Los cortes in extremis de Bustinza, las arrancadas explosivas de En-Nesyri y el incansable achique de espacios que exhibi¨® el CD Legan¨¦s el a?o pasado no son casualidad. Uno de los responsables del despliegue es Miguel Herrera, el preparador f¨ªsico que aterriz¨® el a?o pasado en Butarque de la mano del t¨¦cnico Mauricio Pellegrino. Herrera tiene la llave del cuerpo y la mente de sus jugadores, una responsabilidad delicada que nunca pasa desapercibida ante espectadores, prensa y club. ?Su receta? "Concebir el trabajo siempre en funci¨®n de nuestra forma de jugar", afirma. "Todo lo que hacemos tiene relaci¨®n con el bal¨®n".
El preparador aparece en la ciudad deportiva vestido con los colores pepineros. Sobre el c¨¦sped, a modo de demostraci¨®n, hace un par de estiramientos con la flexibilidad de un faquir. Apostado en la ventana, un futbolista le tira una foto. "Material para bromas", asume divertido. Preciso en sus explicaciones, Herrera desgrana la puesta a punto de la plantilla. Un viaje que, parad¨®jicamente, comienza con el fin de la competici¨®n, cuando el motor se para y llegan las vacaciones. D¨ªas imprescindibles sin las exigencias f¨ªsicas y nutricionales propias de la ¨¦lite.
La importancia de parar
"Cuando acaba la temporada, buscamos reducir el estr¨¦s fisiol¨®gico y psicol¨®gico de los jugadores. Y, aunque hay mecanismos para controlarlo, es muy dif¨ªcil que no se alcance cierta saturaci¨®n", explica Herrera, que empez¨® su carrera en 1997, en el Levante UD, entonces en Segunda B, y ha militado en clubes como Nacional de Montevideo (Uruguay) o Liga de Quito (Ecuador), formando tambi¨¦n parte del staff de la selecci¨®n de Mauritania. "Por eso es importante que desconecten. Que durante un par de semanas se olviden de los entrenamientos y se centren en la familia, el ocio, sus intereses".
El asueto ha quedado atr¨¢s. El plantel est¨¢ inmerso en un periodo de reinicio y reactivaci¨®n. Casi todos los jugadores ya est¨¢n bajo las ¨®rdenes de Pellegrino, el entrenador con el que Herrera afronta su segundo a?o en el cuerpo t¨¦cnico leganesense. "Es una persona que piensa mucho las cosas, reflexiva y que te deja trabajar", comenta el valenciano del Flaco mientras recorre los pasillos de la ciudad deportiva. Pese a ser martes, hay trasiego. Rub¨¦n P¨¦rez se deja ver por el gimnasio, otros charlan mientras el readaptador les estira los m¨²sculos y el parking est¨¢ copado de veh¨ªculos. Incluso alg¨²n aficionado se ha acercado para fotografiarse con los jugadores y conocer a las dos nuevos fichajes, el delantero Juan Mu?oz y el portero Grandi, presentados este mismo d¨ªa. ?C¨®mo ha encontrado Herrera a sus jugadores? ?Hay pereza de vuelta al cole? "Han llegado muy bien, en condiciones ¨®ptimas, y con muchas ganas de trabajar", responde. Se marca un objetivo claro para lo que queda de pretemporada: trabajar una base f¨ªsica m¨ªnima, individualizada para cada futbolsita, sobre la que poder edificar despu¨¦s.
Pero Herrera no pone el foco en la mera potencia. En su libreta, la clave para retornar con garant¨ªas a la actividad f¨ªsica pasa por la flexibilidad. "M¨¢s que potenciar la fuerza tratamos de disminuir el tono muscular y ganar en movilidad articular. As¨ª los jugadores llegan mucho m¨¢s relajados al inicio del campeonato. En este periodo, no queremos que supediten su vida al entrenamiento. Hacemos ejercicios sencillos y claros. Cuanto m¨¢s lo compliquemos, peor para el jugador. Si le pedimos mucho de golpe, puede ocurrir que acabe por no hacer nada", detalla.
Cuerpo y mente
La metodolog¨ªa que sigue el CD Legan¨¦s se conoce como periodizaci¨®n t¨¢ctica. Su m¨¢xima es que cualquier ejercicio f¨ªsico se relacione con el juego. Algo remoto cuando Herrera comenz¨® su andadura, hace 20 a?os, y estaba en boga el manual de referencia de ?lvarez Villar, del que se importaban ejercicios concebidos para el atletismo. Con el paso de los a?os, el bal¨®n ha ocupado el centro de la preparaci¨®n. Tambi¨¦n otra faceta, la emocional, ha ganado peso.
"Es m¨¢s importante la parte emocional que la condicional. Tiene una incidencia muy grande sobre nuestro f¨ªsico", considera Herrera. "Si est¨¢s bien en ese aspecto los l¨ªmites se ampl¨ªan. Como un jugador que conoc¨ª, que dec¨ªa de otros 'este est¨¢ en momento azucarillo". El regreso al trabajo puede ser estresante. Sucede a veces con los nuevos fichajes, que han de familiarizarse con las instalaciones, el plantel, el personal del club. Cada jugador, adem¨¢s, tiene sus ritmos. Unos alcanzan la forma antes que otros, y el preparador tiene un papel importante en esa escalada al punto dulce. "Nosotros somos unos educadores y tenemos que ser sensibles con las caracter¨ªsticas de cada uno. Darles el trabajo y tambi¨¦n el cari?o, ser receptivos a sus estados an¨ªmicos", se?ala.
Herrera entiende que la eficiencia de estos m¨¦todos se ha multiplicado gracias al cambio de mentalidad de los profesionales. "En 20 a?os te das cuenta de c¨®mo han evolucionado las cosas, sobre todo la autoexigencia de los jugadores. Est¨¢n m¨¢s concienciados. Para alargar su vida deportiva se tienen que cuidar: alimentaci¨®n, h¨¢bitos, sue?o, estiramientos. A estos niveles, dos o tres a?os m¨¢s de carrera les facilitan el futuro. Y esto deja una gran riqueza de cultura del deporte para los que vienen", reflexiona. A la pregunta de cu¨¢l es, un su opini¨®n, la motivaci¨®n primera para que los jugadores entrenen, el preparador responde parafraseando a Pako Ayestar¨¢n: "Al final, el mejor est¨ªmulo es la competici¨®n".
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