El VAR despierta a Brasil

El VAR despert¨® a Brasil en el estreno de la Canarinha en la Copa Am¨¦rica. Las dudas que sobrevuelan al equipo de Tite comenzaron en la grada ¡ªel Morumbi no se llen¨®: 47.260 espectadores¡ª y continuaron en el campo. Y, cuando m¨¢s se inquietaba Brasil, una mano en el ¨¢rea de defensa boliviano, ilumin¨® a Coutinho. El jugador del Barcelona carga dos mochilas, la propia y la de Neymar. El azulgrana busca tanto reencontrarse con su mejor nivel como hacer olvidar la ausencia del delantero del PSG. Brasil gole¨® a Bolivia (3-0), un paso tan ¨²til como necesario para inaugurar la Copa en su casa.

La Copa Am¨¦rica tiene trampa para Brasil. Due?a del mundo, la Canarinha mira a Am¨¦rica con desgana, un tr¨¢mite capcioso en el que ganar no asegura el cielo, mientras que perder te manda derecho al infierno. A la torcida no le motiva el torneo continental, salvo cuando Argentina y Uruguay se le cruzan por el camino. Los vecinos de pedigr¨ª esperan a Brasil con ganas, y a las dem¨¢s selecciones les duele cuando les toca chocar ante el gigante de Am¨¦rica, mucho m¨¢s cuando el duelo se juega en tierra de Pel¨¦. Como le pasa a Bolivia, que nunca gan¨® en Brasil, de nuevo sin argumentos en el estreno de la Copa Am¨¦rica ante la Canarinha.

Tite necesita redefinir a su Brasil. La euforia por el juego atractivo del t¨¦cnico se fundi¨® en Rusia. La Canarinha pas¨® de la ilusi¨®n renovada en las eliminatorias rumbo a Mosc¨² a la confusi¨®n despu¨¦s de la derrota ante B¨¦lgica en los cuartos de final. El recambio generacional no termina de cuajar, Neymar salta de pifia en pifia y la apuesta ofensiva de Tite no termina de carburar. Amag¨®, de entrada, Richarlison con romper a la defensa boliviana por la banda derecha. Pero el desparpajo del extremo del Everton se apag¨® r¨¢pido.

Fue un cuarto de hora intenso. Con Brasil clavado en el campo de Bolivia, Coutinho, desde el carril del 10, intent¨® manejar los hilos de la Canarinha, mientras Neres y Richarlson intentaban generar l¨ªneas de pase. Pero fue eso, solo un intento. Sin velocidad en la circulaci¨®n del bal¨®n, los volantes de Brasil no abastec¨ªan a Firmino y compa?¨ªa, solo peligrosos cuando la zaga boliviana desnudaba sus carencias, nunca aprovechadas por los muchachos de Tite.

Casemiro y Fernandinho, m¨¢s destructores que constructores. Coutinho, m¨¢s parecido al del Bar?a que al del Liverpool. Brasil, m¨¢s cerca de los pitos que de los aplausos. Entonces, apareci¨® el VAR. Un nuevo error infantil de la zaga boliviana termin¨® en un penalti correctamente validado por la tecnolog¨ªa, que se inaugur¨® en la Copa Am¨¦rica. Coutinho no fall¨®. Y Brasil volvi¨® a ser el del comienzo del partido. Esta vez s¨ª aprovech¨® los errores bolivianos. Firmino, en su versi¨®n solidaria, esa que forj¨® de la mano de Klopp, sali¨® del ¨¢rea y le puso un centro perfecto a Coutinho para que la empujara con la cabeza. Dos minutos de Coutinho, para la alegr¨ªa de Brasil y del Barcelona, deseoso de que el 11 se luzca en la Copa Am¨¦rica para que su cotizaci¨®n no siga en picado.

Brasil ya jugaba y Tite se relaj¨®. Momento para las nuevas promesas del f¨²tbol brasile?o, como Everton, que sac¨® un remate precioso, imposible para el portero Lampe. Gole¨® Brasil en el Morumbi, primero dubitativo, despu¨¦s eficaz, sin piedad con la d¨¦bil Bolivia.