Llega la monta?a: el Landa de verdad aparece en el Giro
El alav¨¦s se pone a prueba en el Montoso, donde ataca con Superman. Etapa para el gregario Benedetti y liderato provisional para el esloveno Polanc
Por la llanura hacia Pinerolo un cuarteto traza una l¨ªnea azul, veloz, casi una flecha. Si se observa m¨¢s detenidamente los azules son dos, dos matices, uno m¨¢s celeste, otro m¨¢s acu¨¢tico, dos Movistar, dos Astana. Es el cuarteto de la remontada, el ataque de los resucitados, gritan los exaltados al micr¨®fono. Son Superman y Landa. Les acompa?an dos fieles, S¨¹tterlin y Boaro, que cortan el viento por ellos, que los lanzan delante del grupo de favoritos.
Estos dejan hacer.
¡°La etapa era un calentamiento¡±, dice Roglic, el l¨ªder virtual (la maglia rosa ha pasado a un compatriota esloveno, Jan Polanc, miembro de la gran fuga del d¨ªa, de la que sali¨® vencedor el italiano Cesare Benedetti, un gregario de toda la vida en el Bora de Majka), que debi¨® moverse solo, sin compa?ero de equipo, en el grupo de los mejores.
¡°Vincenzo podr¨ªa haber ido con Landa y L¨®pez, pero no ha querido¡±, dice Paolo Slongo, el entrenador de Nibali.
Landa y L¨®pez escuchan los alardes de indiferencia y pasan: atacando con intensidad y decisi¨®n en las primeras cuestas serias del Giro, el bien llamado Montoso, un primera estrecho, umbroso y duro, no han querido demostrar nada a nadie sino a s¨ª mismos. El colombiano que escala como nadie y el espa?ol taciturno que recupera su figura cuando levanta el culo sobre el sill¨ªn y acelera en pendiente con las manos bajas en el manillar, a lo Pantani, est¨¢n condenados a la remontada despu¨¦s de su mal ejercicio en las contrarrelojes. Ambos necesitan, como dicen sus jefes, sentirse bien, sentirse capaces de marchar en la monta?a incluso un poco m¨¢s deprisa que los mejores. A Pinerolo, despu¨¦s de pasar ¨¢giles el terrible muro de piedras que no sirve ni para decidir el ganador de etapa, llegan con apenas medio minuto de ventaja sobre el grupo de observadores adelantados, Roglic, Yates, Nibali, Carapaz, Mollema, Majka y m¨¢s, que solo se miran y se analizan. Es el d¨ªa de medir a los rivales no por lo que hacen sino por lo que no hacen, de observar gestos, posiciones, respiraciones. Tampoco los dos de la pareja hispanocolombiana pensaban que pod¨ªan ganar el Giro en el Montoso, cuya cima estaba a m¨¢s de 30 kil¨®metros llan¨ªsimos y en descenso hasta la ciudad piamontesa. ¡°Ha sido un placer verme adelante otra vez¡±, resume Landa, que valora el influjo psicol¨®gico de su ataque, de ver delante la carretera solo y detr¨¢s un vac¨ªo. Tambi¨¦n para ¨¦l el Montoso ha sido un calentamiento. Sabe, como todos, que el Giro podr¨¢ ganarse de verdad quiz¨¢s este fin de semana. Y ya se siente parte de los que lo pueden decir: ¡°Mi sue?o es ganar, pero con el podio no estar¨ªa mal¡±. Primero, la remontada psicol¨®gica; despu¨¦s, la real.
El peso del llano exagerado, de la raci¨®n de etapas de 200 kil¨®metros de media, acab¨® camino de Pinerolo con Pello Bilbao y pondr¨¢ a prueba los nueve d¨ªas que quedan la capacidad de recuperaci¨®n de los corredores, la virtud que distingue a los campeones del resto, la virtud que todos claman poseer al sol casi veraniego de la ciudad piamontesa con los maillots abiertos como si fuera el Tour, y el sudor. Y el blanqu¨ªsimo irland¨¦s Dunbar, ba?ados en pantalla de protecci¨®n solar sus bracitos n¨ªveos.
El posible heredero de Sean Kelly y Stephen Roche agradecer¨¢ seguramente m¨¢s que nadie las lluvias y los restos de nieve que esperan hoy en el primer gran final en alto hasta el Lago Serr¨´, 2.247 metros, tras una subida tendida de m¨¢s de 30 kil¨®metros, estilo Alpes antiguos, con cinco kil¨®metros al final en dura pendiente. Y antes, casi 200 kil¨®metros.
Se prev¨¦ estrategia atacante de los m¨¢s lejanos, la pareja de azules, y continuo calentamiento de los m¨¢s favoritos, Nibali-Roglic.
¡°Ya, es dura la etapa¡±, dice Giuseppe Martinelli, el estratega de Superman L¨®pez, a quien le gusta jugar al escondite y decir lo que no piensa. ¡°Pero m¨¢s peligro tendr¨¢ la del s¨¢bado, todo el Valle de Aosta oscuro y lluvioso con cuatro puertos comprimidos en 130 kil¨®metros. Como Roglic se quede pronto sin equipo...¡±
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