Pedro Ferr¨¢ndiz cumple 90 a?os
Como entrenador del Real Madrid gan¨® 12 Ligas, 11 Copas y cuatro Copas de Europa entre 1959 y 1975 y refund¨® el baloncesto en Espa?a
¡°Mi equipo de los 60 revolucion¨® el baloncesto. Lo primero que hice fue variar la estructura y las posiciones. Cuando llegu¨¦ a Madrid, los sistemas consist¨ªan en dos defensas altos, dos aleros peque?os y un p¨ªvot. Fuimos los primeros en jugar con un solo defensa, lo que luego se llam¨® el base, y despu¨¦s hice hincapi¨¦ en los hombres altos y en el rebote para facilitar el contraataque de los jugadores m¨¢s bajos y veloces. Subi¨® la anotaci¨®n y el espect¨¢culo y sorprendimos a todos. No fue una cosa analizada y documentada. Fue mi idea del baloncesto. La apliqu¨¦ y triunfamos¡±. Ataviado con su adorada chaqueta del Hall of Fame de la NBA, Pedro Ferr¨¢ndiz cautiva con el sencillo relato de pionero con el que explica su ¨¦xito. El refundador del baloncesto en Espa?a cumple hoy 90 a?os en su Alicante natal, desde donde parti¨® rumbo a la capital en plena posguerra para escribir una historia inopinada.
Ferr¨¢ndiz puso al Real Madrid en el mapa de la canasta con la conquista de 12 Ligas, 11 Copas y cuatro Copas de Europa en 13 temporadas (entre 1959 y 1975). En total, 27 de los 88 t¨ªtulos de la secci¨®n. Un recorrido memorable del equipo que descubri¨® un nuevo deporte a todo un pa¨ªs desde el Front¨®n de Fiesta Alegre. De los fichajes de Wayne Hightower y Clifford Luyk a la llegada de Pablo Laso como jugador, entre la fortuna y la perspicacia, Ferr¨¢ndiz se convirti¨® en la piedra filosofal de la vitrina madridista. En 1975, Ferr¨¢ndiz dio el testigo en el banquillo a Lolo Sainz (22 t¨ªtulos en 14 temporadas). Y en 1996, ya desde los despachos, fich¨® al Pablo Laso jugador que, a?os despu¨¦s y retomando la idea fundacional de Ferr¨¢ndiz, ha vuelto a dominar Europa.
¡°Me toc¨® vivir una posguerra espantosa. Llegu¨¦ a Madrid a finales de los 50 con 2.000 pesetas prestadas por el presidente de la Federaci¨®n alicantina; que jam¨¢s le devolv¨ª, por cierto. Mi familia era muy pobre y hab¨ªa tenido que abandonar los estudios para ayudarles trabajando. Comenc¨¦ de botones, luego estuve en una sastrer¨ªa, de la que me tuve que marchar porque me cargu¨¦ un traje, m¨¢s tarde en una perfumer¨ªa y por ¨²ltimo de mecan¨®grafo. Ah¨ª s¨ª que triunf¨¦. Me convert¨ª en el mecan¨®grafo m¨¢s r¨¢pido de la provincia¡±, cuenta Ferr¨¢ndiz para contextualizar su azaroso aterrizaje en el mundo de la canasta a trav¨¦s de la ¨²ltima de sus profesiones sobrevenidas. ¡°No ten¨ªa empleo y visit¨¦ al jefe de deportes, educaci¨®n y descanso que me emple¨® de nuevo de mecan¨®grafo, aunque acab¨¦ haciendo funciones de secretario. En ese tiempo fue cuando Saporta me reclut¨® para organizar los torneos sociales del Real Madrid. Cuando se march¨® el entrenador de infantiles y juveniles, Saporta se acord¨® de mi etapa de entrenador y me encarg¨® que me hiciera cargo de los equipos. El primer a?o nos proclamamos campeones de Castilla y empezaron a llegar los trofeos. Ah¨ª comenz¨® todo¡±, explica repasando su victorioso periplo.
En el partido de ida de los octavos de final de la Copa de Europa de 1962 su picard¨ªa pas¨® a la historia con una maniobra in¨¦dita y maquiav¨¦lica: la autocanasta. ¡°Nos empataron a falta de dos segundos. Quedaba la vuelta en Madrid y est¨¢bamos en clara inferioridad, la pr¨®rroga no nos conven¨ªa nada. Hightower se hab¨ªa lesionado y Sevillano y Morrison estaban eliminados. Ped¨ª tiempo muerto y puse a Aloc¨¦n, que tras el saque de banda anot¨® en nuestra canasta ante el estupor general¡±. La treta vali¨® la pena. El Madrid venci¨® por 21 puntos en la vuelta y lleg¨® a la final, que perdi¨® ante el Dinamo Tbilisi. La FIBA no recog¨ªa esa posibilidad en su reglamento y, a partir de entonces, castig¨® las autocanastas con una multa de 1.000 d¨®lares y la exclusi¨®n de la competici¨®n.
Entre sus r¨¦cords, el haber llegado a encadenar 61 triunfos consecutivos en la Liga Nacional (interrumpidos por un empate ante el Bar?a) y el haber estado tres a?os y tres meses sin perder: 88 partidos en total. ¡°Los del Estudiantes fueron los que me pusieron el mote de Pizarr¨ªn y tambi¨¦n eran los que me pinchaban las ruedas del SEAT 600, pero yo la pizarra casi no la utilizaba porque de t¨¢ctica apenas conoc¨ªa nada¡ ten¨ªa unas fichitas que me serv¨ªan para trazar alg¨²n movimiento, pero me sobraban esas cosas¡±, espeta sin remilgos. ¡°No hab¨ªa contratos. Se firmaban unas fichas anuales y los dineros no ten¨ªan nada que ver con los de ahora. Mi primer sueldo durante mucho tiempo fueron 60.000 pesetas al a?o, fich¨¦ a Emiliano por 100.000 y a Sevillano, por ejemplo, nos lo trajimos del Maristas por una docena de balones. Despu¨¦s inventamos la operaci¨®n altura que nos nutr¨ªa de canteranos¡±, desarrolla. A?os despu¨¦s, ya desde los despachos del club, sum¨® a sus exitosos fichajes el de Pablo Laso. ¡°Menudo foll¨®n. En Vitoria se cabrearon mucho con el fichaje de Pablo. Yo hablaba con su padre y un d¨ªa me llam¨® y me dijo que todas nuestras conversaciones hab¨ªan sido grabadas por Querejeta. El espionaje me dej¨® acojonado. Ahora, en su etapa de entrenador, quiz¨¢ por influencia de su padre, que pas¨® la vida entera en el club, o por su propia experiencia como jugador, se integr¨® desde el primer instante y entendi¨® el esp¨ªritu del club. Adem¨¢s aport¨® su criterio y sensibilidad. Se ha convertido en un referente en la historia del club¡±, cierra el mito.
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