Sprint fulgurante del irland¨¦s Sam Bennett en Alicante
El corredor del Bora se impone por una bicicleta en una llegada a la que no lleg¨® su gran rival, Fernando Gaviria, herido en una rodilla
Como si envuelta en la calima que agobia en la costa, y el calor que ablanda los sesos, la Vuelta es a¨²n una masa borrosa, una penumbra en la que los ciclistas se mueven a tientas. ?Superman est¨¢ bien o muy bien? ?Y Roglic? ?Nairo es m¨¢s que un ataque de orgullo y de una voluntad sola de decir este soy yo, soy colombiano, tengo ya 29 a?os y, aunque vestido de verde me pregunte qui¨¦n es ese, a¨²n estoy tan vivo como los colombianos j¨®venes?, se preguntan, y esperan que un rayo en la puerta de la caverna que les permita ver, y decir, ah, eso s¨ª, eso es una realidad incuestionable.
Abren los ojos y unos rel¨¢mpagos les deslumbran.
Les casi ciega una realidad tan real como el Superrat¨®n casi at¨®mico Sergio Higuita, tan brillante y definido como su sonrisa tan de ni?o, un colombiano jovencito, delgadito y fino, de 54 kilos, que es capaz de mover 1.000 vatios durante un rush de unos segundos, tantos como 18 vatios por kilo, un modelo de crack diferente de todo lo que se encontraba en el mercado mundial, y en una meta volante aparece de la nada y en un nada les ense?a la rueda trasera a todos los dem¨¢s, y ni parpadea. Y tambi¨¦n sube las monta?as r¨¢pido, mucho m¨¢s ¨¢gil que Fernando Gaviria, la potencia veloz pura de Colombia que, a¨²n afectado en su rodilla por el golpe que sufri¨® cuando el piscinazo de Torrevieja derrib¨® a todo su equipo, se queda descolgado en un tercera y no puede llegar a hacer aquello por lo que le pagan, disputar sprints y, claro, ganarlos.
Lo gana una presencia real, real, y s¨®lida, un irland¨¦s fulgurante con tr¨¦boles en su maillot de campe¨®n nacional que saca una bicicleta a todos en un sprint que fue un visto y no visto en el puerto de Alicante, donde un poquito de brisa fresca les anuncia a todos que se preparan tormentas apocal¨ªpticas que estallar¨¢n los d¨ªas que vienen. Se llama Sam Bennet, tiene 28 a?os, empez¨® a ganar etapas como un loco en el Tour de Turqu¨ªa hace un par de a?os, tambi¨¦n conquist¨® el Giro (tres victorias en el 18) y como se siente poco valorado por su actual equipo, el Bora de Sagan, que no le quiso llevar al Tour, se va a ir al Deceuninck, el equipo que trata a los sprinters como reyes. Posa para la foto con su compatriota Roche, que sigue l¨ªder, y augura: ¡°Espero que ahora en los pubs la gente vea tambi¨¦n ciclismo¡±. Y en el podio se bebe una cerveza.
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