Landa choca contra la realidad en la contrarreloj de San Marino
Victoria esperada, pero no tan contundente, de Roglic, que deja al espa?ol a casi cinco minutos en la general y a Nibali como rival m¨¢s duro
Mientras bajo el diluvio los vivos hacen lo que pueden, que no es mucho, el pueblo invoca a los muertos. Resucitad. Volved. Os necesitamos. Claman por Oca?a los espa?oles, a los que desespera la timidez de Landa, y no se resignan a aceptar que Oca?a, tan grande, tan desesperado, tan cabezota y rebelde, tan capaz de hacer temblar de miedo al mism¨ªsimo Merckx, muri¨® hace ya 25 a?os. Reclaman a Pantani los italianos, aunque se conforman ya a medias con Nibali, su heredero m¨¢s templado, y Pantani no aparece, muri¨®, tambi¨¦n tr¨¢gico, hace 15 a?os, y ni siquiera el aire felliniano, tan Amarcord, de las playas del Adri¨¢tico junto a R¨ªmini geom¨¦tricas y tumbonas empapadas y demod¨¦s en una primavera que parece invierno, de donde parte la etapa para recorrer el Rubic¨®n hasta la Rocca de San Marino, all¨ª arriba, casi salvaje, permite evocar al Pirata, que por estas playas, estas carreteras, estas cuestas estaba en casa.
Ninguno responde.
Aunque el valeroso romano Valerio Conti mantiene la maglia rosa por 1m 50s, la vida del ciclismo en el Giro la dirige Primoz Roglic un esloveno de perfil guerrero tan m¨ªnimo como su tono de voz de t¨ªmido cuando se expresa, sin asperezas, sin grandilocuencias, sin el necesario car¨¢cter de personaje verdiano excesivo que se exige a los que quieren ser campeones. A su alrededor, empapados, los que aspiran a desafiarle hacen cuentas, sin m¨¢s, ense?an el libro de ruta, que asusta por lo que queda, y arman excusas. Unos han sobrevivido a la pelea, de la que salen con algunos rasgu?os. Son Nibali, Carapaz, Pello Bilbao. No est¨¢n muy cerca del intratable esloveno en la general (a 1m 42s el de Gernika; a 1m 44s el tibur¨®n siciliano; a 3m 16s, el ecuatoriano del Movistar), pero han notado sus piernas bien, su coraz¨®n late fuerte, sus vatios est¨¢n donde tienen que estar. Se sienten preparados para atacar en el Piamonte, los Dolomitas y hasta en el Valle de Aosta, donde a¨²n los grandes puertos que les esperan est¨¢n cubiertos de nieve.
Otros, salen casi noqueados. Yates (a 3m 46s de Roglic), Superman (a 4m 24s), Landa (a 4m 52s). No han mostrado la fortaleza necesaria, ni la forma, ni la cabeza, pero, como el boxeador que se levanta de la lona a mitad de la cuenta, a¨²n creen, a¨²n esperan ser ellos los que asesten el golpe de gracia, el uppercut.
Ha habido una contrarreloj, Landa ha estado como lleva estando todo el Giro, peor de lo que esperaba ¨¦l y deseaba la afici¨®n, e inevitablemente, el fatalismo que parece habitar en su mirada, siempre dirigida hacia su interior, se contagia a los que lo rodean, le aplauden, le esperan, le desean que sea el campe¨®n que siempre necesita el ciclismo espa?ol. Sabemos que lo tuyo no es la contrarreloj, de acuerdo, que eres escalador, le dicen. Pues escala, trepa y haznos alucinar, y Landa, pasado el miedo en la contrarreloj, en la zona llana que afronta en mitad de una lluvia que arrecia, intenta escalar en la zona final, en el puerto de 12 kil¨®metros que cierra la contrarreloj. Y su tiempo mejora, pero no escala tan r¨¢pido como lo hacen Roglic, Mollema, Carapaz, Nibali, que aumentan su ventaja.
Pasados dos como Contador y Valverde, dos que hab¨ªan roto el molde del conformismo habitual, como antes lo hab¨ªan roto Freire, Indurain y Perico, y Oca?a sobre todos, el ciclismo espa?ol vuelve con Landa al esto es lo que hay.
O, quiz¨¢s, no.
¡°Que no, que no, que no hay que sacar conclusiones tan r¨¢pidamente¡±, dice por tel¨¦fono desde Espa?a Eusebio Unzue, el responsable del Movistar, quien, con toda seguridad no ha o¨ªdo c¨®mo, en San Marino bajo un paraguas, unos minutos antes, Alexander Vinok¨²rov, el jefe del Astana intentaba consolar a inconsolables periodistas colombianos dici¨¦ndoles que Superman ha perdido una batalla, no la guerra, y que el Giro termina en Verona. Pero, sin recurrir al mismo t¨®pico, su discurso que se quiere esperanzador es el mismo. ¡°Llevamos 1.500 kil¨®metros de Giro y, no nos equivoquemos, las diferencias se han hecho en solo los 40 kil¨®metros de las dos contrarreloj. Queda todo el Giro por delante, quedan 2.000 kil¨®metros y todas las monta?as que podamos imaginar... Y los ciclistas ya est¨¢n muy cansados... Han sido d¨ªas muy duros, de lluvia, muy largos...¡±
Los puntos suspensivos se le acaban a Unzue, que concluye, tras recordar los estallidos finales en Giros recientes de Kruijswijk, Yates o Pinot, con su argumento definitivo: ¡°El Giro es el Giro¡±.
A Richard Carapaz no le asusta el libro de ruta, plagado en la segunda mitad del Giro, a partir del jueves, de monta?as que erizan los pelos, como tampoco le asusta la lluvia. ¡°Soy un tipo duro de las monta?as de Ecuador, y en mi tierra llueve tanto como est¨¢ lloviendo este Giro¡±, dice el ciclista del Movistar, que ha ganado dos etapas con lluvia en los dos Giros que ha corrido. ¡°Y cuanto m¨¢s dura sea la carrera, mejor para m¨ª. Me he preparado a fondo para el Giro. Y creo que estoy muy bien¡±. No habla sin pruebas Carapaz, de 25 a?os y cuarto en el Giro pasado, el de Yates, Froome, Dumoulin y Superman, pues, repasando los tiempos de la subida en la contrarreloj, el suyo es el tercero, a solo 24s de Roglic y 8s de Mollema. Landa invirti¨® solo en la subida 47s m¨¢s que su compa?ero de equipo, dos minutos m¨¢s Yates y un minuto Superman. ¡°Pero¡±, repite como lleva repitiendo todo el Giro, ¡°el l¨ªder del equipo es Landa. Yo estoy para lo que digan. Si el director dice que mi papel ser¨¢ otro, as¨ª ser¨¢. Si no, no¡±. Unzue no renuncia a Landa, por supuesto, pero tampoco a Carapaz. "Podr¨ªa luchar perfectamente por el podio", dice.
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