Las inquietudes de Rafael

Estos d¨ªas, cuando el US Open inaugura la edici¨®n del 2019, los aficionados, los que nos dedicamos al tenis o escribimos sobre ¨¦l, especulamos sobre lo que nos van a deparar las dos semanas que dura la competici¨®n. ?Ser¨¢ capaz Serena Williams de levantar un nuevo grande, cosa que no ocurre desde 2017, y con ¨¦l igualar el record de la m¨ªtica Margaret Court con 24 t¨ªtulos del Grand Slam? O, por el contrario, ?seguiremos con la misma incertidumbre de los ¨²ltimos tiempos y no podremos visualizar una clara favorita?

En cuanto a los hombres, es inevitable que nos preguntemos, una vez m¨¢s, qui¨¦n de los tres tenistas dominadores de la ¨²ltima d¨¦cada se impondr¨¢ a los otros dos y avanzar¨¢ un paso m¨¢s en su lucha hist¨®rica; si ser¨¢, en realidad, uno de ellos el que levante el trofeo el ¨²ltimo domingo o si, por el contrario, veremos finalmente a alg¨²n jugador de la nueva generaci¨®n alzarse con un triunfo que podr¨ªa significar el inicio de una nueva etapa.

De todos ellos, Medvedev parece ser el que llega con mejor predisposici¨®n. Jug¨® la final de Montreal contra Rafael y gan¨® en Cincinnati, despu¨¦s de eliminar en la semifinal a Djokovic. Parece que el resto de jugadores j¨®venes no est¨¢ atravesando su mejor momento, aunque bien podr¨ªan recuperarse y continuar en su lucha por ver qui¨¦n de ellos ser¨¢ el primero en levantar un Grand Slam.

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Las preocupaciones de los jugadores, sin embargo, son bastante distintas de las nuestras. No suelen especular tanto y lo que persiguen estos d¨ªas es ponerse a punto y aclimatarse al estado de las pistas y de las bolas que, al parecer, son de lo m¨¢s cambiante.

Recuerdo que cada a?o, cuando lleg¨¢bamos a Nueva York, a Rafael le inquietaban dos cosas. En primer lugar, c¨®mo ser¨ªa la superficie aquel a?o, si m¨¢s r¨¢pida o m¨¢s lenta; si las bolas ser¨ªan m¨¢s pesadas o m¨¢s vivas; si las condiciones, en definitiva, nos favorecer¨ªan o nos perjudicar¨ªan. Normalmente, ten¨ªamos la respuesta despu¨¦s del primer entrenamiento. ¡°Este a?o las pistas son muy r¨¢pidas¡±, me comentaba Rafael. ¡°Y las bolas, muy dif¨ªciles de controlar¡±.

El caso, sin embargo, era que cuando pregunt¨¢bamos a otros jugadores y contrast¨¢bamos sus opiniones, estas pod¨ªan ser no solo diversas sino tambi¨¦n contradictorias. Y lo m¨¢s llamativo, sin duda, ven¨ªa cuando despu¨¦s de tomarme la molestia de preguntarle al respecto al director del torneo, me garantizaba que las pistas y las bolas estaban exactamente igual que el a?o anterior.

Est¨¢ claro que muchas veces confundimos nuestra percepci¨®n con la realidad, pero es que lo determinante para los jugadores, justamente, es c¨®mo se sienten, cu¨¢les son sus sensaciones, si est¨¢n c¨®modos o si, por el contrario, no encuentran la soltura que les da seguridad.

Y la segunda inquietud de Rafael era el sorteo, saber si las primeras rondas le permitir¨ªan, te¨®ricamente, duelos sin grandes sobresaltos y la posibilidad de ir ganando confianza y partidos. Creo que este a?o el sorteo no le es muy desfavorable. Solo espero que ¨¦l sienta que las pistas y las bolas le son propicias.

Diga lo que diga el director.