El Sevilla juega al f¨²tbol y el Betis, a la pelota
La contundencia del equipo de Caparr¨®s define el derbi y acaba con un conjunto b¨¦tico de buen toque, pero inocente y sin gol
Fue un derbi trepidante, con dos estilos muy definidos, goles y errores, tambi¨¦n emoci¨®n y, sobre todo, pegada y oficio. Los dos ¨²ltimos conceptos los manej¨® mejor el Sevilla, un grupo intenso, duro, que se llev¨® un derbi de alternativas y realiz¨® contragolpes de enorme calidad. El Betis fue la viva imagen de su temporada. Un grupo de gran toque, que quiere el bal¨®n, pero al que le falta contundencia en ambas ¨¢reas. A Seti¨¦n tambi¨¦n le faltaron reflejos para meter antes en el campo a Joaqu¨ªn y Tello, dos futbolistas que permitieron al Betis llegar con opciones de empatar hasta el ¨²ltimo minuto de este derbi tan intenso. Los verdiblancos juegan bien, pero conceden demasiado. As¨ª, cuando mejor estaban recibieron el primer gol. Luego, tras el empate de Lo Celso, el Sevilla los barri¨® en un contragolpe primoroso. En medio de tantas alternativas triunf¨® el Sevilla, letal con espacios por delante y con m¨¢s empaque que el Betis. Los sevillistas no dudaron en emplear el juego duro cuando fue necesario, mientras que los de Seti¨¦n, mucho m¨¢s c¨¢ndidos, carecieron de pegada. El binomio Sarabia-Ben Yedder, por ejemplo, est¨¢ a a?os luz de lo que pueden ofrecer en ataque jugadores como Jes¨¦ o Loren.
El triunfo dispara las opciones del Sevilla de ocupar la cuarta plaza y, en cambio, merma las opciones europeas de un Betis al que la temporada se le ha hecho demasiado larga. Gran victoria tambi¨¦n para un hombre, Joaqu¨ªn Caparr¨®s, que ha pasado una semana dura y que ha respondido haciendo lo que mejor hacer: competir. El Sevilla, con sus lagunas en el juego, con sus debilidades de planificaci¨®n, ha obtenido 12 puntos de 15 posibles bajo el mando del t¨¦cnico utrerano. Es un equipo ordenado, vital, chisposo y unido, que vive de un fant¨¢stico contragolpe y que persigue con toda justicia la cuarta plaza.
No hay m¨¢s verdad en el f¨²tbol que el gol. Los caminos para llegar a tan ansiada meta son diversos. Cada uno hace lo que sabe o debe para ganar, pero la ¨²nica verdad suprema es el gol. El Sevilla de Caparr¨®s no pierde el tiempo. Apenas tiene f¨²tbol, pero es vigoroso y tiene pegada, una caracter¨ªstica letal en este deporte. Curiosamente, es r¨¢pido donde el Betis, a pesar de su salida de bal¨®n, es lento de necesidad. Igual es que uno tiene buenos delanteros y otro, el equipo de Seti¨¦n, ni siquiera los tiene. No hay m¨¢s que analizar con detenimiento las dos jugadas que marcaron la primera mitad. El Betis, que tuvo una puesta en escena excelente, sac¨® un contragolpe de la nada despu¨¦s de un error de Navas y de Vaclik. Jes¨¦, sin portero, con Canales a su derecha totalmente solo, dibuj¨® un disparo espantoso desde fuera del ¨¢rea que sac¨® Navas bajo palos. Si se pone la lupa en la acci¨®n, los movimientos y el golpeo del canario fueron de un f¨²tbol a c¨¢mara lenta.
El Sevilla hab¨ªa sobrevivido al susto. Con oficio, parando el juego, siendo m¨¢s inteligente, golpe¨® cuando menos se esperaba. Mandi se dej¨® robar el bal¨®n por V¨¢zquez y todo el sistema defensivo del Betis err¨®. En parte por su deficiente colocaci¨®n. Tambi¨¦n porque el centro a pie cambiado de Sarabia y el remate de Munir fueron imponentes. Emerson, un aut¨¦ntico pulpo en un garaje, fall¨® en el despeje para que el sevillista definiera a la perfecci¨®n. Solo cuatro minutos despu¨¦s, con el Betis medio noqueado, lleg¨® la explicaci¨®n de por qu¨¦ jug¨® V¨¢zquez en sustituci¨®n del lesionado Gonalons. El pase del argentino a su compa?ero Ben Yedder fue fant¨¢stico, como providencial fue la parada de Pau al franc¨¦s.
El segundo tiempo fue un aut¨¦ntico carrusel. El Betis empez¨® mal, pero empat¨® en un gran disparo de Lo Celso, el ¨²nico elemento con gol de un equipo romo. A medida que Jes¨¦ fallaba goles se afilaba el Sevilla en el contragolpe. La acci¨®n del segundo tanto fue una maravilla solo cuatro minutos despu¨¦s del gol b¨¦tico. V¨¢zquez hizo el tercero y Seti¨¦n dio entrada, por fin, a Joaqu¨ªn y Tello. El Sevilla, cansado, se meti¨® atr¨¢s. El Betis toc¨®, mand¨®, chut¨® y se acerc¨® en el marcador. El Sevilla, metido atr¨¢s, defendi¨® el 3-2 con picaresca, p¨¦rdida de tiempo y fe. En definitiva, se llev¨® el derbi porque jug¨® al f¨²tbol mientras que el Betis lo hizo a la pelota.
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