Solo el futuro sostiene el presente
El canterano Borja Garc¨¦s salva un empate para el Atl¨¦tico en el ¨²ltimo minuto del partido ante un Eibar agarrado a la enorme figura de Dmitrovic
Acogotado ante la enorme figura de Dmitrovic y anquilosado en un sistema de juego que no le permite navegar sin miedo, el Atl¨¦tico se salv¨® del naufragio ante el Eibar gracias al gol de un canterano, Borja Garc¨¦s, en el ¨²ltimo minuto del partido. Fue el chaval el encargado de lograr un empate que no disimula la situaci¨®n de un equipo inmerso en una crisis de ansiedad perenne. De todas las variables con las que se ha reforzado este verano tuvo que ser un fichaje expr¨¦s del filial el que impidiera que el agua terminase por llevarse por delante a un equipo que no entiende lo que le sucede. Si bien el acierto del meta serbio del Eibar y la mala fortuna en forma de postes evitaron una traves¨ªa algo m¨¢s distendida, el funcionamiento perfectamente descifrable de su juego es hoy una apuesta con f¨¢cil r¨¦plica. Se la encontr¨® el conjunto armero durante gran parte del partido, incluso pudo llevarse la victoria gracias a un cabezazo de Enrich que congel¨® el coraz¨®n de una afici¨®n perpleja.
La ubicaci¨®n inicial de Koke en el costado derecho deleg¨® en Rodrigo la responsabilidad de iniciar el juego. Con la escolta de Sa¨²l unos metros por delante el canterano trat¨® de jugar a dos toques, la mejor forma para dar fluidez al juego, pero su secuencia de entregas se agarr¨® a la horizontalidad m¨¢s ortodoxa. Oscilaba el Atl¨¦tico de un lado al otro mientras que el Eibar cubr¨ªa ese espacio central con orden marcial. Solo Charles permaneci¨® algo m¨¢s adelantado tratando de cubrir la retaguardia rojiblanca, esa a la que empujaba la presi¨®n de su equipo. Se desga?itaba Simeone tratando de que sus volantes, especialmente Lemar, trataran de romper con ese pragmatismo tan poco efectivo, y otorgase al juego un desnivel necesario.
Tampoco Costa ofrec¨ªa posibilidades claras de pase a la carrera para ninguno de sus compa?eros. Solo Griezmann pareci¨® capaz de moverse entre esos espacios intermedios en los que se fabrican los imprevistos. Se top¨® el franc¨¦s con un Dmitrovic inmenso, que le detuvo un mano a mano desde el suelo que el estadio lament¨® al un¨ªsono. El meta serbio complet¨® dos nuevas intervenciones de enorme m¨¦rito ante un remate de cabeza de Sa¨²l a la salida de un c¨®rner y frente a un disparo a bocajarro de God¨ªn tambi¨¦n tras un saque de esquina.
Lo ¨²nico que no le gustaba a Mendilibar era que semejante tarea destructiva no le estuviera llevando a arrinconar a un Atl¨¦tico inestable a la hora de sacar la pelota. La ¨²nica ocasi¨®n de peligro que gener¨® el equipo armero fue un disparo de Cote desde fuera del ¨¢rea que se top¨® con el larguero ante un Oblak amarrado al c¨¦sped. La baja a ¨²ltima hora de Lucas Hern¨¢ndez por problemas estomacales oblig¨® a Simeone a alinear a God¨ªn y evitar su descanso de cara al partido de Liga de Campeones del pr¨®ximo martes ante el M¨®naco, y el uruguayo encaden¨® una serie de errores impropios de su reconocida categor¨ªa. Solo su fortaleza en el juego a¨¦reo unida a la de su compatriota Gim¨¦nez ejercieron de peaje ante un Eibar muy limitado en las alturas.
Invitaba el t¨¦cnico rojiblanco a Filipe Luis a que acumulase millas por su banda izquierda, perdido como estaba el juego en el lado opuesto, con Juanfran carente de compa?¨ªa una vez que Koke se acerc¨® al centro para ofrecer una v¨ªa de escape ante la monoton¨ªa. No logr¨® abrir el campo el Atl¨¦tico y sus mejores ocasiones de gol llegaron a trav¨¦s de pases filtrados con bistur¨ª por el centro de la defensa del Eibar. Sin embargo, a cada oportunidad de gol emerg¨ªa la figura de Dmitrovic, que aun teniendo planta de p¨ªvot de baloncesto (194 cent¨ªmetros) se extendi¨® hasta el cielo de Madrid como un t¨®tem sagrado. No flaque¨® ante las nuevas acometidas de Griezmann, God¨ªn y Costa repeliendo el bal¨®n como si sus guantes ejercieran una presi¨®n magn¨¦tica sobre ¨¦l.
Semejante exhibici¨®n aument¨® la frustraci¨®n del Atl¨¦tico, impotente a la hora de plantear nuevas estrategias de ataque, bien sostenido por su rival en el coraz¨®n del campo y con el alma entregada a una pepita inesperada. La entrada de joven Garc¨¦s por Rodrigo incendi¨® al Wanda, que pit¨® el cambio de Simeone como no se recuerda antes en la etapa del argentino en el banquillo. El p¨²blico elev¨® las revoluciones de un partido que pudo caer del lado armero si el zurdazo de Arbilla desde fuera del ¨¢rea no se hubiera encontrado con el larguero. No se detuvo el Eibar y Enrich tras una jugada embarullada logr¨® enviar la pelota al fondo de la porter¨ªa de Oblak a falta de tres minutos para el final. Sin embargo, un disparo desde fuera del ¨¢rea del joven Garc¨¦s evit¨® el desplome final aunque no la sensaci¨®n de que a este Atl¨¦tico le aquejan males todav¨ªa no resueltos.
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