Keylor o Courtois, campo minado
Con la elecci¨®n del portero que jugar¨¢ la Champions, Santiago Solari afronta una decisi¨®n que marc¨® negativamente a Lopetegui y que tiene en vilo al vestuario y la directiva
La noche que el Madrid perdi¨® su primer partido de LaLiga esta temporada, ante el Sevilla en el S¨¢nchez Pizju¨¢n (3-0), en la comitiva de dirigentes desplazados se extendi¨® una impresi¨®n malhumorada. Dec¨ªan que hab¨ªa jugadores en la defensa del Madrid que se comportaban como si no quisieran que Thibaut Courtois se asentara como titular. El portero belga de 26 a?os, principal fichaje del ¨²ltimo mercado de verano, supon¨ªa una cu?a en la transici¨®n generacional del equipo que algunos veteranos, a decir de los miembros de la junta, no tolerar¨ªan sin revolverse. Su competencia por el puesto en duelo singular con Keylor Navas era el reflejo de dos corrientes encontradas: el presidente Florentino P¨¦rez, gran avalista de Courtois, y los capitanes, inclinados por Keylor.
¡°T¨² lo que quieres es sacarme la alineaci¨®n y no te le voy a decir¡±, replic¨® Santiago Solari a un enviado especial a Pilsen que le pregunt¨® c¨®mo afectaba al funcionamiento del Madrid el hecho de jugar con Courtois o con Keylor. La cuesti¨®n, puramente futbol¨ªstica, puso en guardia al entrenador provisional. Sonriente en el requiebro, el hombre es muy consciente de que las palabras no bastan para desactivar un campo minado.
Solari sabe que los entrenadores se convierten en jueces y hay decisiones que los acaban condenando. Su predecesor en el banquillo, Julen Lopetegui, marc¨® su trayectoria en el Madrid cuando el 1 de septiembre resolvi¨® quitar a Keylor del equipo que disputar¨ªa LaLiga para situar bajo los palos a Courtois, a quien, a su vez, relegar¨ªa al banquillo en la Champions en favor del tico. Ni los capitanes ni la directiva ni los dos implicados sintieron que Lopetegui obraba con justicia. Dos meses m¨¢s tarde el enredo se ha fosilizado. Ahora corresponde a Solari resolver sobre la decisi¨®n maldita. Tanto si deja las cosas como est¨¢n como si no, abordar¨¢ uno de los problemas m¨¢s delicados de la actual crisis del Madrid.
¡°En mi ¨¦poca el titular se manten¨ªa; ahora los entrenadores rotan porque quieren tener a todos contentos para que entrenen bien¡±, dice Miguel ?ngel Gonz¨¢lez, portero madridista de los a?os setenta que disput¨® la titularidad con Mariano Garc¨ªa Rem¨®n en un duelo ya m¨ªtico. ¡°Esa rivalidad que produce la rotaci¨®n te empuja a superarte y es buena a corto plazo, pero a la larga puede tener efectos negativos. El portero es el puesto m¨¢s espec¨ªfico que existe. No funciona como un jugador de campo. Necesita jugar partidos continuamente para estar en forma. Si entras y sales nunca acabar¨¢s de sentirte seguro y de transmitir confianza a tu equipo¡±.
La tensi¨®n competitiva en la l¨ªnea de guardametas del Madrid no es nueva. La ¨²ltima vez que el equipo sufri¨® este proceso fue en la temporada 2013-2014. Los protagonistas fueron Iker Casillas, empujado por la directiva hacia la retirada, y Diego L¨®pez, utilizado para hacer palanca. En un intento de proporcionar un equilibrio, Carlo Ancelotti dio la Liga a L¨®pez y la Champions a Casillas. Los veteranos de aquella experiencia recuerdan que los resultados no invitaron a repetirla. LaLiga, dicen, es ¡°el torneo que te da de comer¡± y debe jugarlo el mejor. Entonces se perdi¨® despu¨¦s de que Diego L¨®pez cometiera algunos errores sonados. Casillas, por su parte, gan¨® la D¨¦cima despu¨¦s de exhibir una creciente inestabilidad emocional. No se recuper¨® hasta que fich¨® por el Oporto en 2015.
¡°Condiciona todo¡±
¡°Unos porteros hablan m¨¢s, otros son m¨¢s callados, unos mandan m¨¢s y otros mandan menos", advierte Miguel ?ngel." Esto es relevante porque el jugador que mejor ve lo que pasa en el campo es el portero y puede condicionar todo el funcionamiento del equipo. Es el organizador. El portero es el que tiene que alertar al compa?ero que se despista, el que corrige al que pierde la posici¨®n. Esta comunicaci¨®n hace que los jugadores necesiten acostumbrarse a un portero para tener esa tranquilidad. Cuando cambias de portero cambias mucho m¨¢s que a un hombre por otro. Es un dilema. Un dilema que durar¨¢ todo el a?o porque es muy dif¨ªcil mantener en una misma plantilla a tres porteros como Keylor, Courtois y Kiko Casilla, que, no olvidemos, es un meta de primer nivel¡±.
Ramos y Marcelo no olvidan el martirio al que la directiva, siempre empe?ada en forzar transiciones, someti¨® a Casillas. Ahora temen que Keylor, amigo y poder f¨¢ctico en el vestuario, corra la misma suerte y acabe por anticipar el destino de todos los veteranos de las Champions de Zidane.
En Pilsen, Solari solo respondi¨® con evasivas. Cambiar porteros no es solo cambiar porteros.
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