Roglic impone su l¨®gica demoledora a la Vuelta, y es el nuevo l¨ªder
El esloveno destroza a sus rivales en la contrarreloj: casi dos minutos a Valverde, m¨¢s de dos a Superman y tres a Nairo
La realidad es aburrida y la desmesura, tan alabada, asesina. La desmesura es Nairo en su soledad tan sola avanzando por la recta final de la contrarreloj, en una plaza que es un parking descomunal, abrasado por el sol moviendo con dificultad un plato de 58 dientes que le ha reventado sus piernas ¨¢giles de escalador. La realidad es el muro que le tapa la visi¨®n al colombiano de rojo l¨ªder, una masa de fot¨®grafos que le enfocan y ametrallan como un pelot¨®n de fusilamiento con sus grandes objetivos. Antes que chocar y entregar su alma a tama?a masa, Nairo da la vuelta. Hace m¨¢s de cinco minutos ya que ha llegado Roglic, el asesino que parti¨® solo dos minutos antes de Juran?on y sus vi?edos, el m¨¢ximo representante de la realidad pesada y dura en la Vuelta que todos quieren de poes¨ªa y sue?os.
En Pau, donde asoman los Pirineos como una aparici¨®n gozosa por detr¨¢s de sus grandes casas de piedra, Miguel Indurain, de visita para recibir un homenaje del Tour, dice que qu¨¦ suerte tienen en la Vuelta, que para ¨¦l Pau era sin¨®nimo de sufrimiento en la monta?a, en el Tourmalet, el Aubisque, el Marie-Blanque, y ahora van y ponen contrarrelojes. La pusieron en el Tour, m¨¢s corta, m¨¢s suave, la ponen en la Vuelta. ¡°Y a m¨ª solo me pon¨ªan etapas dif¨ªciles¡±, dice el ganador de cinco Tours al estilo que Roglic quiere imitar, marcando la diferencia en la contrarreloj y defendiendo en la monta?a, y pronostica, al mediod¨ªa, que el esloveno machacar¨¢ y que solo le quedar¨¢ defender el resto de la Vuelta. ¡°Pero para defender va a necesitar un gran equipo¡±.
La primera parte de la proposici¨®n ya la tiene resuelta el ciclista de 29 a?os que comenz¨® a competir en bici cuando el miedo tras una ca¨ªda le hizo abandonar el salto de esqu¨ª, su primer deporte. Despu¨¦s de los primeros 1.390,6 kil¨®metros de la carrera, incontables monta?as, ca¨ªdas, contrarreloj por equipos, piscinazo, granizo, repechos y muros, el esloveno marchaba a 6s de Nairo y aventajaba en 11s a Superman y en 14s a Valverde: 36,2 kil¨®metros de suaves colinas y estrechas carreteras sombreadas en los valles del Bearn despu¨¦s, y una cabra, una rueda lenticular, una pedalada de seda, y vatios incontables en dos piernas rotundas y musculosas que acarician los pedales, Roglic, l¨ªder l¨ªder, aventaja en casi 2m a Valverde, la esperanza espa?ola, que termin¨® contento de sus prestaciones, las esperadas; en m¨¢s de 2m a Superman, que, confes¨®, hizo la contrarreloj de su vida gracias, entre otras cosas a que ten¨ªa a Roglic detr¨¢s. Partido dos minutos despu¨¦s, le sirvi¨® de magn¨ªfica referencia, y m¨¢s cuando le dobl¨®, y no le pudo despegar; al anterior l¨ªder, a Nairo, el ¨²nico que pensaba perder menos de los que perdi¨®, a m¨¢s de tres minutos. Y Pogacar, el esloveno casi ni?o, que sali¨® de Juran?on como un cohete y se fue apagando, pero aguant¨®, se le ha acercado a 5s.
La realidad dibuja la Vuelta, la carrera en la que todos creen que todo es posible, y le da un tinte de fatalismo del que quieren salir los aficionados recitando las cimas que quedan por visitar en las 11 etapas que quedan, Machucos, Acebo, La Cubilla, Gredos, y recordando que al final de la contrarreloj de San Marino del Giro, Roglic aventajaba en 3m 16s a Carapaz, que acab¨® derrot¨¢ndolo. So?ando.
¡°Ay, los sue?os¡±, dice Eusebio Unzue, el m¨¢ximo representante del realismo abrumador, que se hizo grande como director con Indurain, el s¨²per Roglic de hace 25 a?os, y ¨¦l, el director de Nairo y Valverde, los derrotados, casi no puede ni esconder su admiraci¨®n por el esloveno y su demostraci¨®n en Pau. ¡°La evidencia es m¨¢s fuerte. So?ar se puede solo sabiendo que los sue?os son solo sue?os. Todos podemos pensar en ataques combinados y demoledores de los escaladores. El problema es que Roglic es muy fuerte, y es tambi¨¦n escalador¡±.
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