Espa?a se descubre al mundo
A la selecci¨®n sub-20 no le basta con la maestr¨ªa de Patri Guijarro, mejor jugadora del torneo, y el desparpajo de Navarro. Cae ante el orden y la intensidad de Jap¨®n, pero se muestra como una gran potencia
No les bastar¨¢, ellas no se conforman con poco. Pero ya han hecho historia. Porque jugar la final de un Mundial de f¨²tbol sub-20 no es poca cosa. Porque se quisieron adue?ar de la pelota. Y porque compitieron hasta el final. Pero con eso no es suficiente. Bien lo sabe Espa?a. No es suficiente con tener siempre a mano a Patri Guijarro, majestuosa. No es suficiente con querer e intentarlo. No ante los mejores. No ante una selecci¨®n de Jap¨®n con las cosas claras, que se adapt¨® a lo que le exig¨ªa el partido en cada momento.
No le faltaron ocasiones a Espa?a en los primeros minutos. Fueron las de Pedro L¨®pez las que asumieron el mando desde el inicio. Sab¨ªan que la mejor manera de gobernar el partido era controlar el bal¨®n. Lo quiere a menudo Jap¨®n, de modo que si ganaban esa batalla podr¨ªan defenderse mejor y atacar c¨®mo y cu¨¢ndo quisieran. El primer aviso lo dio, c¨®mo no, Guijarro con un cambio de orientaci¨®n desde la medular que recibi¨® Eva Navarro por la derecha. La joven delantera, puro desparpajo, centr¨® y fue la misma Guijarro la que remat¨®. Pero atrap¨® Stambaugh. Estuvo acertada bajo los palos la guardameta japonesa. Pero lo que m¨¢s desquici¨® a las espa?olas no fue tanto el no poder batirla, sino el hecho, recurrente, de tropezar contra un muro.
Espa?a, 1 - Jap¨®n, 3
Espa?a: Coll; Luc¨ªa R. (Fern¨¢ndez, m.73), Pujadas, Aleixandri, Menayo; Oroz (Sancho, m.80), Damaris, Guijarro; Eva Navarro, Pina y And¨²jar.
Jap¨®n: Stambaugh; Hayashi, Miyagawa, Minami, Kitamura; Miyazawa, Nagano, Takahashi, Takarada; Endo y Ueki (Muraoka, m.90).
Goles: 0-1. M. 38. Mizagawa. 0-2. M. 57. Takarada. 0-3. M. 65. Nagano. 1-3. M. 71. And¨²jar.
?rbitra: Stephanie Frappart (Francia). Amonest¨® a Endo y Aleixandri.
Estadio de la Rabine, Vannes (Francia). Unos 4.000 espectadores.
Equilibrada Jap¨®n, con dos marcadas l¨ªneas de cuatro en defensa, dejaba pocos espacios en los primeros metros. Les costaba a Pujadas y a Aleixandri salir con el bal¨®n desde atr¨¢s. Se iban pasando la pelota la una a la otra, una y otra vez, tratando de no desesperar. Cuando consegu¨ªan sobrepasar la primera l¨ªnea, el bal¨®n casi siempre acababa en los pies de las mismas jugadoras. En los pies de Guijarro, la capitana, la l¨ªder, la estrella, el tim¨®n en el centro del campo, la goleadora del torneo (Bota de Oro con 6 goles y Bal¨®n de Oro como mejor jugadora del campeonato). Responde al grito de Patri, todas la buscan, todas la llaman. Recibe, distribuye, remata. O en los pies de Eva Navarro, la benjamina, una bala en el extremo derecho: corre que se las pela, llega a los balones que quiere. Si el juego de Espa?a se cocin¨® por el carril derecho durante todo el primer tiempo fue sustancialmente por culpa suya. Por su atrevimiento. Y tambi¨¦n, probablemente, porque Jap¨®n ten¨ªa una peque?a grieta a espaldas de la murciana.
"Queda espacio por detr¨¢s, la 20 no baja", gritaba un miembro del cuerpo t¨¦cnico espa?ol. La 20 es Endo, la mayor asistente del torneo (cinco pases de gol), desentendida de labores defensivas. Por su sitio era precisamente por donde llegaba una y otra vez Navarro. Claro que le cundi¨® a Endo m¨¢s que a la jugadora del Levante. Pocos minutos despu¨¦s de que Guijarro tuviera el gol casi tan cerca como la porter¨ªa ¡ªla sac¨® Takahashi, que ejerci¨® de puerta¡ª, lleg¨® el primer gol de Jap¨®n. Fue un disparo magn¨ªfico desde fuera del ¨¢rea de Mizagawa. Regate¨®, encontr¨® un hueco entre la defensa espa?ola y lanz¨® un ca?onazo. Cata Coll no lleg¨®, demasiado alta. La jugada hab¨ªa nacido, nada sorprendente, de los pies de Endo.
Cada vez m¨¢s atrevidas, las niponas recobraron el pulso del partido. Triangulaciones maravillosas y contragolpes demoledores. Si Espa?a ten¨ªa el bal¨®n ellas pod¨ªan esperar a que se les abrieran los espacios en alguna p¨¦rdida inesperada en el centro del campo. Cuando eso ocurri¨® lleg¨® el primero. Y todav¨ªa se animaron m¨¢s. Tras el descanso, Espa?a perdi¨® intensidad. Y las combinaciones de Jap¨®n terminaron con sus ¨¢nimos. Como lo hizo la belleza del segundo gol. Takarada cruz¨® ante Coll tras un magn¨ªfico despliegue en el ¨¢rea de Ueki, que entreg¨® el bal¨®n de espaldas.
La Rojita ya no mimaba tanto la pelota. La intensidad del rival no se lo permit¨ªa. Y tambi¨¦n lo intentaba menos. Alica¨ªdas, achicado el campo, cay¨® el tercero. Parec¨ªa imposible ver vencida a Cata Coll, la hero¨ªna de la semifinal, todo car¨¢cter y ambici¨®n, rendida ante los balones altos de sus rivales. Le ayudaron sus compa?eras a venirse arriba. La reacci¨®n fue inmediata, como si necesitaran tocar fondo para espabilar. Se hab¨ªan intercambiado los papeles, as¨ª que fue en una contra cuando Rodr¨ªguez entreg¨® a And¨²jar y esta meti¨® con sutileza en bal¨®n en la porter¨ªa. A los dos minutos Pina estamp¨® un bal¨®n en el larguero. Quedaban todav¨ªa 15 minutos. Pero en esos minutos se esforz¨® Jap¨®n, consciente de su ventaja, por recuperar su orden. Y su solidaridad en defensa. Adem¨¢s, no se olvidaron de atacar. No lo hizo Ueki en ning¨²n momento, que por algo es la goleadora del equipo (5 tantos).
No bast¨®. No les basta a este grupo de 21 chicas que han logrado que haya todo un pa¨ªs pendiente de un partido de f¨²tbol femenino. Pero le basta a Espa?a, que asiste a un verano en que el que las chicas han triunfado con el bal¨®n en los pies. El verano en que Espa?a se descubre como una potencia mundial.
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