Kepa se niega a ser sustituido en la final de la Copa de la Liga
El portero protagoniza una escena surrealista en el duelo entre el City y el Chelsea que se resuelve con el 25? t¨ªtulo para Guardiola
El Manchester City se llev¨® la Copa de la Liga inglesa ante el Chelsea al ganar por penaltis tras un partido y pr¨®rroga sin goles. Repiti¨® triunfo ante el mismo como rival al que super¨® en la Supercopa que abri¨® la temporada inglesa para que Pep Guardiola d¨¦ continuidad a su colecci¨®n de entorchados. Ya son 25 los trofeos que ha alzado el t¨¦cnico catal¨¢n en poco m¨¢s de diez a?os como entrenador.
CHELSEA, 0 (3) - MANCHESTER CITY, 0 (4)
Chelsea: Kepa; Azpilicueta, David Luiz, Rudiger, Emerson; Kante, Jorginho, Barkley (Loftus-Cheek, m. 88); Willian (Higua¨ªn, m. 95), Hazard y Pedro (Hudson-Odoi, m. 79). No utilizados: Caballero, Christensen, Kovacic, Loftus-Cheek y Giroud.
Manchester City: Ederson; Walker, Otamendi, Laporte (Kompany, m. 45), Zinchenko; Fernandinho (Danilo, m. 91); Bernardo Silva, De Bruyne (San¨¦, m. 85), Silva (Gundogan. m. 78), Sterling; y Ag¨¹ero. No utilizados: Muric, Sane, Mahrez y Foden.
?rbitro: John Moss. Amonest¨® a David Luiz, Rudiger, Jorginho, Otamendi y Fernandinho.
Tanda de penaltis: 0-0. Jorginho (para Ederson) ¨C 0-1. Gundogan (gol) ¨C 1-1. Azpilicueta (gol) ¨C 1-2. Ag¨¹ero (gol) ¨C 2-2. Emerson (gol) ¨C 2-2. San¨¦ (para Kepa) ¨C 2-2. David Luiz (al palo) ¨C 2-3. Bernardo Silva (gol) ¨C 3-3. Hazard (gol) ¨C 3-4. Sterling (gol)
Wembley. 80.000 espectadores.
Un acontecimiento previo condicion¨® la final. Otro postrero la marc¨® porque Kepa Arrizabalaga se puso bajo palos en la tanda de penaltis contra el criterio de su entrenador. El meta vasco estaba renqueante y dispar¨® las alarmas en el banquilo de Sarri, que determin¨® que saltase al campo Caballero, un especialista, para asegurar un meta sin trabas f¨ªsicas en la decisi¨®n final. En una escena surrealista Kepa hizo ver que no ten¨ªa motivos para salir y Sarri pareci¨® enloquecer. Tras un minuto y medio de caos y con Caballero dispuesto para entrar al campo, el ¨¢rbitro acudi¨® a hablar con Kepa para que le explicase que ocurr¨ªa y a continuaci¨®n decidi¨® reanudar el partido porque el portero le dijo que estaba bien y dispuesto a seguir. El reglamento indica que si un futbolista se niega a salir sustituido el juego debe seguir.
Eso ocurri¨®. Kepa se qued¨® en el campo, detuvo un penalti y estuvo cerca de parar otro. Se qued¨® a un paso de ser h¨¦roe, pero ahora igual tiene un problema que resolver con su entrenador, que tras el partido quiso quitar hierro a la situaci¨®n. "Fue un gran malentendido. Yo quer¨ªa que entrase Caballero porque ten¨ªa miedo de que a Kepa le afectasen los calambres, pero el m¨¦dico me dijo que no eran calambres. ?l ten¨ªa raz¨®n en seguir si estaba bien, pero se comport¨® de manera incorrecta. Ten¨ªa raz¨®n por el motivo, pero no por la conducta. No vamos a multarle, pero quiero hablar con ¨¦l."
Ante el rebumbio organizado, Kepa expres¨®, tres horas despu¨¦s del final del partido, sus pensamientos a trav¨¦s de una breve nota difundida a trav¨¦s de sus redes sociales: "En ning¨²n momento ha sido mi intenci¨®n desobedecer al t¨¦cnico. Todo fue un malentendido a altas pulsaciones". Y valid¨® la versi¨®n que hab¨ªa ofrecido Sarri. "?l pens¨® que no estaba en condiciones de seguir y mi intenci¨®n era expresarle que estaba en buenas condiciones de seguir ayudando al equipo, mientras el cuerpo m¨¦dico que me atend¨ªa llegaba al banquillo y daba el mensaje. Siento la imagen que se ha proyectado", apunt¨® Kepa, que acab¨® con una petici¨®n de disculpas.
Todo sucedi¨® tras un partido excitante y pleno de alternativas. Hace dos fines de semana el Manchester City gole¨® al Chelsea, le meti¨® cuatro goles en los primeros 25 minutos y complet¨® el repaso con dos dianas m¨¢s. La tunda fue de tal dimensi¨®n que Maurizo Sarri no ha dejado de tambalearse desde entonces. Con rumores de destituci¨®n se present¨® en Wembley y plante¨® una renuncia expl¨ªcita al estilo que tanto le critican sus aficionados. El Chelsea recuper¨® su esencia de equipo esforzado y prietas las filas se dispuso a restar. Quiso un partido largo que le abriese opciones con el paso de los minutos. El dise?o le sali¨® perfecto: mediada la segunda parte el partido estaba donde quer¨ªa Sarri.
El City asum¨® los mandos de inicio con el af¨¢n que le caracteriza, con esa idea perenne de jugar en campo contrario. Tuvo control, pero no acab¨® de encontrar los espacios porque el Chelsea se junt¨® para sufrir. Lo pag¨® durante largos minutos Hazard, que se aline¨® como nueve y se debi¨® ce?ir a perseguir la pelota. Seguramente al Chelsea le hubiese aliviado que su mejor futbolista tuviera m¨¢s opciones de tener el bal¨®n en los pies, pero lo cierto es que el belga est¨¢ como un ca?¨®n y con el paso del partido encontr¨® la manera de hacerse valer. Lo hizo desde la velocidad m¨¢s que desde su exquisita t¨¦cnica.
Ah¨ª le doli¨® al City porque adem¨¢s su tempranero esfuerzo en la presi¨®n se hizo insostenible en el ¨²ltimo tramo de los primeros noventa minutos. Y antes tampoco encontr¨® excesivos r¨¦ditos a su dominio, apenas lleg¨® en maniobras de Ag¨¹ero en el ¨¢rea, donde se movi¨® como una anguila. Antes del descanso se fabric¨® un disparo que se le fue alto por bien poco y tras el receso marc¨®, pero en un fuera de juego en el que el videoarbitraje, que estaba presente, le dio la raz¨®n al ojo del linier. Tuvieron que hilar fino para decidir.
Todo estaba a punto de cambiar. Fue como si el Chelsea hubiera ido a rueda todo el partido y de pronto se pusiese a demarrar. Dej¨® de estar tan encimado en la salida del bal¨®n, subi¨® la l¨ªnea y empez¨® a encontrar a Hazard, que por momentos pareci¨® imparable. En una galopada desnud¨® a la zaga del City para ganar la l¨ªnea de fondo y dejarle un regalo a Kant¨¦, que envi¨® la pelota sobre el larguero. Wembley empez¨® a rugir porque se arm¨® un ida y vuelta. El Chelsea era otro, el City no palideci¨®, le dio velocidad a la pelota, pero tampoco encontr¨® v¨ªas para volver a nutrir a Ag¨¹ero. Y tuvieron el partido cerca los londinenses en una jugada final en la que un ajustado fuera de juego frustr¨® un mano a mano de Hazard ante Ederson.
Esa ¨²ltima acci¨®n antes de la pr¨®rroga dej¨® lesionado a Fernandinho. Antes Guardiola ya hab¨ªa renunciado a De Bruyne y Silva. El partido era una marat¨®n y llegado el muro en el que se busca el ¨²ltimo aliento, el Chelsea era m¨¢s que el City. Sarri reclut¨® a Higua¨ªn, al que hab¨ªa sacrificado de inicio, y el cambio enardeci¨® a los suyos. Fue como una llamada a marchar hacia la victoria. La pelota ya estaba en los pies de Hazard.
Pero incluso al Chelsea se le hizo largo tanto trayecto. Hab¨ªa corrido demasiado tras la pelota, se desgast¨® despu¨¦s en el traj¨ªn al que llev¨® el partido y acab¨® con la lengua fuera mientras el City rescataba la posesi¨®n. Volvi¨® a mandar y a diez minutos de los penaltis tuvo el gol en una acci¨®n entre Sterling y Ag¨¹ero. Lo evit¨® Azpilicueta, defensor de raza, que en los penaltis marc¨® el suyo por la escuadra. Pero no le bast¨® al Chelsea. Jorginho y Daviz Luiz fallaron los suyos, Kepa par¨® el que lanz¨® San¨¦, pero nada pudo hacer en el decisivo de Sterling.
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