El Tottenham cambia su destino con una remontada ante el Ajax
El equipo de Pochettino se sobrepone a un 2-0 en contra para alcanzar la final en el ¨²ltimo minuto con un triplete de Moura que destroza la magn¨ªfica obra del cuadro holand¨¦s
?ltimo minuto del tiempo de prolongaci¨®n. Pase largo, frontal, sobre el ¨¢rea del Ajax. Toque de Fernando Llorente, toque de Alli, remate de Moura estirando la pierna, sin apenas ¨¢ngulo, sin apenas fuerza. Rechace de De Ligt y viaje l¨¢nguido del bal¨®n hacia la red. Onana cae como un peso inerte. Cae De Jong, cae Ziyech, cae Mazraoui. Los jugadores que se ve¨ªan en la final, que con el 2-0 se sent¨ªan en el Wanda despu¨¦s de una epopeya formidable, se derrumban sobre la hierba porque ven c¨®mo el equipo que dominaron durante casi dos partidos sucesivos se repone y los liquida en la jugada m¨¢s prosaica de la noche. El p¨²blico enmudece. La m¨²sica de los coros se extingue. El Tottenham remonta en el ¨²ltimo minuto otra eliminatoria que ten¨ªa perdida. Por primera vez en su historia el equipo con m¨¢s solera de Londres jugar¨¢ una final de Copa de Europa. Le espera el Liverpool el 1 de junio en Madrid.
Tiene que haber una triple frontera inexplorada entre el pron¨®stico anal¨ªtico, la clarividencia y la telequinesis. Un territorio hasta ahora reservado al ocultismo en el que Matthjis de Ligt se mueve con la soltura del que tiene poderes. Las pruebas son de dominio p¨²blico. A sus 19 a?os el capit¨¢n del Ajax oper¨® como si tuviera un sexto sentido. En marzo desmont¨® a Benzema sin despeinarse, en abril se anticip¨® a Cristiano adelant¨¢ndose a las jugadas de riesgo antes de que se produjeran, y en mayo disuadi¨® a los atacantes del Tottenham de intentar nada antes de que se les pasara por la cabeza. Por si acaso, marc¨® un gol a los cinco minutos de partido. Su cabezazo, a la salida de un c¨®rner, movi¨¦ndose en el ¨¢rea hacia el punto exacto al que caer¨ªa la pelota, cogi¨® por sorpresa a Dele Alli y destroz¨® el plan de remontada de Pochettino.
La prepotencia de De Ligt sintetiz¨® la solvencia del Ajax durante los primeros 150 minutos de semifinal. El equipo holand¨¦s no precis¨® poner la quinta marcha para comenzar imponi¨¦ndose en su casa. La ausencia de Neres por problemas f¨ªsicos forz¨® a Ten Hag a recuperar el viejo esquema con un punta de referencia. La entrada de Dolberg rest¨® un eslab¨®n a la cadena. El d¨¦ficit fue notable. El Ajax desequilibra hilando pases. Con cada toque, con cada desmarque, va ganando segundos y cent¨ªmetros a las jugadas hasta que los rivales no llegan y entonces vienen los remates y las palizas. Esa fluidez, sin Neres, se difumin¨®. El equipo lo compens¨® con otros recursos. Herramientas conocidas, como la direcci¨®n magistral de Frenkie de Jong para agrupar a sus compa?eros y marcar los tiempos, y un registro nuevo, que se traduce en aplomo. Una calma que le ayud¨® a afirmarse defensivamente cuando cedi¨® el bal¨®n y el campo al adversario tras el 2-0 de Ziyech. El tanto, otra creaci¨®n de la sociedad Tadic-De Beek, desat¨® la euforia en el Johan Cruyff Arena al tiempo que revel¨® una clamorosa evidencia: el mal encaje de la figura del nueve que no se asocia en equipos que se organizan tocando.
Desanimado por la desventaja, el Tottenham exhibi¨® los problemas que arrastra desde que comenz¨® la temporada. Ante la ingente tarea de meter tres goles de las profundidades del equipo aflor¨® la naturaleza agotada de la plantilla, dividida entre jugadores acomodados y exhaustos. Que Sissoko se convirtiera en el hombre con m¨¢s criterio en esos momentos de zozobra refleja el estado de cosas. Limitando su repertorio al ejercicio de pases en profundidad, Dele Alli no abandon¨® su estatuto aristocr¨¢tico hasta que pas¨® por la batidora del descanso. La fil¨ªpica de Pochettino debi¨® provocarle cierta reacci¨®n. El t¨¦cnico mand¨® un mensaje de revuelta sustituyendo a Wanyama, el m¨¢s defensivo de sus mediocentros, por Fernando Llorente.
El fondo sur del estadio recibi¨® a sus jugadores cantando a capela uno de los himnos oficiosos de la casa: Three Little Birds, de Bob Marley.¡°Don¡¯t worry about a thing / cause every little thing gonna be all right...¡±. El partido se reanud¨® con m¨²sica coral y el Ajax pareci¨® disfrutar de la suave brisa favorable. Un remate de Dele Alli, una volea a pase de Eriksen que despej¨® Onana, apag¨® los ecos de algarab¨ªa. Pero el equipo local no abandon¨® su estado de satisfacci¨®n hasta que Moura intercept¨® un pase horizontal en el mediocampo, jug¨® con Alli, y el volante ingl¨¦s hizo lo m¨¢s relevante que se le vio en la eliminatoria: driblar a De Jong. Su entrega, rompiendo definitivamente a la defensa descolocada, fue transformada en gol por el abnegado Moura y el partido se alborot¨®.
La v¨ªa de la agitaci¨®n se convirti¨® en autopista con la aparici¨®n de Llorente en el ¨¢rea para fijar a De Ligt y Blind. De un bal¨®n dividido que ni Onana ni Sch?ne se decidieron a despejar deriv¨® el gol del empate de Moura. El Ajax transit¨® de la suficiencia al estupor en diez minutos. Ten Hag no tard¨® en corregir el efecto distorsionador del nueve para volver al falso nueve: quit¨® a Dolberg y meti¨® al extremo Sinkraven.
Un gol clasificaba al Tottenham. Los minutos pasaban. Ziyech estrell¨® un tiro en el palo despu¨¦s de cruzar otro que se fue por un palmo. Son estuvo a punto de meter el suyo en el ¨¢ngulo. El tiempo se agotaba y la hinchada volv¨ªa a cantar animada por el reloj. Pero Pochettino gritaba desde la banda: ¡°?Vamos, vamos!¡±. Parec¨ªa un n¨¢ufrago en una isla desierta. Lucas Moura estaba a punto de rescatarlo con un hat trick que sabe a renacimiento y a gloria.
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