El Villamar¨ªn se rinde al rey de Sevilla

¡°Messi dos, Betis, cero¡±, se oy¨® en la grada del Benito Villamar¨ªn justo despu¨¦s de que el argentino hiciera el segundo tanto del Barcelona, al filo del descanso y despu¨¦s de un descomunal pase de tac¨®n de Luis Su¨¢rez. El Betis, a su estilo, le hab¨ªa intentado plantar cara a un l¨ªder que jug¨® algo conservador y encontr¨® nuevamente en Messi a su arma letal, poderosa e infalible. El tercer gol, de toque impresionante propio de un genio, desat¨® la catarsis en Heli¨®polis. La afici¨®n del Betis le dedic¨® a una enorme ovaci¨®n y hasta su nombre fue coreado por los b¨¦ticos, rendidos ante tal demostraci¨®n de talento. Messi agradeci¨® a los aficionados su muestra de cari?o.

En menos de un mes, el mejor futbolista del mundo se ha dado un paseo demoledor por Sevilla. La capital de Andaluc¨ªa ha ca¨ªdo rendida a la pegada y el f¨²tbol de un futbolista que acaba con todos los debates y los planteamientos previos al choque. Una fuerza de la naturaleza se movi¨® por el Villamar¨ªn, donde todav¨ªa tiene que venir el 25 de mayo a jugar la final de la Copa del Rey ante el Valencia. Por el momento, Messi se ha coronado como el rey de Sevilla.

Hay algunos monarcas que han dejado huella en la capital de Andaluc¨ªa. Para empezar, la ciudad fue cuna de los emperadores romanos Trajano y Adriano; tambi¨¦n dej¨® un grato recuerdo el rey musulm¨¢n Al-Mutamid, el monarca poeta que acab¨® desterrado en el norte de ?frica. Fernando III el Santo, Alfonso X y Pedro el Cruel tambi¨¦n dejaron huella, as¨ª como Carlos V, que se cas¨® en el Alc¨¢zar con Isabel de Portugal. El nombre de Messi fue aplaudido cuando son¨® por la megafon¨ªa del estadio, aunque probablemente su huella no ser¨¢ tan grata como la dejada por los anteriores personajes. As¨ª es el mundo del f¨²tbol.

A los 18 minutos, en el primer disparo a puerta del conjunto catal¨¢n, Messi marc¨® de un gran lanzamiento de falta, sorprendiendo a Pau por su propio palo. Es el quinto gol de falta que marca Messi en la presente temporada. Una faceta del juego en la que ha mejorado con el paso de los a?os, porque solo una figura de tal calibre no se cansa de mejorar y evolucionar. Messi, seis minutos despu¨¦s, lanz¨® otra falta, cometida sobre Vidal. Esta vez cambi¨® de palo, pero sin la suficiente fuerza como para sorprender a Pau. Desde los saques esquina, desde cualquier parte del campo, con una hierba cortada a los 22 mil¨ªmetros, Messi gobern¨® el partido de manera majestuosa.

Todav¨ªa en la ¨²ltima jugada del primer tiempo inici¨® una jugada para luego recibir un espl¨¦ndido pase de tac¨®n de Luis Su¨¢rez. Super¨® a tres defensas b¨¦ticos en carrera y marc¨® con una impresionante tranquilidad. El Betis jugaba y Messi lo machacaba.

Un amargo consuelo emergi¨® en las gradas del Villamar¨ªn. Los b¨¦ticos recordaron el estropicio que Messi le hizo al Sevilla, eterno rival, en el choque liguero del pasado 23 de febrero. El Barcelona gan¨® 2-4 y el argentino hizo los tres primeros tantos para remontar un choque donde los andaluces se pusieron por delante. No hay rivalidad que valga para Messi, al que Sidnei intentaba parar de forma desesperada mientras el argentino dibujaba pases y regates incre¨ªbles. Goles como soles en una y otra punta de Sevilla, tantos que acercaron mucho la Liga a un Barcelona liderado por el genial jugador argentino.

Messi vol¨® sobre el partido o los miles de partidos que se jugaron hasta que decidi¨® entrar en acci¨®n. Un conjunto de duelos individuales que acabaron cuando Leo dijo basta, muy secundado por un Luis Su¨¢rez que ha recuperado su mejor versi¨®n en el tramo decisivo de la temporada. Como consecuencia, los registros de Leo se siguieron sucediendo. Messi super¨® a Puskas y se convirti¨® en el jugador que ha marcado m¨¢s goles al Betis en toda la historia. Luis Su¨¢rez, una fiera, hab¨ªa marcado el tercero despu¨¦s de una jugada espectacular, en la que parti¨® desde su propio campo para plantarse en el ¨¢rea de Pau driblando contrarios. Bartra se deshizo ante la fortaleza de Su¨¢rez, el mejor ayudante de un Rey aclamado en Heli¨®polis.