas que la oralidad ha ido moldeando hasta convertirse en lo que cada pueblo quiere o¨ªr. Un libro que es una nueva constataci¨®n de aquello que dec¨ªa Cervantes: ¡°El camino es siempre mejor que la posada¡±.