Esa palabra no existe
El malestar que puede causarnos la alegr¨ªa del vecino es un sentimiento poco elegante, pero en el f¨²tbol, por el contrario, se trata de algo habitual

La lengua espa?ola, sumando los t¨¦rminos de Am¨¦rica y Espa?a, tiene unas 150.000 palabras. La lengua inglesa cuenta con algo m¨¢s de 170.000. Y la alemana supera el medio mill¨®n; si a?adimos los vocablos m¨¢s rec¨®nditos de la jerga t¨¦cnica, puede llegar, dicen, a los 20 millones. Los alemanes disponen, por ejemplo, de un c¨¦lebre concepto, schadenfreude (se pronuncia algo as¨ª como scudenfrudi),para describir la ¨ªntima alegr¨ªa que puede experimentarse ante la desgracia ajena. Sospecho, sin embargo, que ni ellos tienen en su arsenal ling¨¹¨ªstico una palabra que refleje lo contrario, es decir, el malestar que puede causarnos la alegr¨ªa del vecino. En la vida, ese sentimiento es poco elegante, por no decir execrable. En el f¨²tbol, por el contrario, se trata de algo habitual. Habr¨ªa que inventar una palabra para eso.
Si existiera esa palabra, valdr¨ªa para titular este texto.
Veamos. Racing, el equipo que viste con la bandera argentina, est¨¢ a punto de proclamarse campe¨®n de la Superliga. Quiz¨¢ ya lo sea cuando alguien lea estas l¨ªneas. Si no, lo ser¨¢ la semana pr¨®xima, salvo que ocurra algo rotundamente extraordinario y Defensa y Justicia se alce con el t¨ªtulo. Eso es secundario para lo que nos ocupa. Lo que nos interesa aqu¨ª es que Independiente, el vecino/rival de Racing en Avellaneda (los estadios est¨¢n muy cerca, a un centenar de metros uno de otro), se ha preparado, a lo largo de esta semana pasada, para experimentar ese sentimiento inefable: el de sobrellevar de la forma menos dolorosa posible el jolgorio del otro.
El ¨¦xito ajeno resulta m¨¢s llevadero cuando a uno no le van del todo mal las cosas. Para Independiente, que ha hecho una campa?a mediocre, el objetivo consiste en clasificarse para la Copa Sudamericana, que no es la Libertadores pero es algo. Para mantener sus posibilidades, deb¨ªa vencer a V¨¦lez el s¨¢bado.
La cuesti¨®n ten¨ªa su intr¨ªngulis. Porque V¨¦lez, el gran club del oeste bonaerense, e Independiente ya se han dado muchos disgustos. Mi ilustre colega argentino Rodolfo Chisleanchi me puso en antecedentes. Por no ir muy lejos, remont¨¦monos al campeonato de 1940. V¨¦lez se jugaba el descenso en la ¨²ltima jornada. Ten¨ªa 26 puntos y Atlanta, 25. V¨¦lez recib¨ªa a San Lorenzo y Atlanta, a un Independiente muy poderoso. Ocurri¨® lo que ocurri¨®: al final del primer tiempo, Atlanta ya ganaba 6-0 a Independiente. Seg¨²n parece, hab¨ªa pactado una derrota a cambio de quedarse con el defensa Battagliero, el mejor jugador de Atlanta. V¨¦lez perdi¨® su partido y descendi¨® por primera y ¨²nica vez en su historia.
?Existe eso del karma? En 1945, V¨¦lez, de nuevo en la m¨¢xima categor¨ªa, le infligi¨® un 8-0 a Independiente: la goleada m¨¢s severa sufrida por los rojos en toda su trayectoria como profesionales. Y la tendencia general se mantuvo a lo largo de los a?os. Frente a los llamados ¡°cinco grandes¡± (Boca, River, Racing, Independiente y San Lorenzo), Independiente es el ¨²nico con el que V¨¦lez mantiene una estad¨ªstica favorable: antes de este fin de semana, 60 partidos ganados, 55 perdidos. Adem¨¢s, V¨¦lez se dio el gustazo de dar en 1995 la vuelta ol¨ªmpica de campe¨®n en el Estadio Libertadores de Independiente. Y por seis veces le marc¨® cuatro goles o m¨¢s.
El s¨¢bado, V¨¦lez se adelant¨® en el minuto 8. El fantasma del pu?etero karma flot¨® de nuevo sobre el estadio de los rojos. Pero Independiente remont¨® en el segundo tiempo. Logr¨® el gol de la victoria a falta de cinco minutos.
Ahora, con opciones para meterse en la Sudamericana, a Independiente le toca lidiar con esa palabra que no existe. La que describir¨ªa sus sensaciones si Racing sale campe¨®n.
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