Combate nulo entre Valencia y Atl¨¦tico
Valencianistas y rojiblancos empatan tras un partido vibrante, muy equilibrado y de mucho tonelaje que concluy¨® con ambos equipos extenuados
Un duelo vibrante y con mucho volumen deriv¨® en un combate nulo tras un traj¨ªn extraordinario en la sopera de Mestalla. Valencia y Atl¨¦tico mantuvieron un pulso con mucho tonelaje y un aire pugil¨ªstico. Primero un tanteo, luego un croch¨¦ colchonero con Griezmann al viol¨ªn. No qued¨® sonado el equipo levantino, que reaccion¨® con otro directo del emergente Rodrigo a la mand¨ªbula rojiblanca. A estas alturas de la pretemporada y con un calor asfixiante en Mestalla, los futbolistas se sostuvieron con pinzas hasta el extenuante final de un encuentro crudo para los dos bandos. Dos equipos para las cumbres.
Tiene muchas partituras este Atl¨¦tico. Al menos si Simeone flexibiliza el libreto. Cesto tiene para ello, lo que le permite dominar muchas facetas del juego. No ha perdido armadura y alista a jugadores para un f¨²tbol ilustrado, con Griezmann por bandera. La doble cara se advirti¨® en Mestalla, donde primero compareci¨® un Atl¨¦tico cachas, abrasivo, dispuesto a un partido bravo y poco poroso. De entrada, equilibr¨® el encuentro, sin mayores concesiones al Valencia que alg¨²n disparo lejano de Rodrigo, antes intermitente y hoy graduado con galones.
Mientras cavilaba el Valencia c¨®mo sacudirse a su afanoso adversario, el Atl¨¦tico se sosten¨ªa de forma mancomunada con gente de toda la vida, caso de Juanfran ¡ªrejuvenecido, capital en varios cruces¡ª y God¨ªn ¡ªindiscutible bucanero¡ª. Como tacha, Koke y Sa¨²l, en Mestalla en el gabinete central, no encontraban la manera de dar vuelo a Correa y Lemar. Ah¨ª radica la mayor metamorfosis que atisba en este curso de tantas expectativas colchoneras. A Simeone, tan proclive al dique de centuriones en la media cancha, ahora le van los extremos. Los dos citados, Vitolo, Martins...
En plena ri?a por cada mil¨ªmetro del c¨¦sped, Koke introdujo una variante a su f¨²tbol de parabrisas. Filtr¨® un pase vertical para Griezmann, hasta entonces tan marchitado como en la Supercopa europea. Pero jugadores con tanto talento prenden la mecha en un parpadeo. El franc¨¦s maniobr¨® como el aut¨¦ntico Griezmann. Recort¨® a un rival en la frontera del ¨¢rea y clon¨® uno de esos pases que divinizaron a Laudrup. Con la mirada extraviada en direcci¨®n contraria a las ¨®rdenes emitidas a sus pies, cit¨® a Correa con el portero Neto. Piccini cay¨® en la trampa de Griezmann y evit¨® el fuera de juego del argentino, que clav¨® la pelota en la red. Un gol estilista para evidenciar que este Atl¨¦tico no solo tiene colmillo. Un gol que abri¨® brecha entre los dos contendientes: se crecieron los de Simeone, se aturdieron los de Marcelino.
No remat¨® el Atl¨¦tico, simbolizado por los asaltos victoriosos de Diego Costa sobre Garay, que debi¨® comenzar el segundo acto como acab¨® el primero: con tarjeta. El ¨¢rbitro se hizo el longuis. Casual o no, desde ese instante, el Valencia, aliviado, se remang¨® al tiempo que el Atl¨¦tico se aferr¨® a su molde m¨¢s conservador. Kondogbia y Parejo, bien auxiliados por Wass, articularon a los suyos hasta dar con la diana de Oblak. Wass descarg¨® de forma estupenda un pase para Rodrigo, cuyo amago hizo descarrilar al que jam¨¢s descarrila. God¨ªn se pas¨® de frenada y el delantero valencianista hizo estallar Mestalla.
Simeone agit¨® el banquillo con Vitolo por Lemar, m¨¢s ocupado el franc¨¦s de las ordenanzas defensivas que del ataque. Pero al Atl¨¦tico le cost¨® reaccionar, cada vez m¨¢s achicado y con menos enchufe con Costa y Griezmann. Gabriel cabece¨® al poste izquierdo de Oblak tras un c¨®rner lanzado por Parejo, lo que hizo venirse arriba a Marcelino, que ech¨® el lazo a Gameiro y Batshuayi consecutivamente. El Cholo no se qued¨® atr¨¢s y dio pista a Martins, un agitador, un diablillo con la pelota con piernas de jamaicano.
Al tramo final, sin nadie que se dejara nada, ambos contendientes llegaron con los dep¨®sitos a cero, pese a las dos pausas para el refresco habilitadas por el ¨¢rbitro. Con la gente acalambrada y m¨¢s de un rostro desencajado, Wass tuvo la banderilla para el Valencia, pero Oblak es todo un Oblak. Con el coraz¨®n en los huesos, valencianistas y atl¨¦ticos cerraron un partido de a¨²pa para un mes de agosto. En el Valencia y el Atl¨¦tico la m¨¢s m¨ªnima tregua es un sacrilegio.
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