El f¨²tbol del futuro se gesta aqu¨ª
Seis futuras madres cuentan por qu¨¦ transmitir¨¢n su pasi¨®n por este deporte a sus beb¨¦s por los valores que en ¨¦l perciben
Las historias de estas mujeres tienen dos cosas en com¨²n. A Yanina y su marido, m¨¢s que el ¡°hasta que la muerte os separe¡±, les ha unido en sus peores y tambi¨¦n en los mejores momentos el f¨²tbol. Para Ainhoa este deporte es la terapia para comunicarse con los que muestran dificultades o tienen capacidades distintas. Jennifer super¨® una terrible enfermedad de ni?a aliment¨¢ndose de la ilusi¨®n de tocar a Mijatovic o al Piojo L¨®pez, de ver a su Valencia CF. Beatriz, cada vez que juega el Atleti, se reencuentra con su familia, aunque haya parientes a miles de kil¨®metros. Inmaculada, que mont¨® un equipo de mam¨¢s futboleras, espera que su pelot¨®n de aficionadas encuentre rivales y hasta una liga amateur como esas en las que pueden apuntarse sus pares masculinos. Ellas son algunas de las protagonistas de los ¨²ltimos v¨ªdeos promocionales de LaLiga que, con la pincelada de cada una, lanzan este mensaje: que el f¨²tbol encierra valores formativos esenciales, que sirve para aprender a superarse, que une, y que su trascendencia global puede acercarnos tambi¨¦n a la igualdad. Todas est¨¢n embarazadas y todas, tambi¨¦n, est¨¢n seguras de que merece la pena contagiar esta pasi¨®n a sus hijos.
Ra¨²l P¨¦rez, director creativo ejecutivo de la agencia Momentum, fue uno de los ide¨®logos de la campa?a Los latidos del futuro (as¨ª se bautiz¨®). LaLiga cumpl¨ªa 90 a?os y, para celebrarlo, ¨¦l propuso "mirar hacia adelante". Quiso que fueran madres y no jugadores famosos quienes contaran "los valores que hacen grande al f¨²tbol, esos intr¨ªnsecos y m¨¢s esenciales, que tras casi un siglo de competici¨®n siguen siendo los que conectan con la sociedad y han de recordarse y reivindicarse, y que son justo los que una aficionada le transmite de la forma m¨¢s pura a su hijo". A trav¨¦s de Facebook llegaron m¨¢s de 3.000 historias de inspiraci¨®n futbol¨ªstica de mujeres embarazadas, 90 de las cuales, seleccionadas por un jurado en conjunto con LaLiga, recibieron como premio una ecograf¨ªa en 5D, que permite ver en alta definici¨®n al beb¨¦ en movimiento dentro del ¨²tero. Muchas, hasta ese instante, desconoc¨ªan el sexo de sus hijos, y lo descubrieron entonces, a la par que pudieron escuchar su latido.
Yanina
En M¨¦xico, Yanina lleg¨® a jugar campeonatos nacionales. Conoci¨® a su marido, dice, ¡°el a?o que Espa?a gan¨® el Mundial¡±; el f¨²tbol ha sido el hilo conductor de su vida en com¨²n. Le pidi¨® matrimonio en el mismo lugar en que se vieron por primera vez, en la estatua de Col¨®n de Barcelona, ¡°el a?o de la segunda Eurocopa seguida de Espa?a¡±. Por ¨¦l se hizo periquita de pro. La primera vez que fueron al estadio de Cornell¨¢ juntos fue reci¨¦n casada, en la v¨ªspera de la luna de miel. A ¨¦l le hab¨ªan detectado un c¨¢ncer de colon. ¡°Fue un Espanyol-Bar?a. Ah¨ª, en un derbi como ese, consigues no acordarte de nada m¨¢s¡±, dice que pens¨®. Se repuso sin problemas, pero la quimioterapia, seg¨²n los m¨¦dicos, lo dejar¨ªa inf¨¦rtil. Yanina estaba convencida de que se equivocaban, tanto que hab¨ªa pensado cientos de veces en el momento en que le entregar¨ªa, en la estatua de Col¨®n, un bodi de beb¨¦ del Espanyol, envolviendo la prueba positiva de embarazo. Y as¨ª lo hizo. Su hija nacer¨¢ en noviembre. ¡°Quiero que juegue y llegue m¨¢s lejos que nosotros, que juegue en la cantera del Espanyol¡±.
Ainhoa
Su padre y su abuelo fueron futbolistas profesionales en la comarca de Ferrol (A Coru?a). Ainhoa guarda un recuerdo vago de entonces. Sin embargo, le viene v¨ªvidamente a la memoria un ni?o. Cuando ella tendr¨ªa 10 u 11 a?os su padre entrenaba a chicos. Y, entre ellos, hab¨ªa uno que no abr¨ªa la boca, que no charlaba con nadie ni jugaba. La pedagoga que es hoy sabe que aquel chico ten¨ªa autismo. La ni?a que fue, termin¨® comunic¨¢ndose con ¨¦l gracias a una pelota y tras muchos d¨ªas aproxim¨¢ndose poco a poco. "Siempre tuve sensibilidad. Ah¨ª naci¨® mi vocaci¨®n. Y ahora espero que lo que yo misma descubr¨ª, que el f¨²tbol es un fort¨ªsimo veh¨ªculo de expresi¨®n, sirva para los dem¨¢s. El deporte por definici¨®n te ayuda a superarte, ojal¨¢ lleguemos nosotros al punto de no ver en capacidades distintas siempre impedimentos ni les presupongamos dificultades a quienes las tienen".
Jennifer
Jennifer ten¨ªa en la mano unas fotos que le hab¨ªa pedido a sus padres de cuando era peque?a y la llevaban al estadio, a Mestalla, cuando descubri¨® la campa?a de LaLiga. Entonces, en la ¨¦poca de las instant¨¢neas, padec¨ªa c¨¢ncer, y pens¨®: "El f¨²tbol me ayud¨® a recuperarme. Me imprimi¨® el car¨¢cter que ahora tengo: mi ilusi¨®n, mis ganas de vivir". Le permiti¨®, de chiquita, estar cerca de su ¨ªdolo: "Si alzaba la mano pod¨ªa tocar a Mijatovic". Dice Jennifer que le gustar¨ªa que la gente a la que llegue su v¨ªdeo entienda que el f¨²tbol puede ser mucho m¨¢s que un entretenimiento, "que no se queden en el sentarse ante la tele", que siempre hay que buscar algo que te haga "vibrar" porque nunca sabes cu¨¢ndo vas a necesitar "un motor" extra en algunas circunstancias dif¨ªciles de la vida. "A veces en una cosa que cre¨ªas una tonter¨ªa puedes encontrar justo lo que te faltaba para sentirte bien". Para ella eso es el f¨²tbol y, a su hija mayor, la apunt¨® a jugar con tres solo a?os. "Se le daba bien. Pero lo mejor es que aprend¨ªa lo que significa trabajar en equipo y estar a las duras y a las maduras, cuando se gana y se pierde".
Beatriz
Beatriz identifica f¨²tbol con familia. Cuando jugaba el Atleti, se reun¨ªan todos en torno al partido. Luego falleci¨® su padre, el inductor de este ritual, y por cuestiones laborales tuvieron que dispersarse por el globo las seis hermanas madrile?as. Segovia, Londres, Per¨²... Pero todav¨ªa, los d¨ªas de partido, mantienen esa comuni¨®n, aunque sea gracias al tel¨¦fono m¨®vil. Durante el embarazo ha acudido bastantes veces al Wanda Metropolitano, dice que est¨¢ segura de que el d¨ªa que su Atleti se enfrent¨® a la Juventus el beb¨¦ not¨® la vibraci¨®n del campo. "?Si mi hijo se hiciera del Madrid? Bueno. Preferir¨ªa que fuera colchonero. Pero para m¨ª lo m¨¢s importante ser¨ªa que gracias al f¨²tbol pudiera aprender que las cosas no llegan en un d¨ªa, a valorar el trabajo diario, el camino".
Inmaculada
Todos en su casa jugaban. Cuando su hijo peque?o ten¨ªa cuatro a?os, mientras entrenaba, Inmaculada ve¨ªa a todas las "mamis" apoyadas en la valla, simplemente esperando. Y dijo basta. Inmaculada comenz¨® a reservar la pista una hora cada tarde del viernes para que ellas tambi¨¦n entrenaran, form¨® un equipo con el resto de madres, alentadas por ella misma. Las Mamis futboleras llegaron a jugar varios partidos contra equipos federados de f¨²tbol sala por la provincia de Barcelona, contra chicas a las que doblaban en edad. "El auge del f¨²tbol femenino llega tarde y tendr¨ªa que ir todav¨ªa mucho m¨¢s lejos. Con mi hijo de 14 a?os siempre han jugado chicas. Dos de ellas ahora est¨¢n en el Bar?a y han sido campeonas Sub-17 con Espa?a. Hemos intentado seguir sus encuentros y es muy complicado. ?Y por qu¨¦ hay tantas ligas masculinas de veteranos pero no de mujeres? Nosotras, las madres, somos las que inculcamos valores, y en este sentido tenemos mucho que decir. Podemos darle un fuerte impulso"
Mar¨ªa
Mar¨ªa dice que su pasi¨®n por el f¨²tbol estaba ah¨ª, dentro de ella, antes incluso de nacer. Su abuela record¨® hasta su ultim¨ªsimo suspiro a su equipo a pesar de los estragos del Alzh¨¦imer, y de su padre hered¨® sus colores. ¡°Mi padre me ense?¨® que jam¨¢s podr¨¦ ser de otro equipo, tengo el Real Madrid en la sangre¡±, atestigua quien, a la vez, entiende el f¨²tbol como ese espacio para disfrutar con la familia en que eres capaz de olvidar los problemas. Con cuatro a?os pis¨® por primera vez un estadio, la vibraci¨®n de la grada animando le qued¨® grabada. Supo que estar ah¨ª era formar parte de algo m¨¢s grande y se sinti¨® orgullosa de ello. Justo lo que espera transmitirle a su peque?o reci¨¦n nacido, Mario.