Duncan Scott surfea la ola de Adrian y culmina un campeonato de v¨¦rtigo
El Mundial produce siete r¨¦cords en seis pruebas individuales y marcas fabulosas como la posta de 46,14s del brit¨¢nico en el 4x100 estilos, la m¨¢s r¨¢pida con ba?ador textil
¡°Eres un perdedor¡±, le espet¨® el campe¨®n Sun Yang al elusivo pelirrojo Duncan Scott, el bronce, en el podio durante la celebraci¨®n de la entrega de medallas de la final de 200 libre. Transcurr¨ªa la segunda jornada del Mundial de Gwangju y se abr¨ªa as¨ª una semana de v¨¦rtigo. Concluy¨® ayer con un balance de siete r¨¦cords mundiales en seis pruebas individuales y algunas marcas equiparables a las logradas con los ba?adores impermeables hace una d¨¦cada. La ¨²ltima, en la posta de 100 metros libre de la final masculina de 4x100 estilos, a cargo del brit¨¢nico Duncan Scott. Nada menos que 46,14 segundos. La segunda posta de 100 libre m¨¢s r¨¢pida de todos los tiempos desde aquella que inmortaliz¨® Jason Lezak en los Juegos de Pek¨ªn nadando con un mono impermeable exactamente sobre la ola que generaba el gigantesco Alain Bernard.
Hace d¨¦cadas que los biomec¨¢nicos alertaron sobre el efecto de arrastre que puede tener la turbulencia que generan los nadadores en las piscinas. Especialmente, los nadadores voluminosos y potentes. En la final de relevos de 4x100 libre de los Juegos de 2008 el veterano espr¨ªnter estadounidense Jason Lezak ten¨ªa todo a perder frente al veloc¨ªsimo Alain Bernard cuando los dos se lanzaron a cubrir los ¨²ltimos 100 metros de la carrera. Bernard era el r¨¦cordman absoluto y nad¨® como una ballena en mar abierto, a lo que Lezak respondi¨® peg¨¢ndose a la corchera para que la ola de su potente adversario le arrastrara. Ubicado en el punto exacto, ni muy adelante ni muy atr¨¢s, el efecto del tir¨®n ayud¨® a Lezak a mantenerse a flote para ahorrar energ¨ªa aprovechando el esfuerzo ajeno y dar el zarpazo en los ¨²ltimos metros. Su marca, 46,06s, le habr¨ªa resultado inaccesible si hubiera nadado solo. Agarrado a la ola, y embutido en un ba?ador impermeable, consigui¨® un registro ¨²nico al que solo Duncan Scott ha podido aproximarse. Por la misma v¨ªa del surfeo.
¡°Me zambull¨ª justo a la altura de la cintura de Adrian¡±, explic¨® el escoc¨¦s, tras ganar el oro en Gwangju; ¡°consegu¨ª subirme a una ola hermosa, ahorr¨¦ energ¨ªa en los primeros 50 y piqu¨¦ piernas a la vuelta tirando de adrenalina. Mi fuerte en el 200 es mi ¨²ltimo 100, as¨ª es que mi fuerte en el 100 fue mi ¨²ltimo 50¡±.
Scott debi¨® remontar. El cuarteto brit¨¢nico iba un segundo por detr¨¢s de Estados Unidos despu¨¦s de que Caeleb Dressel lo colocara en primera posici¨®n tras el 100 de mariposa. La prueba se decidir¨ªa en el ¨²ltimo 100 libre. Nathan Adrian salt¨® al agua con el crono en 2m 40,85s y Scott lo hizo en 2m 41,96s. A priori exist¨ªa un desequilibrio de fuerzas. Adrian es un b¨²falo de 100 kilos capaz de nadar dos largos en 47,52s. Scott, un tirillas, en su vida hab¨ªa bajado de 47,87s. Pero Adrian cometi¨® un error. Nad¨® demasiado pegado a su corchera izquierda, junto a la calle en la que se mov¨ªa el brit¨¢nico. Su cuerpo de gigante gener¨® una turbulencia descomunal que traspas¨® la corchera. Al remolino se enganch¨® Scott.
Homenaje a Lezak
El zarpazo de Scott en los ¨²ltimos metros fue un homenaje a Lezak. Dej¨® perplejos a los estadounidenses y encumbr¨® al equipo de Reino Unido al primer oro de su historia en el relevo de estilos. Reino Unido se convirti¨® as¨ª en el tercer pa¨ªs que invade un territorio que los americanos han dominado con la autoridad de una hegemon¨ªa durante m¨¢s de medio siglo. Hasta 13 oros acumulan los estadounidenses en una especialidad que refleja con bastante exactitud el estado de la nataci¨®n en un pa¨ªs. Solo Australia, con tres oros, y Francia con uno, han logrado interrumpir la sucesi¨®n de victorias de Estados Unidos en los Mundiales de la FINA.
Gran Breta?a coron¨® en la ¨²ltima jornada a su mejor equipo de siempre. No es casual que el bracista Adam Peaty fuera uno de los cinco nadadores que han batido r¨¦cords mundiales en pruebas individuales en este Mundial.
La lista de plusmarcas mundiales batidas en el campeonato ha sido la m¨¢s larga desde los Mundiales de 2009. Peaty en 100 braza (56,88s), el brit¨¢nico Matthew Wilson (2m 6,67s) y el ruso Chupkov en 200 braza (2m 6,12s), Dressel en 100 mariposa (49,50s) y el h¨²ngaro Kristof Milak en 200 mariposa (1m 50,73s) han destacado entre los hombres. Regan Smith, entre las mujeres, ha recortado los r¨¦cords de 100 espalda (57,57s) y 200 espalda (2m 3,35s).
Florian Wellbrock, primer oro en 10 kil¨®metros y en 1.500 metros
Florian Wellbrock, alem¨¢n nacido en Bremen hace 21 a?os, va por la vida con cara de p¨®quer. P¨¢lido, hier¨¢tico, inexpresivo, solo revela un resquicio de su alma cuando eleva ligeramente el considerable ap¨¦ndice nasal que preside su rostro para mostrarle a su pr¨®jimo la sombra de dos fosas nasales dignas de lobo. Puesto a nadar, es una combinaci¨®n perfecta de flotabilidad, c¨¢lculo, resistencia y punta de velocidad que le convierten en una pesadilla. Lo sufri¨® la semana pasada el italiano Gregorio Paltrinieri en la final de 10 kil¨®metros de aguas abiertas, en donde Wellbrock se le adelant¨® en los ¨²ltimos metros despu¨¦s de aprovechar su ola para culminar coron¨¢ndose campe¨®n en tiempo de r¨¦cord mundial en una hora y 47m 55s. Y lo volvi¨® a sufrir Paltrinieri este domingo en la final de 1.500, ya en la piscina.
Wellbrock repiti¨® la t¨¢ctica. Dej¨® que Paltrinieri corriera libre y lo sigui¨® de cerca, como los depredadores al animal que huye. Paltrinieri lider¨® la prueba durante m¨¢s de un kil¨®metro. Al paso de la pared que se?alaba los 1.250 metros iba primero. Pero entonces Wellbrock apret¨®. Comenz¨® a empujar m¨¢s agua y aument¨® la frecuencia de sus ciclos de patada y brazada hasta que el italiano se vio desbordado. Entre el remolino de Wellbrock a su derecha y el del ucranio Mykhailo Romanchuk a su izquierda.
Campe¨®n ol¨ªmpico de la distancia en 2016 con un tiempo de 14m 34,57s, Paltrinieri se vio incapaz de desengancharse de sus escoltas. Intent¨® cambiar de ritmo antes de llegar a los 1.000 metros, consciente de que Wellbrock y Romanchuk poseen una punta de velocidad mayor, pero no logr¨® sacarlos de la carrera. Al verse emparedado en los largos finales respondi¨® como si estuviera, o bien cansado despu¨¦s de la semana de competici¨®n o bien desanimado. Ven¨ªa de batir el r¨¦cord de Europa en la final de 800, donde fue oro, y su cuerpo deb¨ªa estar al l¨ªmite.
El inmutable Wellbrock procedi¨® seg¨²n el plan. Super¨® al italiano en el largo que va del 1,250 al 1.300 y ya no volvi¨® a mirar atr¨¢s. Su oro en 1.500 en 14m 36,54s no es el m¨¢s r¨¢pido pero lo consagra como un caso ¨²nico: nadie ha ganado en un mismo Mundial los t¨ªtulos de 1.500 y 10 kil¨®metros.
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