Buenos Aires, un embotellamiento de f¨²tbol
Doce de los 26 equipos de la Liga argentina son del conglomerado urbano de la capital
Si las ciudades fueran dise?adas de acuerdo con sus caracter¨ªsticas, Buenos Aires deber¨ªa tener forma de estadio de f¨²tbol. De los 26 equipos que participan en la Superliga Argentina de este curso, 12 juegan en el conglomerado urbano en el que viven 15 de los 44 millones de argentinos, un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs: seis clubes tienen sus canchas en la Ciudad Aut¨®noma de Buenos Aires, la Capital Federal (Argentinos, Boca, Hurac¨¢n, River, San Lorenzo y V¨¦lez), y otros seis del otro lado del Riachuelo y la avenida General Paz, en el Gran Buenos Aires (Banfield, Defensa y Justicia, Independiente, Lan¨²s, Racing y Tigre).
Pero en la Argentina como centro mundial de los excesos del f¨²tbol ¡ªy Buenos Aires como su ombligo¡ª, todo es hiperb¨®lico. Doce estadios en Primera ya parece una cantidad suficiente para cualquier megaciudad, pero es muy poco en comparaci¨®n a la oferta final que tendr¨¢ Buenos Aires cuando arranquen los torneos del Ascenso: otros 12 clubes jugar¨¢n en sus canchas porte?as y 38 m¨¢s ser¨¢n locales en sus campos del GBA. El censo desconcierta al mayor fan¨¢tico: entre la capital y su periferia se superponen 66 templos de f¨²tbol.
Una de las 18 canchas porte?as es la de San Lorenzo, que desde hace 25 a?os juega donde los turistas no llegan, en el Bajo Flores, enfrente de uno de los barrios m¨¢s vulnerables de la capital argentina, la villa de emergencia 1-11-14. El Nuevo Gas¨®metro es el campo m¨¢s moderno de Buenos Aires pero muchos de sus simpatizantes no ven la hora de abandonarlo. ¡°Ya hicimos 2 canchas vamo¡¯ a hacer tres, vamo¡¯ a volver, al barrio que a San Lorenzo lo vio nacer¡±, canta la hinchada, decidida a volver al lugar en el que quedaba el antiguo estadio del club, el Gas¨®metro original, donde San Lorenzo fue local entre 1916 y 1979, y donde desde 1985 funciona un supermercado. Lo significativo del tema es que entre la cancha actual y la vieja, en Boedo, hay menos de tres kil¨®metros y, sin embargo, para los hinchas es como si se tratara de otra ciudad, casi de otro pa¨ªs.
En algunos clubes, la tradici¨®n es sagrada: lo at¨¢vico del siglo XX determina sobre la modernidad del XXI. Como si el hombre pudiera cambiar de familia y de religi¨®n, pero no de equipo ni de estadio ¡ªpor algo San Lorenzo busca volver adonde quedaba el Viejo Gas¨®metro¡ª, los simpatizantes de Boca est¨¢n alistados en la misi¨®n de quedarse en la Bombonera. Es un estadio con capacidad reducida, para menos de 49.000 espectadores, pero la mayor¨ªa de los hinchas lo siente como parte de su identidad y se niega a la mudanza a que la dirigencia proyecta hace varios a?os. Un caso diferente ser¨ªa el de River, cuyos socios (los due?os del club) en principio parecen avalar el salto al futuro de un nuevo estadio, muy cerca del Monumental, cuyo hormig¨®n de 1938 empieza a tener fecha de vencimiento. Como adem¨¢s Argentina necesitar¨ªa un nuevo campo para su fara¨®nico proyecto de coorganizar el Mundial 2030 junto a Uruguay, River volver¨ªa a ofrecerse como sede central, como ya ocurri¨® en 1978.
Las canchas de Racing e Independiente, los guapos de Avellaneda, parecen mellizas, est¨¢n separadas por 200 metros, en el comienzo de la traza del ferrocarril Roca hacia el sur del GBA. Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX (m¨¢s alguna excepci¨®n posterior), los empleados ingleses de los trenes y los primeros criollos fundaron un club casi en cada estaci¨®n: Lan¨²s, Banfield, Quilmes... Si alguien quisiera buscar m¨¢s estadios por fuera del ¨¢rea metropolitana, a menos de 70 kil¨®metros encontrar¨¢ otras ocho canchas. Pero primero tendr¨¢ que salir de Buenos Aires y no quedarse atascado en un embotellamiento de f¨²tbol.
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