Maradona no levanta pasiones en Sinaloa

La imagen de Diego Armando Maradona suscita incredulidad en Culiac¨¢n. En menos de una semana se concret¨® el fichaje de la d¨¦cada: el astro argentino contratado como el entrenador del Dorados. El ¨ªdolo fraguado en un potrero de Buenos Aires ha llegado a la tierra donde los narcotraficantes hab¨ªan desplazado a los deportistas como grandes h¨¦roes. Los hinchas no creen que el 10 vaya a estar en la capital de Sinaloa y los que s¨ª, son suspicaces por los motivos de su llegada y de por qu¨¦ ha elegido la segunda divisi¨®n de M¨¦xico y una localidad azotada por el narcotr¨¢fico y la violencia.

¡°Que venga es pura mercadotecnia, puro negocio. Yo, por puro morbo, ir¨¦ para echarle carrilla [burlas] al Diego¡±, asegura Abraham Ruiz, carnicero de Culiac¨¢n. Los ¨²nicos s¨ªntomas maradonianos por las plazas p¨²blicas son las portadas de los diarios que rezan ¡°Lleg¨® d10s¡± y la ¨²nica tienda oficial ha puesto a la venta camisetas con el n¨²mero y nombre del argentino.

En Sinaloa, el noroeste de M¨¦xico, el deporte absoluto tiene que ver m¨¢s con manoplas y bates que con un bal¨®n. El b¨¦isbol es el santo grial de los sinaloenses y su equipo predilecto es el de los Tomateros de Culiac¨¢n, con 74 a?os de tradici¨®n y 11 campeonatos en las vitrinas. Los Dorados, fundados en 2003, tuvieron su mejor ¨¦poca en su segundo a?o cuando Pep Guardiola y Sebasti¨¢n Abreu militaron en sus filas. Su ¨²nico trofeo es una copa mexicana en 2012, con el hoy gobernador Cuauht¨¦moc Blanco como gran figura. El pasado de Maradona como entrenador tampoco resulta alentador pese a dirigir a la albiceleste en el Mundial de 2010 que, en octavos de final, venci¨® precisamente a M¨¦xico.

¡°A m¨ª me toc¨® ver a Diego en M¨¦xico 1986 desde la TV. Lo segu¨ªa desde el 84, cuando estaba en el N¨¢poles. Pasaban sus partidos los domingos por la ma?ana. Ten¨ªa en mi cuarto p¨®sters y mis libretas de primero de secundaria las ten¨ªa forradas con sus fotos¡±, relata Juan Pablo, uno de los polic¨ªas municipales de Culiac¨¢n. ¡°Lo ¨²nico fue que se le ensuci¨® la carrera con eso, ten¨ªa derecho a divertirse¡±, dice el agente sobre la relaci¨®n de Maradona con las drogas, que tambi¨¦n ha marcado su llegada a M¨¦xico. ¡°Aqu¨ª hay muchas bromas: ya no son los Dorados, sino los Drogados de Sinaloa. Ya mejor lo tomamos con buen humor¡±, opina Ruiz.

Los residentes de la ciudad sinaloense ven en Maradona detalles de uno de los ¨ªdolos mexicanos, el boxeador Julio C¨¦sar Ch¨¢vez. ¡°Ch¨¢vez pas¨® el mismo problema que Diego y lo super¨® y ahora tiene lugares de rehabilitaci¨®n. Con Maradona hay que dejar la cr¨ªtica y esperar el lado futbol¨ªstico¡±, dice Ad¨¢n Castro sentado a un lado de la catedral.

Maradona, ataviado como un cantante de reggaeton, fue recibido el s¨¢bado, en el peque?o aeropuerto de Culiac¨¢n, por m¨¢s de 300 aficionados, curiosos, turistas y por Jos¨¦ Antonio N¨²?ez, el presidente del club. Sus escoltas evitaban las peticiones de fotograf¨ªas de los aficionados. La llegada del que fuera astro del f¨²tbol mundial ha estado marcada por la incredulidad. ?Por qu¨¦ cambi¨® los Emiratos ?rabes por Sinaloa? ¡°Para los entrenadores dirigir es un placer. M¨¦xico es un pa¨ªs 100 % futbolero. Nos sentimos acompa?ados desde el primer momento¡±, resuelve Luis Islas, portero campe¨®n del mundo con Argentina hace 32 a?os, que ser¨¢ su auxiliar en Dorados. ¡°Siempre me encant¨® el f¨²tbol mexicano¡±, zanj¨® El Pelusa.

Su llegada, poco despu¨¦s de que el Dynamo Brest, de Bielorrusia lo presentara como el mejor fichaje ¨Cser¨¢ presidente de honor del club- ha tra¨ªdo consigo un hermetismo en cuanto a su contrato. Los Dorados de Sinaloa, desde 2013, son administrados por Grupo Caliente, un consorcio que ha entrado al f¨²tbol con otro equipo, los Xolos de Tijuana, y una franquicia de casinos a lo largo del pa¨ªs. El propietario, Jorge Alberto Hank es hijo de Jorge Hank Ron, un exalcalde del PRI en Tijuana. Con los a?os ha agarrado influencia dentro de la Federaci¨®n Mexicana de F¨²tbol, que participar¨¢ en la presentaci¨®n de este lunes.

La llegada de Maradona a Culiac¨¢n se ha querido ver como la que vivi¨® N¨¢poles en los ochenta: una ciudad sumida en el olvido y recluida por la mafia, que pretende relucir con el f¨²tbol. Solo que en esta ocasi¨®n la picard¨ªa y el talento de sus piernas no ser¨¢n determinantes, sino las decisiones para ascender a un equipo del antepen¨²ltimo lugar de la segunda divisi¨®n.