Los cambios de piel del Real Madrid de Zidane
El m¨¦todo del franc¨¦s, huidizo a fijar un esquema en su libreta, ha convertido a los blancos en un equipo camale¨®nico capaz de imponerse a PSG, Juventus y Bayern con diferentes dibujos
Cuentan algunos de los canteranos que integraban la plantilla del Real Madrid Castilla con la que Zinedine Zidane arranc¨® su carrera como entrenador que rara vez escucharon al franc¨¦s profundizar en cuestiones estrat¨¦gicas. Aconsejado por David Bettoni, uno de sus ayudantes, en el aspecto m¨¢s puramente t¨¢ctico, dicen que Zidane les insist¨ªa b¨¢sicamente en dos conceptos: sacar el bal¨®n jugado y ejecutar una presi¨®n alta e intensa. Aseguran tambi¨¦n que nunca enfatiz¨® el estudio de esquemas ni dibujos. Explican que Zidane se limit¨® a explotar los recursos de un grupo en el que proliferaban los mediapuntas y en el que no lleg¨® a decantarse por un sistema de juego. Afirman sus expupilos que se movi¨® habitualmente entre tres opciones: el 4-3-3, el 4-4-2 y el 4-2-3-1.
Un a?o y medio despu¨¦s de aquello, en su ascenso al primer equipo, muchas de las inc¨®gnitas en torno a Zidane resid¨ªan en el dibujo que emplear¨ªa y en c¨®mo encajar¨ªa en el once a Isco y James. Nunca lo hizo. Tampoco en dos a?os y cuatro meses ha desvelado cu¨¢l es el esquema que m¨¢s casa con su m¨¦todo. Atendiendo a su escasa trayectoria, podr¨ªa afirmarse que no existe uno solo y que Zidane pertenece a ese grupo de t¨¦cnicos que prioriza la adaptaci¨®n al grupo y al momento de la temporada m¨¢s que la imposici¨®n de una idea preestablecida y pulida en su libreta.
Al tiempo que madura en los banquillos, el m¨¦todo flexible y cambiante de Zidane ha hecho del Madrid un equipo camale¨®nico e imprevisible, capaz de adaptarse y superar al rival una y otra vez con diferentes esquemas y estrategias de juego, entremezcladas incluso a lo largo de un partido. Ninguna especialmente brillante, todas igual de efectivas, bien le han bastado al equipo blanco para manejarse como nadie en las eliminatorias europeas. "Me gustan todos los dibujos. Me gusta cambiar, jugar con bandas, en 4-3-3 o en rombo", reconoci¨® antes de los cuartos ante la Juve.
Catalogado como un mero gestor de egos y m¨¢s cuestionado que nunca tras un primer tramo de temporada en el que su equipo se despidi¨® de la Liga y de la Copa y fue superado por el Tottenham en la primera fase de la Champions, Zidane dio un golpe de tim¨®n a su situaci¨®n el 18 de febrero ante el Paris Saint-Germain. En la ida de octavos super¨® a Emery de principio a fin, primero poblando la medular con cuatro volantes en un 4-3-1-2 y despu¨¦s sacrificando a dos de ellos para introducir a dos extremos, Lucas y Asensio, que le permitiesen atacar insistentemente las bandas y los espacios. Los efectos en el juego fueron evidentes: su equipo pas¨® de un 55 % de posesi¨®n en la primera mitad a un 46 % en la segunda y dio 19 pases menos, 244 por 225. M¨¢s a¨²n en el resultado: del 1-1 al 3-1.
El plan le funcion¨® a Zidane y el Madrid se llev¨® una valiosa renta a la vuelta, donde el t¨¦cnico cambi¨® la formaci¨®n. Arranc¨® con un 4-4-2, con Lucas y Asensio abiertos a las bandas e Isco en el banquillo y finaliz¨® con un 4-3-3 con el malague?o como volante y Cristiano junto a Bale y Lucas en los costados. Con el cruce resulto, se limit¨® a esperar y no sufrir un Madrid que solo increment¨® la posesi¨®n tras la expulsi¨®n de Verratti en el 66: del 43 % en los primeros 45 minutos a un 57 % en el segundo acto.
La posesi¨®n
El cruce frente al PSG sirvi¨® para cerciorar que a este Madrid de Zidane le sirven ratos para ser demoledor. Al contrario que otros equipos, como el Barcelona, se siente c¨®modo en el desorden y no requiere la brillantez ni un f¨²tbol de sal¨®n para imponerse a su rival. Una cualidad que comprob¨® despu¨¦s la Juventus y lo hace ahora el Bayern. En la ida de cuartos ante los italianos tampoco repiti¨® dibujo Zidane, que coloc¨® un rombo con Casemiro como pivote, Modric y Kroos a las alas e Isco en la mediapunta. Al contrario que ante el PSG, nunca cedi¨® el Madrid la posesi¨®n en Tur¨ªn, controlada por los blancos en la primera parte (57 %) y tambi¨¦n en la segunda (55 %). Sin embargo, pese al dominio, solo remat¨® dos veces m¨¢s que su rival (12 por 14) y la desigualdad entre uno y otro no se hizo palpable hasta la expulsi¨®n de Dybala. El resultado, 0-3.
En M¨²nich, el Madrid tan solo registr¨® un 35% de posesi¨®n en la segunda mitad.
Tan extra?o e imprevisible es este Madrid que en la vuelta la Juve igual¨® el cruce rematando pr¨¢cticamente la mitad (18 por 11) y renegando del bal¨®n hasta tal punto que fue el partido de eliminatorias en el que m¨¢s posesi¨®n aglutinaron los blancos: un 62 %. Fue una hecatombe que pudo pasar a la historia como el momento m¨¢s duro del rey de Europa de no ser por un penalti tan salvador como pol¨¦mico en el descuento.
Subidos a esa monta?a rusa de estilo se presentaron en M¨²nich, esta vez con un 4-1-4-1, la quinta formaci¨®n en cinco partidos. La lesi¨®n de Isco oblig¨® a Zidane a modificarla en el descanso. Dio entrada a Asensio y recuper¨® las bandas con el balear a la izquierda y Lucas en la derecha. Pero en el Allianz nada le funcion¨® al franc¨¦s. De hecho, nunca se vio tan dominado y sometido su equipo, que registr¨® solo un 35 % de posesi¨®n en la segunda mitad, se qued¨® en 392 pases totales, 193 menos que el Bayern (585), y recibi¨® 17 remates, diez m¨¢s que los que realiz¨® (7).
El resultado, eso s¨ª, fue el mismo de siempre en la trayectoria europea del camale¨®nico Madrid de Zidane: victoria.
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